El Atlético pedirá al Barça una rebaja del 50% en la opción de compra de Griezmann

El club no puede asumir el próximo verano el pago obligatorio de los 40 millones

Malestar en Barcelona al sospechar que la estrategia es conseguir que Griezmann no juegue el 50% de los partidos

La vuelta del francés al Barça le supondría un impacto económico negativo de 80 millones de euros

Griezmann se convierte en un problema para el Atlético

Antoine Griezmann
Griezmann, celebrando su gol
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

El Atlético pedirá al Barça una rebaja del 50% en la opción obligatoria de compra de Griezmann porque no está en condiciones de asumir el pago de 40 millones firmado por el francés el pasado verano. En el Camp Nou existe un profundo malestar hacia el comportamiento rojiblanco y empiezan a sospechar que el hecho de que Antoine haya sido suplente en los dos primeros partidos de la temporada obedece a una estrategia para que no cumpla el 50% de encuentros jugados, cláusula que les permitiría saltarse la adquisición del delantero.

Griezmann lleva tiempo siendo un gran problema para el Atlético, pero la situación se ha agravado al no haber conseguido traspasar hasta ahora a ningún jugador en el mercado de verano. El consejero delegado rojiblanco, Miguel Ángel Gil Marín, está negociando con el francés en base a diferentes posibilidades, en función o no de que continúe en el club la próxima temporada, algo que en la zona noble no agrada, pero que bajo el prisma de Simeone no admite discusión.

De hecho, la defensa a ultranza del entrenador argentino al jugador, que regresó el pasado verano por la enorme insistencia de Simeone, está provocando algunos desencuentros en la hasta ahora intachable relación entre el técnico y la directiva, que ya atravesó por momentos de tensión cuando el argentino impuso su criterio sobre el de Nicola Berta en cuanto al fichaje del lateral derecho. El director deportivo quería a Jonathan Clauss, que salía mucho más barato, pero el Cholo empujó y empujó hasta que consiguió a Nahuel Molina, que ha costado 15 millones más los derechos de Nahuén.

Simeone no fue categórico el pasado sábado, en la previa del partido ante el Villarreal, cuando fue preguntado por la situación de Griezmann, pero la cesión está firmada y rubricada hasta el 30 de junio y salvo que el Barcelona esté de acuerdo parece descartado que pueda romperse. Otra cosa es la compra definitiva de sus derechos, porque ahí el Atlético sí tiene mecanismos para no alinearle más de media hora y saltarse así la cláusula del 50%, aunque parece complicado que tanto el entrenador como el jugador puedan aceptar algo así.

El Barcelona está no obstante con la mosca detrás de la oreja porque el regreso de Griezmann provocaría un cataclismo económico: no sólo dejaría de ingresar 40 millones con los que cuenta, sino que debería asumir otros 40, a 20 por temporada, por cada uno de los dos años de contrato que le quedan al francés. En total, 80 millones de euros o, lo que es lo mismo, la ruina absoluta para un club que a nivel económico se balancea sobre una tela de araña. Eso lo sabe por supuesto el Atlético, que intentará forzar un acuerdo por las buenas para rebajar el precio del jugador, por el que los azulgranas pagaron hace tres veranos 120 millones de euros.

Hasta el uno de septiembre todo puede suceder con Griezmann. Y a partir de ahí se entrará en otra batalla entre Barça y Atlético que promete ser larga, pero mientras tanto habrá qué ver cuál será la decisión de Simeone en Mestalla con respecto al francés. ¿Volverá a ser suplente?

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