El Atlético se estrella contra un titán
Sostenido por su excepcional portero Mignolet, el Brujas mantiene el 0-0 en el Metropolitano
El Atlético lo hizo todo para ganar pero su falta de acierto volvió a condenarle
El equipo sigue dependiendo exclusivamente de sí mismo para clasificarse
Joao no jugó ni un solo minuto y su respuesta fue arrojar al suelo el peto
Tremendo mosqueo de Joao Félix: lanzó el peto al enterarse de que no iba a jugar
Así queda el grupo del Atlético tras el empate contra el Brujas
Sostenido por un portero descomunal, el Brujas plantó una verdadera fortaleza en el Metropolitano que el Atlético no pudo vulnerar pese a que lo intentó de todos los modos posibles. Mignolet y sus centrales convirtieron el partido en una pesadilla para los rojiblancos, que pese al resultado siguen dependiendo de sí mismos pase lo que pase esta noche en Alemania. Si ganan los dos encuentros que le faltan ante Bayer y Oporto estarán en octavos de final pero, eso sí, carecen de margen de error y el primer puesto del grupo ya está perdido.
En la tarde en la que era necesario dar un paso al frente el Atlético pisó el césped del Metropolitano con el cuchillo entre los dientes y le regaló a la grada la primera parte más convincente de la temporada, aunque para su desgracia sin el acierto necesario como para convertir en goles su superioridad sobre un Brujas que, al igual que sucedió en Bélgica hace siete días, recurrió a la inspiración de su portero Mignolet para conseguir llegar al descanso con la portería a cero.
El Atlético jugó lo suficiente como para haber resuelto el partido antes del entreacto. Pisó el área con frecuencia, superó con maestría líneas de presión y se plantó varias veces en situación clara de gol. Sin embargo el equipo sigue con una venda en los ojos cuando se trata de encarar la portería contraria. Correa, Saúl, Lemar y Griezmann en varias ocasiones ahogaron el grito de la grada con remates que o bien no fueron certeros o bien abortó Mignolet, que a los 26 minutos voló como un pájaro para enviar a la esquina un cabezazo de Griezmann en el punto de penalty.
Abrumado por la superioridad de su enemigo, el Brujas apenas se mostró en ataque, pero cuando lo hizo llevó la congoja al estadio. Primero en un contragolpe culminado por un cabezazo tibio de Jutglá y, sobre todo, en una acción a los 42 minutos como consecuencia de un córner horriblemente ejecutado por Lemar. Mignolet tomó el balón en su área, montó el contragolpe y Buchanan cayó en el área ante Nahuel. El holandés Makkelie no lo dudó y señaló un penalti que a primera vista parecía ofrecer poca discusión, pero la revisión de la jugada arrojó un sorprendente desenlace: el canadiense había pisado primero al argentino. Makkelie dio marcha atrás y amonestó a Buchanan, que no daba crédito a lo que estaba sucediendo, pero su decisión fue justa.
La segunda parte arrancó con el segundo gol anulado al Atlético tras el de Saúl en la primera parte. Ahora fue Correa que, al igual que el alicantino en el primer tiempo, remató en posición adelantada. Casi de inmediato Mignolet volvió a sacar el crucifijo para evitar un mano a mano ante Griezmann y luego Correa disparó fuera a puerta vacía. El vendaval era de tan calibre que el banquillo del Brujas sacó al campo a Meijer para controlar el lateral izquierdo.
Apreciando los primeros síntomas de fatiga, Simeone no tardó en responder y lo hizo de manera contundente. A los 60 minutos Koke, Lemar y Correa abandonaron el partido, al que se incorporaron Carrasco, Morata y De Paul en busca de la piedra filosofal que permitiera vulnerar al aparentemente imbatible Simon Mignolet. Nuevo mensaje del entrenador a la indolencia de Joao, fuera de nuevo no sólo del once inicial, sino de la rotación de cambios. El portugués no jugó un solo minuto y su respuesta fue arrojar el peto al suelo.
Los movimientos no consiguieron el resultado esperado y el partido bajó peligrosamente de ritmo, con el Brujas ya definitivamente anclado en la búsqueda del empate. A los 72 minutos Cunha relevó a Saúl y el Atlético asumió una recta final a tumba abierta mientras se estrellaba una y otra vez contra el frontón belga. Un disparo desviado de Odoi a los 78 minutos fue una anomalía en el ejercicio extremo defensivo del equipo flamenco.
La tarde acabó agitada. Sowah fue expulsado por doble tarjeta amarilla a los 82 minutos y el Atlético disfrutó de superioridad numérica en la recta final ante un rival que prescindió de delanteros y que lo fio todo a Mignolet, decisivo de nuevo a los 88 minutos en un remate a bocajarro de Morata que el portero desvió con la cara. No fue su última parada. En el descuento le sacó el gol a Cunha para desesperación de Simeone y de un estadio que no se podía creer lo que estaba viendo. Cuando el árbitro dio por finalizado el asedio Mignolet no pudo contenerse y estalló de alegría. Nunca una explosión de júbilo estuvo más justificada.