Antetokounmpo: de vender en el ‘top-manta’ a firmar el contrato más alto de la historia de la NBA
Giannis Antetokounmpo ha firmado el contrato más elevado de todos los tiempos en la NBA. El griego, dos veces MVP de la liga norteamericana, ha alcanzado un acuerdo con los Milwaukee Bucks para prolongar su contrato cinco años a razón de 228,2 millones de dólares, alcanzando la cifra de más de 45 millones al año. Sólo con este contrato, el griego se habrá embolsado más dinero que Stephen Curry o James Harden en toda su carrera profesional.
El alero ha conseguido renovar por lo que se denomina en Estados Unidos como ‘el supermáximo’ después de que este verano se rumorease con su marcha a los Golden State Warriors. En plena pandemia, la franquicia Wisconsin ha optado por endeudarse al máximo de su historia para retener a un jugador puede marcar época en la NBA a sus 26 años.
La carrera de Antetokounmpo representa a la perfección el concepto del sueño americano. Hijo de inmigrantes nigerianos, Giannis creció en las calles de Atenas vendiendo en el ‘top-manta’ todo tipo de cosas como gafas de sol, zapatillas o DVD’s. Vivió muchos años en la pobreza, pasó hambre en algunas épocas, pero eso no le impidió crecer hasta sus 2,11 y despuntar en el mundo del baloncesto. Allí se inició compartiendo zapatillas con sus hermanos –sólo tenían un par para todos– en el modesto Filathlitikos B.C. a los 17 años y a los 19 ya pasó a la NBA gracias a un físico completamente anormal que le llevó a convertirse en el ‘Freak griego’.
Aquellos tiempos no se han borrado de la mente de un Anteto que guarda mucho cariño al ‘top-manta’. «Siempre voy a llevar eso conmigo. Es como aprendí a trabajar así. Me hizo un hombre», comentó Giannis sobre aquella experiencia. El hecho de ser ahora rico no ha cambiado a un jugador que es familiar hasta nivel extremo apoyando las carreras de sus hermanos. Recientemente se le pudo ver animar al menor, Alex, en Murcia y adivinen qué ¡¡¡le vieron haciendo la compra en el Mercadona!!! Por mucho que las cosas mejoren, Antetokounmpo y su familia jamás olvidarán el duro camino que pasaron hasta alcanzar la cima del baloncesto mundial.