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El truco de la patata para estirar los zapatos que te quedan pequeños

El truco de la patata para estirar los zapatos que te quedan pequeños
Patatas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hay zapatos que, a pesar de estar totalmente nuevos, suelen acabar guardados para siempre en el armario porque nos quedan pequeños. No, no es que los hayamos comprado mal. Puede deberse a que, por ejemplo, tengamos un pie un poco más grande que el otro o a que se nos hinchen los pies a lo largo del día y no estemos cómodos con ellos. Para solucionar este problema, el truco de la patata es el mejor para estirar los zapatos que nos quedan pequeños.

Uno de los trucos más populares que existen es el del secador de pelo, pero lo cierto es que el calor únicamente tiene efecto si los zapatos son de gamuza o de cuero. También existe el conocido como truco del congelador. Consiste en llenar una bolsa con agua, meterla en lo zapatos y ponerlos durante unas horas en el congelador. ¿El problema? Que los tejidos delicados pueden estropearse.

Así funciona el truco de la patata

Si queremos estirar los zapatos que nos quedan pequeños, el truco de la patata es el mejor. Los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Cogemos una patata grande, le quitamos la piel y la secamos con papel de cocina absorbente.
  2. La ponemos en el interior del zapato y dejamos que actúe durante 10-12 horas.
  3. Una vez transcurrido el tiempo, retiramos ¡y listo!
  4. Si el zapato todavía no ha adquirido el tamaño deseado, podemos repetir el proceso al día siguiente.

¿Cómo evitar que se hinchen los pies?

Si el motivo por el que nos quedan los zapatos pequeños es porque se nos hinchan los pies, es importante conocer una serie de trucos para evitarlo.

Si pasamos muchas horas sentados, es importante hacer pequeños descansos de cinco minutos cada hora o cada dos horas. Podemos aprovecharlos para dar paseos de unos pocos minutos y así mejorar el retorno venoso.

Como resulta lógico, debemos evitar los zapatos, los calcetines y los pantalones que nos compriman los pies y los tobillos en exceso. El ejercicio es clave para mejorar la circulación sanguínea y linfática. Es suficiente con caminar o andar en bicicleta media hora el día.

Al final del día, conviene poner las piernas en alto para reducir la hinchazón. Podemos aprovechar para masajear las piernas, comenzando por los dedos de los pies e ir ascendido hasta las ingles.

Y, por último, es fundamental mantenernos hidratados para evitar la retención de líquidos. Las bebidas con mucha cafeína son deshidratantes y promueven la hinchazón, así que mejor evitarlas.

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