PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 31

El Atlético toma aire antes de la batalla de Dortmund

Remonta un 0-1 ante el Girona y vuelve a pelear la tercera plaza

Griezmann marca sus dos primeros goles en Liga en 2014

Una jugada de fe de Morata, decisiva en la victoria rojiblanca

Atlético, Girona
Griezmann lideró el triunfo con un doblete
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

El Atlético toma aire antes de la batalla de Dortmund y vuelve a pelear la tercera plaza de la Liga tras remontarle un 0-1 al Girona en un partido en el que no sólo logró su objetivo de mantener plaza Champions, sino que además reforzó a jugadores claves que necesitaban de manera imperiosa buenas noticias. Griezmann marcó sus dos primeros goles de 2024, Correa volvió de la zona prohibida y Morata, aunque no vio portería, vio premiada con el 2-1 una jugada de fe que le agradecieron tanto el equipo como la grada, y que representa de principio a fin la filosofía simeónica: nunca dejes de creer.

La matinal salió tan bien que resulta difícil de creer que durante la primera media hora la grada silbara al equipo y el Girona dejara estéril a un Atlético impotente para hacerle daño y para frenar a un Savinho que se presentó en el Metropolitano con etiqueta de crack. Sin embargo el partido viró hacia el otro lado y proporcionó al Cholo incluso la oportunidad de darle descanso a Griezmann. Ahora quedan por delante tres días para preparar el asalto al territorio del Borussia, pero de momento los deberes en Liga ya están hechos.

Sin embargo la mañana comenzó con un aspecto muy diferente porque el Girona le hundió el cuchillo en el corazón al Atlético cuando el partido apenas amanecía. A los tres minutos Blind salió sin problemas de la presión rojiblanca y le entregó el balón a Savinho, que tiró una diagonal ante la laxitud de Nahuel primero y Savic después que le permitió llegar hasta posiciones el otro costado donde Yangel advirtió el desmarque de Yan Couto, cuyo centro raso remató a bocajarro Dobvyk. Los jugadores de Simeone rodearon al árbitro pidiendo fuera de juego, pero era una acción legal. El 0-1, un gol coral de catálogo.

El temprano error de la defensa alteró todos los planes de partido, que saltaron hecho añicos en el peor momento. El Atlético se vio obligado a arriesgar más de lo que pensaba y el Girona disfrutó del escenario que había imaginado su entrenador, con Savinho en plan estelar provocando música de viento en la grada cada vez que encaraba y dejaba en evidencia a Nahuel. La matinal empezó a presentar un aspecto turbio y Simeone, viendo los acontecimientos, ordenó a Riquelme que se fuera al carril zurdo para volver a los tres centrales y ponerle fin al experimento inicial del 4-4-2.

El cambio de sistema no produjo ningún efecto y Aleix rondó el 0-2 con un disparo tremendo desde fuera del área que no cogió portería, pero cuando peor pintaba el día llegó una ayuda inesperada cuando a Miguel Gutiérrez no se le ocurrió otra que interponer la mano en el área tras una acción a balón parado. El penalti fue tan claro como irrefutable y desde los once metros Griezmann, que apenas había entrado en juego, marcó un gol que valía tanto como un salvavidas arrojado a un náufrago. Primer tanto del francés en Liga en lo que llevamos de 2024. Ha necesitado tres meses y medio.

Con la media hora recién cumplida el partido volvió a empezar, pero esta vez el Atlético había aprendido la lección. Saúl pidió el cambio por un problema muscular, Simeone sacó al campo a Morata, tiró a Correa a la derecha y el equipo recuperó la fe por primera vez en la matinal. Y la fe mueve montañas. Con cinco minutos por encima del tiempo reglamentario, después de que el Girona reclamara un penalti sobre Savinho, Morata peleó un balón que parecía perdido y, para evitar que saliera por la línea de fondo, soltó como pudo un centro al área que cogió en el limbo a David López y a Miguel Gutiérrez, pero no a Correa, que apareció por sorpresa para meter la cabeza y dejar con el molde a Gazzaniga. El 2-1 volvió loco al Cholo y frenético al estadio, y no era para menos. De la nada al todo en un suspiro. El espíritu del Atlético en estado puro.

Simeone reforzó la defensa con Witsel en el arranque de un segundo tiempo que, apenas arrancado, proporcionó a un Atlético muy crecido otro motivo para sentirse satisfecho cuando Yangel despejó de forma tan defectuosa que lo único que consiguió fue habilitar a Griezmann, que solo en el área resolvió con un derechazo a la escuadra. El 3-1 no sólo puso más distancia entre los dos equipos, sino que sirvió para arrebatarle al Girona el golaverage particular. Un dato que puede tener relevancia al final del curso.

Ya con renta suficiente para tomarse un descanso, el Atlético se aposentó atrás y se dejó dominar por un rival que no bajó nunca los brazos, pero que no pudo vulnerar a Oblak, muy seguro en un par de disparos desde lejos de Aleix García. Al contragolpe olfateó el 4-1 en varias ocasiones, en especial en una de Nahuel a portería vacía, pero ya no hubo más alteraciones. Ahora toca resetear y pasar a modo Champions. Hay mucho en juego, pero esa será otra batalla.

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