Al Barça también se le rompe la Copa
El Barcelona ha quedado eliminado de la Copa del Rey, segundo título del que se despide en apenas ocho días después de la Supercopa de España. El vigente campeón se baja del trono en octavos de final víctima de un gran Athletic Club (3-2). Se repitió la historia de hace dos años y los Leones apean a los catalanes de su competición predilecta después de una batalla memorable que se resolvió en la prórroga con un penalti convertido por Iker Muniain. Cayó el Barça y también Ansu Fati, lesionado entre lágrimas. Desgracia sobre desgracia en una noche fatídica para Xavi Hernández.
Después de defenestrar públicamente a Dembélé, el técnico catalán siguió lanzando mensajes a través de la alineación, sobre todo la suplencia de Frenkie de Jong, que acabó dándole la razón. Con todos sus mediocampistas a tope por primera vez, sacrificó al neerlandés a favor de Pedri. El técnico no espera nadie. Su tren ha arrancado y en el andén empiezan a quedarse viajeros cada vez más ilustres. La suplencia de Ansu Fati era otra cosa. Máxima prudencia con el físico del 10. Abde y Jutglá eran los acompañantes en ataque de un inspirado Ferran Torres.
San Mamés es el particular foso de los Leones para el Barça, un estadio donde acostumbra a sufrir casi siempre por culpa de un Williams. Respiró tranquilo viendo a Iñaki en el banquillo, pero no contaba con la irrupción del menor de la saga. Nico fue un diablo incontrolable desde el pitido inicial. Cuando algunos aún se estaban ajustando las media, le cogió la espalda a Jordi Alba y le sacó de rueda en una foto de las que se recuerdan. A su centro no llegó Sancet, pero sí Muniain. El capitán sacó un maravilloso tiro con rosca imposible para Ter Stegen. 1-0 en el minuto 2.
El Barça corría peligro serio de atropello. Es un equipo en plena fase de reconstrucción y pocos exámenes como la furia del Athletic delante de su afición. Poco a poco, guiado por la experiencia de Sergio Busquets y el talento de Pedri, logró bajar la pelota al suelo y enfriar el ambiente. A su rival, feliz viviendo a base de arreones, no pareció importarle. Pero entonces emergió Ferran para marcar su primera camiseta con la zamarra culé.
72 segundos, 22 pases y nueve jugadores tocando la pelota sin descanso. Ese fue el preludio del golazo del extremo, que controló la pelota en el pico del área y dibujó una parábola casi idéntica a la de Muniain. Esta vez fue Julen Agirrezabala quien se quedó con las ganas de tocar la pelota. Golazo y empate a los 20 minutos de juego.
Pedri dicta prórroga sobre la bocina
Los Leones volvieron a activar el ‘modo caza’ y lanzaron varias dentelladas al cuello de su rival, que no sangró gracias a los reflejos de Ter Stegen. Casi todas llevaron la firma de Nico Williams, ya fuera un centro que Muniain remató de cabeza rozando la cruceta o la enésima acción individual con remate cruzado que obligó a exhibirse al alemán. Jordi Alba solo podía perseguir su sombra. Busquets detuvo otra sobre la línea de gol. El Barça logró ganar el descanso con el marcador equilibrado.
Tanto descontrol disgustó a Xavi, que metió a Nico, en su estreno como jugador del primer equipo, en lugar de un desaparecido Abde. En el banquillo local Marcelino lamentaba la lesión de Sancet, víctima de una extraña torsión de rodilla. Su sustituto causó un escalofrío en el espinazo azulgrana. Iñaki se reunía con su hermano sobre el césped. Se repartieron la coctelera y venga a agitar el partido. San Mamés es ahora el patio de su recreo donde compartir travesuras.
El Barça respondió metiendo a Ansu Fati con media hora por delante igual que ocurrió y con éxito ante el Real Madrid. Esta vez se marchó entre lágrimas. El Barça intentaba adormecer el juego, pero el Athletic se lo impedía en un bonito juego de estilos, la seda que aspira a tejer Xavi, el acero que tiene bien aleado Marcelino. Qué gran acierto la Copa a partido único.
El único incapaz de conectarse a tanto voltaje fue Frenkie de Jong, que regaló dos contraataques muy claros a Iñaki. En el primero encontró la feroz respuesta de Araújo y en el segundo metió un centro envenenado que acabó impactando con el larguero. Fue el anticipo al gol que llevó la locura a San Mamés. Iker Muniain centro una falta lateral, la pelota se embarulló en el área e Íñigo Martínez acabó empujándola a la red, desde el suelo y sobre la misma línea de gol.
Al Barça le quedaban cinco minutos más el alargue para buscar la prórroga. Necesitaba un milagro y le cayó del cielo, de un balón centrado desde la izquierda por Jordi Alba, metido al corazón del área por una extraña chilena de Dani Alves y rematado por Pedri lánzandose al suelo en el minuto 93. El rey de las prórrogas no podía desaprovechar su momento favorito. Vida extra para los visitantes cuando su ataúd ya se cerraba.
Ansu llora y el Barça también
Hay regalos que degeneran en pesadillas y eso le ocurrió al Barcelona con la prórroga. El rosario de desgracias para Xavi empezó con la enésima lesion de Ansu Fati. En la pelea por un balón con Iñigo Martínez, notó algo en una pierna y pidió el cambio. Se marchó entre lágrimas. Demasiadas peleas con su cuerpo a tan tierna edad. Enseguida fue Pedri quien también pidió relevo. Otro jugador de antecedentes sospechosos.
Y para rematar los nervios de Xavi, Jordi Alba sacó el brazo en un centro lateral y Munuera Montero señaló penalti tras consultar con el VAR. Muniain engañó a Ter Stegen y selló su doblete al final de la primera parte de la prórroga. Xavi quemó las naves y metió al recuperado Martin Braithwaite mientras a más de uno se le nublaba la vista con tanto cansancio. No llegó el segundo milagro culé de la noche. El billete era para un sobresaliente Athletic.