El truco de un fontanero para que tu ducha no vuelva a gotear sin gastar dinero
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Seguramente en más de una ocasión te has encontrado con una ducha que no para de gotear. Este problema, aunque puede parecer menor, se vuelve bastante incómodo, sobre todo por la noche cuando todo está en silencio y el sonido de las gotas cayendo se convierte en una molestia constante. Además, el desperdicio de agua se puede llegar a notar en la factura a final de mes. Aunque muchos piensan que la única solución es llamar a un fontanero, la verdad es que hay un truco muy sencillo y económico de solucionarlo sin necesidad de cambiar la grifería ni gastar mucho dinero.
El problema del goteo es bastante habitual y suele estar relacionado con el desgaste natural de los componentes internos del grifo o del tubo flexible. Con el paso del tiempo, las arandelas de goma que sellan la salida del agua se deterioran y pierden efectividad. Esto hace que el agua se filtre poco a poco, generando el molesto goteo.En la mayoría de las duchas, hay al menos dos puntos clave donde se encuentran estas arandelas de goma: la unión entre el mango de la ducha y el tubo flexible y la conexión entre el tubo flexible y la grifería. Si alguna de estas juntas está desgastada o rota, es probable que la ducha empiece a gotear.
El truco definitivo de un fontanero para evitar que la ducha gotee
Antes de comenzar con la reparación, es importante tener a mano los materiales necesarios: llave inglesa o alicates (para desmontar las conexiones de la ducha), destornillador de punta plana y estrecha (para retirar las arandelas gastadas), cepillo de dientes viejo (para limpiar restos de suciedad o cal acumulada) y nuevas arandelas de goma.
Toma nota de los pasos a seguir para reparar la fuga de agua:
- Antes de desmontar cualquier pieza, es fundamental cortar el suministro de agua. No es necesario cerrar la llave general de la casa, basta con cerrar la del cuarto de baño donde vas a trabajar. Asegúrate de cerrar tanto la llave de agua fría como la de agua caliente.
- Usa la llave inglesa o los alicates para aflojar la tuerca que une el tubo flexible con la grifería. Una vez desenroscada, podrás ver una pequeña arandela de goma en su interior. Usa el destornillador de punta plana para retirarla con cuidado.
- Repite el mismo proceso con la unión entre el mango de la ducha y el tubo flexible. También encontrarás otra arandela de goma en este punto, que deberás retirar con el destornillador.
- Antes de colocar las nuevas arandelas, es recomendable limpiar bien las zonas donde irán instaladas. Usa el cepillo de dientes viejo para eliminar cualquier residuo de cal o suciedad acumulada. Una buena limpieza garantizará que la nueva junta se ajuste correctamente y haga un buen sellado.
- Ahora, coge las nuevas juntas de goma y colócalas en su lugar. Asegúrate de que queden bien ajustadas dentro de las ranuras correspondientes. Puedes usar el destornillador de punta plana para empujarlas suavemente y que encajen perfectamente.
- Una vez colocadas las nuevas arandelas, vuelve a ensamblar las piezas en el orden inverso al desmontaje. Aprieta bien las tuercas usando la llave inglesa o los alicates, pero sin forzarlas demasiado para evitar dañar las roscas.
- Con todas las piezas de nuevo en su sitio, abre la llave de paso del agua y prueba la ducha. Abre y cierra el grifo varias veces para asegurarte de que todo funciona correctamente. Si hiciste el proceso correctamente, el goteo debería haber desaparecido por completo.
Si después de cambiar las arandelas con este truco compartido por un fontanero el problema persiste, es posible que haya otra causa detrás del goteo. Quizá el cartucho del monomando esté desgastado; en los grifos monomando, el cartucho cerámico interno puede deteriorarse con el tiempo y necesitar un reemplazo.
Asimismo, algunas griferías tienen válvulas de cierre que pueden fallar y requerir una sustitución. Finalmente, si el agua de tu zona tiene mucha cal, es posible que algunos conductos estén obstruidos, lo que impide un cierre hermético del grifo.
Arreglar una ducha que gotea por ti mismo tiene múltiples ventajas. En primer lugar, supone un importante ahorro económico. Además, contribuyes a la sostenibilidad, ya que una ducha que gotea puede desperdiciar litros de agua al día, algo perjudicial tanto para el medio ambiente como para tu bolsillo. Por último, esta reparación te permite adquirir nuevas habilidades en bricolaje doméstico, dándote mayor confianza para afrontar futuras averías.
Con paciencia y las herramientas adecuadas, puedes reemplazar las arandelas de goma de las conexiones de la ducha en cuestión de minuto. Si alguna vez te enfrentas a este inconveniente, recuerda que la solución está en tus manos con el truco del fontanero. Sólo necesitas cerrar la llave de paso, tener a mano un par de herramientas y ponerte manos a la obra. Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán.
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