Carlos Alcaraz: «He encontrado el equilibrio entre rendir dentro de la pista y disfrutar fuera»
El tenista murciano atiende a OKDIARIO antes de disputar su segundo partido en las ATP Finals de Turín
Analiza la gestión de la temporada, lo que le hace mantener los pies en el suelo y cómo ha encontrado el querido equilibrio
La segunda parte de la entrevista, en la que desgrana su relación con Sinner, se publica este martes
En el Inalpi Arena retumba la música tecno previa a los partidos mientras Carlos Alcaraz (Murcia, 2003) se cambia y descansa tras su entrenamiento diurno. La puerta de su vestuario está custodiada por David, su inseparable guardaespaldas en Turín. «Estoy siempre a su lado excepto para dormir», dice antes de permitir el paso. En el interior espera Carlos, que viene de doblegar a De Miñaur en el primer partido de las ATP Finals y el próximo martes se enfrenta a Fritz con el billete a semifinales en juego. A caballo entre ambas confrontaciones, hace encaje de bolillos para sentarse con OKDIARIO a dialogar sobre el camino recorrido, lo que queda por recorrer y la forma de hacerlo, que se mantiene perenne. A su manera.
«A veces echo alguna partida en la consola porque me ayuda a desconectar», dice mientras se coloca en su butaca. Va ataviado por una sudadera negra y un pantalón corto por el que asoman sus robustos gemelos cada vez que cruza las piernas. No ha perdido su esencia, Carlitos sigue siendo Carlitos, aunque sus expresiones han cambiado. Ahora rezuma más madurez y arroja más análisis en sus respuestas. Ahora su pasión por el tenis y su naturaleza casera convergen en un mismo punto.
«Sí, he encontrado el equilibrio sin ninguna duda», recalca. Y nadie puede negarlo. Son diez finales, ocho títulos -dos de ellos Grand Slam- y el número uno a dos triunfos en este 2025. Al César lo que es del César, le pese a quién le pese. Carlos Alcaraz desgrana la gestión de la temporada, lo que le hace mantener los pies en el suelo y cómo ha encontrado el querido equilibrio. También dialoga sobre su relación con Jannik Sinner, enemigo y amigo al mismo tiempo. Su filia y su fobia. «Agradezco tener una rivalidad sana en la que no tenga que ponerle una cara buena cuando no lo siento», sostiene.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra? Siempre se le ha atragantado el final de temporada, pero este año se le ve más enérgico y con mejores resultados. ¿La planificación del curso ha ido enfocada hacia eso?
Respuesta. «El año puede ser muy largo. Lo malo del tenis es que nunca sabes cuántos torneos vas a jugar, cuántos partidos vas a jugar, si vas a ganar, si vas a perder, si las lesiones te van a respetar… Entonces hay que ir jugando un poquito con el tema del calendario, cuántos partidos ganas, cuántos partidos juegas… Creo que este año lo hemos hecho muy bien, la verdad. El tema también de descansar cuando toca, de estar enfocados realmente en los entrenamientos y estar bien. Creo que lo hemos gestionado muy bien en esta parte final de la temporada. Ha habido pequeñas molestias y pequeñas cosas que han aparecido y me han impedido jugar ciertos torneos, pero en general llegamos con muchas ganas y mucha motivación. Vamos creciendo y vamos madurando. Entonces también vamos dándonos cuenta de lo que hay que hacer y la verdad que este año estoy muy contento de cómo hemos ido haciendo las cosas para llegar a este momento en muy buenas».
P. En 2025 son diez finales y ocho títulos. ¿Cómo se hace para mantener los pies en el suelo y también para mantener la motivación de seguir?
R. «Especialmente respetando. Como he dicho, un partido de tenis puede pasar cualquier cosa. Llevo diez finales y ocho títulos, pero también llevo perdidas dos primeras rondas en Masters 1.000, lo cual hay que valorar todo lo que va sucediendo y respetar a todos los jugadores, todas las rondas y todos los momentos. Creo que eso es fundamental para luego poder jugar un buen tenis».
