El Barcelona gana de milagro

El Barcelona salvó los muebles ante el Celta de Vigo con una victoria in extremis en el descuento. Cuando parecía que el equipo azulgrana iba a cosechar su segundo pinchazo consecutivo, Lewandowski anotó de penalti para darle los tres puntos a su equipo y vencer por 2-1. Victoria importante de los culés tres días antes de enfrentarse al Nápoles en la Champions League.

La primera llegada peligrosa del equipo de Xavi Hernández vino en el minuto 9 de las botas de Lamine Yamal. El joven extremo español recibió un gran pase de otro de los jóvenes titulares en Balaídos como lo es Vitor Roque, que debutaba como titular esta temporada, pero Guaita realizó una gran parada. El Barcelona mandaba el primer aviso en el encuentro. Y un minuto más tarde, en la siguiente jugada, respondieron los locales. Iago Aspas y Larsen combinaron muy bien cerca de la meta de Ter Stegen, pero el disparo del noruego no generó problemas al portero alemán.

Conforme pasaban los minutos, el Barcelona era el dominador del encuentro, pero si apenas peligro. Todo ello hasta que en el minuto 21, Frenkie De Jong robó la pelota a Beltrán en salida de balón y se produjo un cuatro para dos. Lewandowski dejó sólo a Vitor Roque para que realizara el primer gol de la tarde, pero el brasileño hizo un malísimo control dentro del área para perder la ventaja. La defensa celeste se repuso y se esfumaron las opciones de los culés.

Y es que la soporífera primera parte no gozó de ocasiones aparentes. El Barcelona movía la pelota de lado a lado, de una banda a la otra, pero sin peligro. Un juego más propio de balonmano que de fútbol. Eso sí, las ocasiones brillaban por su ausencia. Y ya por descontado los goles. El Celta se limitaba a defender en bloque bajo y tampoco sufría en demasía porque el conjunto azulgrana no añadía mordiente a su fútbol.

Justo cuando se cumplió el minuto 45 de partido, Lewandowski hizo justicia anotando el primer gol de la tarde. El polaco recibió un gran pase filtrado de Lamine Yamal y con un buen control orientado disparó seco y fuerte para enviar el balón al fondo de la red. El conjunto azulgrana se lo estaba mereciendo, no por ocasiones, sino por dominio, además del demérito del Celta, que poco a poco se estaba metiendo más atrás y defendiendo en su propia portería.

Aspas volvió a ser la pesadilla del Barcelona

Iago Aspas volvió a ver puerta ante el Barcelona. El de Moaña, que está teniendo una temporada algo floja en términos goleadores, anotó el gol de la igualada a la salida del descanso. El capitán del Celta disparó raso a puerta en un disparo en el que Ter Stegen no iba a tener problemas en atajar, pero el balón tocó en la bota de Koundé para despistar al alemán. Minuto 46 de partido y la igualdad volvía al marcador.

El empate provocó la reacción de Xavi Hernández, que introdujo en el terreno de juego a Raphinha y Gündogan, que descansaba para estar fresco de cara al partido ante el Nápoles en Champions el próximo miércoles.

Corrían los minutos y el Barcelona ya comenzaba a vivir la misma situación que viene viviendo en toda la temporada. Tocaba remar a contra corriente para llevarse los tres puntos. El Celta se venía arriba saliendo a la contra y el conjunto azulgrana no conseguía hacer daño en ataque.

Lewandowski salva al Barça

Los minutos finales volvieron a evidenciar los problemas que tiene el Barcelona, que se veía incapaz de ganar a un Celta que está en plena lucha por la permanencia. Pero en el descuento, Fran Beltrán cometió un penalti tonto sobre Lamine Yamal y el árbitro no dudó en señalar la pena máxima. El centrocampista del Celta dio una patada en un intento de despejar el balón, pero el jugador del Barça se anticipó.

Lewandowski era el encargado de asumir la responsabilidad, pero Guaita realizó una gran parada. Cuando los jugadores del Celta lo celebraban y el público de Balaídos enloquecía, el árbitro del encuentro recibía la llamada desde el VAR. Y es que el portero del equipo local se había adelantado, por lo que se debía repetir. Y ahí el ariete no falló y le dio los tres puntos a su equipo. De milagro y con suspense, pero el Barcelona salvó los muebles en Vigo.