El Barça da un golpe a la Liga
Así hemos vivido en directo el partido entre Barcelona y Sevilla de Liga Santander
Así queda la clasificación de la Liga Santander tras la victoria del Barcelona contra el Sevilla
Xavi: «Es una jornada redonda para nosotros»
Jordi Alba: «Tenemos una buena distancia con el Real Madrid, pero aún queda mucha Liga»
Golpe muy duro del Barcelona en la pelea por la Liga. El equipo azulgrana ha estirado su renta sobre el Real Madrid hasta los ocho puntos tras su contundente victoria frente al Sevilla (3-0) con goles de Jordi Alba, Gavi y Raphinha, todos en la segunda parte. Tan solo la lesión de Sergio Busquets empañó una noche redonda en el Camp Nou. El líder sigue embalado en este 2023 donde cuenta sus partidos por victorias y la balanza del título queda más desequilibrada que nunca en este inicio de la segunda vuelta.
Se abrían las puertas del estadio culé con un optimismo insuperable en vista de la derrota del Real Madrid en Mallorca. La hinchada culé sabía que la victoria sería un estacazo serio para el eterno rival. Haciendo buena la máxima de no tocar lo que funciona, Xavi desplegó a su once de gala, un día más con cuatro centrocampistas, y el único cambio de Jordi Alba por el renqueante Alejando Balde. Al buen ambiente contribuía el mal momento de un Sevilla mucho menos peligroso que otros años, al menos en teoría. Se confirmó en la práctica.
Sin embargo, pronto, muy pronto, asistió el Barça a una mala noticia. Apenas habían pasado tres minutos de juego cuanto el tobillo de Sergio Busquets se torció de manera muy antinatural en un lance donde se tiraba al suelo para rebañar la pelota. El capitán se vio obligado a pedir el cambio y en su lugar entró Kessié, que desplazó a Frenkie de Jong a la posición de pivote puro.
Tras unos primeros minutos donde peleó tímidamente por la pelea, el Sevilla enseguida se refugió alrededor de Bono con un planteamiento netamente defensivo. No están las cosas en el club andaluz para reeditar las alegrías y los planteamientos agresivos de antaño. Ahora toca agarrarse los machos y pelear por cada uno porque la zona de descenso sigue demasiado cerca. Tendrá que ser en otras plazas más asequibles.
El Barça acogió con gusto el abuso de la posesión, marca de la casa, y tejió con precisión y velocidad, mejor que otros días donde se había embolsado la victoria sin fluidez. Fruto de esa buena circulación llegaron varias ocasiones claras en la primera mitad que no llegaron a cristalizar, sobre todo por los reflejos de Bono. El portero marroquí le sacó un mano a mano a Lewandowski y poco después firmó una palomita memorable a otro intento, esta vez lejano y potente, del ariete polaco. Araujo tampoco acertaba en un claro remate de cabeza que mandaba fuera por poco. Sin goles al descanso para respiro de Sampaoli, pero poco dura la alegría en casa del pobre…
Vendaval culé en la segunda parte
El técnico argentino decidió replegar aún más a su equipo de cara a la segunda parte con dos cambios, entre ellos la salida de Youssef En-Nesyri y el debut del hijo pródigo Bryan Gil. Ivan Rakitic, sí, Rakitic, quedaba como hombre más adelantado del Sevilla. Toda una declaración de intenciones que el Barça contestó apretando aún más las tuercas en su asfixiante presión alta.
El escenario provocaba un intenso olor a gol azulgrana y pronto se confirmó todo eso que se barruntaba. Primero advirtió Raphinha con un cabezazo flojo y en el minuto 58 rugió el Camp Nou. Kessié filtró un pase delicioso dentro del área, quizá la primera acción fina de verdad que realiza desde que firmó por el Barça, y habilitó a Jordi Alba, que llegaba como un cohete por la izquierda y batió a Bono ante su salida a la desesperada.
El Sevilla estaba obligado a salir de la covacha si quería aspirar a algo en el Camp Nou, pero le costaba coger aire frente a un Barça muy compacto, que ha cogido carrerilla en este momento nuclear de la temporada y no escatima esfuerzos para seguir de dulce. En cuanto pudo, le arreó el siguiente sopapo a su rival. Corría el minuto 70 cuando Raphinha metía un centro raso y cargado de veneno que desembocó en las botas de Gavi. El canterano marcó a puerta vacía y cantó su primer tanto con el dorsal 6, ese que vistió tantos años su entrenador.
Y acto seguido llegó el tercero para redondear la algarabía total en el Camp Nou. Lo cocinó De Jong, lo sirvió Alba y lo firmó Raphinha, que sorprendió en posición de ariete para batir a Bono. El brasileño, que ya había marcado en el Villamarín, sigue aprovechando la ausencia de Dembélé para reivindicarse como un activo válido en ataque. Es verdad que muchas veces se aturulla, pero en eso nadie lo va a comparar con el francés… Quedaban diez minutos y el duelo estaba visto para sentencia. Ambos equipos firmaron el armisticio y el líder se marchó feliz. Más líder que nunca.