P. Su hermano está en su equipo. ¿Qué papel juega para que no se le suban las cosas a la cabeza?
R. Es una persona fundamental en mi vida. Más allá de ser mi hermano, es de mis mejores amigos también. Entonces el hecho de tenerlo en los torneos es un gran apoyo fuera de pista. Luego, dentro de pista, él también sabe lo que es el tenis. Él también ha jugado, también tiene conocimientos de tenis. Hay gente que tiene opiniones distintas, puntos de vista distintos, el hecho de tener un punto de vista distinto de lo que es dentro de pista también te puede ayudar en muchos aspectos. Así que mi hermano es alguien que cuando no viene a los torneos, que son muy puntuales, se le echa de menos.
P. Siempre está sonriendo. Da la sensación de que ha encontrado el equilibro entre rendir dentro de la pista y disfrutar fuera.
R. Sí, sin ninguna duda. Al final, a mí lo que me gusta es jugar al tenis y competir. Ahora valoro cuando un punto es bueno, tanto cuando lo gano yo como cuando lo pierdo. Me gusta jugar puntos muy buenos y que caigan de mi lado, claro. Eso me genera una alegría de poder haber vivido ese punto y me ayuda a disfrutar del partido y del tenis. Gracias a eso puedo realmente desplegar un buen tenis con buenos golpeos. Todo va ligado.
Pregunta. Su entrenador ha valorado sus esfuerzos por alcanzar el equilibrio fuera de la pista. ¿Existe algo que no pueda permitirse dejar de hacer por el tenis?
Respuesta. El simple hecho de cada vez que termina un torneo, el volver a casa, volver a mi pueblo. En mi pueblo intento no cohibirme de hacer nada. Salgo a pasear, a algún parque, estoy con algún amigo simplemente sentado… Esas pequeñas cosas son las que me hacen desconectar y lo que me hace volver a sentirme el Carlitos de pequeño. Eso es lo que realmente me permite recargar baterías y volver a estar fresco mentalmente. También, obviamente, el estar con mi familia. Todo eso es lo que lo que realmente me hace desconectar para luego tener ganas de volver al ruedo.
P. ¿ Cree que se ha ha sido desmedido o injusto con la crítica por su forma de disfrutar fuera de pista?
R. No, bueno, al final hay mucha gente y muchas opiniones distintas. Eso no quita que esas opiniones sean negativas o esas opiniones sean equivocadas. Al final cada uno tiene una manera de ver la vida y las cosas. Que esa gente no tenga la misma visión que tengo yo no significa que ellos estén equivocados o que yo esté equivocado. Al final cada uno tiene que seguir la manera que cree conveniente para hacer las cosas. Hay que disfrutar tanto dentro como fuera de la pista y hay que respetar todas las opiniones.
P. Hablemos de su relación con Sinner. ¿Cómo hace para ser amigo de su máximo rival? Parece imposible.
R. Creo que los dos tenemos claro donde hay que competir realmente, que es dentro de la pista. Ahí sí que es verdad que cada uno intentamos hacer lo mejor que tenemos dentro para poder ganar. Y eso es lógico y coherente. Luego una vez estamos fuera de la pista no hay por qué competir. No hay por qué tener envidia o celos de cualquier cosa. Al final es una persona maravillosa con gente maravillosa a su alrededor y yo agradezco mucho tener una rivalidad sana, que cada vez que me lo encuentre no tenga una mala sensación o no ponerle una buena cara cuando realmente no lo siento. Al final, yo creo que se merece todo lo mejor y yo agradezco tener una muy bonita relación fuera de pista porque realmente es una una muy, muy buena persona.
P. De eso viven, ambos se retroalimentan. ¿Cuando usted no juega y Sinner sí, se fija en qué hace, cómo ha jugado y si ha ganado o perdido?
R. Sí, obviamente eso pasa y eso sucede. Una cosa no quita la otra. Al final, cuando hay puntos por medio y estamos peleando por el ranking miro sus partidos, lo sigo a ver qué resultado ha hecho y cómo lo está haciendo. Aunque también me gusta verlo jugar porque tiene un tenis brutal, con grandes golpes y me gusta ver cómo lo despliega. Entonces muchas de las veces que juega algún partido me lo pongo. Él también me ha dicho que se pone a ver mis partidos, o sea, también es una de manera de estudiar, de cómo viene, de cómo juega, de cómo le están yendo las cosas, por dónde te van a atacar… Creo que son buenos feedbacks.
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