Alcaraz tira de épica para tumbar a Draper y estrenarse como número uno
Carlos Alcaraz remontó a Jack Draper en su debut en el torneo ATP 500 de Basilea y consigue avanzar de ronda tras imponerse en tres sets
Alcaraz regresa en Basilea ante el mejor jugador de 2022
Alcaraz liderará a España en su asalto a la Copa Davis
Carlos Alcaraz consiguió debutar con victoria en el torneo de Basilea, aunque con más dificultades de lo esperado y deseado. Jack Draper fue un digno rival para el número uno del mundo y consiguió arrebatarle el primer set con un espectacular despliegue sobre la pista, pero acabó rindiéndose al poderío y la variedad de golpes del tenista de El Palmar, que en tres sets y con un sufrimiento extremo (3-6, 6-2, 7-5) acaba sacando el billete a segunda ronda en casa de Federer, donde sueña con reencontrarse con los títulos.
Después de dos semanas de ausencia en el circuito, el número uno del mundo volvía a pasear el cetro en el torneo ATP 500 de Basilea, al que había accedido a jugar meses antes con la esperanza de enfrentarse a Roger Federer. Carlitos no podría ver su sueño cumplido debido a la retirada obligada de la leyenda helvética, pero se mantuvo inscrito y dispuesto a encontrar las mejores sensaciones de cara al tríptico final del año, con Paris-Bercy, ATP Finals y Copa Davis como colofón a una temporada inolvidable.
El cuadro en Basilea era duro, pero más podía serlo el primer escollo de Alcaraz en él. Jack Draper, una de las grandes revelaciones de 2022, como el tenista que más puestos ha ascendido en el ranking –del 262º al 45º– y basando su juego potente en pistas rápidas, donde ya había logrado vencer a tenistas de la talla de Fritz, Tsitsipas o Auger-Aliassime. Zurdo, británico y con apenas 20 años, Draper era un escollo trampa para Carlitos en su regreso, y no tardaría en demostrarlo.
Draper es uno de los jugadores que apunta a ser rival de Alcaraz en el futuro, por lo más alto, y esto viene dado a la variedad de su juego, con claros tintes ofensivos pero con la capacidad para mover de lado a lado sus 193 centímetros de altura y 85 kilos de peso. Jack sabía que enfrente estaba un pegador, actualmente el mejor del mundo, y se puso el mono de trabajo para unir a su servicio y su drive de zurdo una buena dosis de movilidad que sacara de sus casillas a Alcaraz. Aprovechando las dudas de Carlitos con el saque, el británico avisó a la primera y a la segunda conseguiría un break clave para el devenir del set.
Alcaraz estaba algo perdido sobre el tapete de Basilea, sin la capacidad de olvidar los errores que le habían condenado a perder a las primeras de cambio en Astana. En el otro lado de la pista, Draper dominaba el tanteo como un auténtico veterano, confiando a más no poder en su servicio y sin dar opciones al número uno del ranking de intentar siquiera la remontada. No era un gran Carlos, pero sí un extraordinario Draper, que por si fuera poco, volvía a quebrar el saque del español para cerrar el primer set por 6-3.
Carlos estaba contra las cuerdas y la solución, más allá de esperar un bajón, físico o tenístico, de Draper, pasaba por relajarse y volver a ordenar su tenis. El británico no mantendría los escasos tres errores no forzados y él tenía que comenzar a mandar con su derecha para aspirar al partido. El marcador le echó un cable y, de primeras, le brindó una oportunidad de break que no iba a desaprovechar. Sería doble, ya que Jack pasaba del todo a la nada y cortocircuitaba ante la reacción de un Alcaraz que, ahora sí, estaba de regreso en el circuito.
Del 4-0 pasamos al 6-2 sin apenas sufrimiento y con el puño alzado de Alcaraz en señal de celebración. Las cosas aún no estaban en su sitio, pero la reacción del número uno había sido consecuente con su ranking y sólo debía confirmarla en el tercer set. De mucho dependería su propia versión, pero también la que mostrara un Draper que había pasado de rugir como un león a sólo piar sobre la pista de Basilea. Y eso ante un Alcaraz desatado no es suficiente.
Draper se marchó al baño, excediendo el tiempo reglamentario pero con el ok del supervisor, para regresar por sus fueros y ponerse de inicio con ventaja en la lucha por el partido, aunque sin un break de su lado. Alcaraz respondía y ambos doblaban la apuesta. Al británico se le notaba algo más cansado y eso le podía pesar en el partido, con un Carlos fresco y de vuelta en lo mental después de lo que había sucedido en el primer set. El murciano tuvo sus dos primeras pelotas de break y no las iba a desaprovechar. A la segunda y con el empujón de Draper, que hizo una doble falta en el peor momento, lograba la deseada rotura que le lanzara a por el partido.
Patinazo y victoria final
Todo parecía de cara y con 4-2 a favor, atado para un Alcaraz al que le volvieron a visitar las dudas en un juego que debía ser casi el del finiquito, pero devolvió al amago de pesadilla para sus aspiraciones. Draper, ya sin nada que perder, pasó al ataque y provocó los nervios del número uno, que perdía su servicio en el momento justo, llamando a la decisión definitiva del partido en las últimas instancias.
El encuentro era de desgaste, físico pero sobre todo mental, y Alcaraz, pese a los golpes sufridos, supo dar la última estocada a su favor cuando Draper, aún saboreando el empate, se perdió con su saque y le cedió al murciano una nueva rotura de saque que ya no iba a desperdiciar. Más de dos horas después del inicio de un partido en el que sucedieron mil y una cosas, Carlos Alcaraz avanza a segunda ronda del ATP 500 de Basilea.
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