¿Por qué se acelera el ritmo cardíaco si hemos bebido mucho alcohol?
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El alcohol etílico, conocido como etanol, es el ingrediente principal de las bebidas alcohólicas. Estas pueden ser fermentadas, como el vino y la cerveza, o destiladas, como los licores. La graduación alcohólica de una bebida refleja el porcentaje de alcohol que contiene; por ejemplo, un vino de 12º indica un 12% de alcohol puro. Aunque el alcohol es legal, es una droga que deprime el sistema nervioso central, afectando inicialmente la percepción y provocando una sensación de euforia. Sin embargo, con el tiempo, su consumo conduce a somnolencia, problemas cognitivos, falta de coordinación, y deshidratación. El abuso extremo puede resultar en delirio, coma, e incluso la muerte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el abuso del alcohol causa más de 200 enfermedades y está asociado con alrededor de 3 millones de muertes anuales.
El alcoholismo se manifiesta cuando el consumo se vuelve problemático, con pérdida de control, así como problemas familiares y de salud. Aunque a veces se promueven los beneficios de pequeñas cantidades, no existe un consumo realmente seguro de alcohol; el consumo cero es la única forma de evitar efectos negativos. En España, las recomendaciones establecen límites de 20 gramos diarios para hombres y 10 gramos para mujeres. Para prevenir la dependencia, se aconseja conocer cuáles son realmente los riesgos que conlleva el alcohol y buscar ayuda profesional si se detectan signos de consumo problemático.
Efectos del alcohol en el cuerpo
El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal. Con el paso del tiempo, la continuación del consumo lleva a la somnolencia y a problemas de coordinación, así como a la dificultad para pensar claramente, hablar de manera coherente y mantener la estabilidad al caminar, así como deshidratación.
A medida que se ingiere más alcohol, los síntomas se intensifican, produciendo torpeza en el habla y problemas para conducir, junto con una marcha tambaleante y una pérdida de inhibiciones. En casos extremos, puede llevar a delirio, letargo, pérdida de conciencia y coma, poniendo en grave peligro la vida. Los vómitos, especialmente si se produce aspiración debido a la inconsciencia, pueden causar neumonía o incluso resultar fatales.
El uso excesivo del alcohol está relacionado con más de doscientas enfermedades y es responsable de aproximadamente tres millones de muertes anuales. Además, al reducir las habilidades de razonamiento y eliminar inhibiciones, el alcohol puede llevar a decisiones erróneas.
Ritmo cardíaco
El consumo excesivo de alcohol, especialmente durante las celebraciones, está estrechamente vinculado con alteraciones en el ritmo cardíaco. En épocas festivas, el aumento en la ingesta de bebidas alcohólicas puede llevar a un incremento en los casos de arritmias cardíacas. La Asociación Estadounidense del Corazón ha presentado nuevos hallazgos sobre cómo el alcohol afecta negativamente la salud cardiovascular.
Saugat Khanal, principal investigador del estudio y becario postdoctoral en el Departamento de Fisiología y Biología Celular de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio, destaca que el consumo elevado de alcohol en periodos cortos puede provocar que incluso personas sin problemas cardíacos previos terminen en el hospital debido a latidos irregulares o acelerados.
El estudio dirigido por Khanal ha investigado el impacto del alcohol en la arritmia mediante experimentos en ratones. El objetivo es encontrar posibles métodos de prevención para futuros casos. El estudio revela que el consumo repetido y excesivo de alcohol puede inducir arritmias severas, como la fibrilación auricular, la cual se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y insuficiencia cardíaca.
De hecho, aproximadamente un tercio de los nuevos diagnósticos de fibrilación auricular están relacionados con el alcohol, y su recurrencia es común entre los bebedores habituales. Este fenómeno es conocido como síndrome cardíaco festivo, un término que describe la arritmia inducida por el consumo excesivo de alcohol durante celebraciones.
Investigaciones previas del equipo habían mostrado que el aumento de la proteína JNK2, inducida por el estrés, juega un papel crucial en la aparición de arritmias relacionadas con el alcohol. La proteína JNK2 provoca un manejo inadecuado del calcio en las células cardíacas, lo que lleva a latidos irregulares o acelerados. El nuevo estudio sugiere, por primera vez, que la molécula Alda-1 puede prevenir la activación de JNK2, lo que podría ayudar a evitar la fibrilación auricular.
En el experimento, más del 70% de los ratones que recibieron alcohol en exceso desarrollaron fibrilación auricular, mientras que ninguno de los ratones que recibió Alda-1 mostró esta condición. El alcohol duplicó los niveles de actividad de JNK2 en comparación con el grupo de control, aumentando así la susceptibilidad a la fibrilación auricular.
A pesar de los esfuerzos nacionales para educar sobre los riesgos del alcohol, el consumo excesivo sigue en aumento en todas las edades. Khanal sugiere que el desarrollo de nuevos medicamentos, como Alda-1 y otros inhibidores específicos de JNK2, podría ofrecer una solución efectiva para la fibrilación auricular en personas afectadas por el síndrome cardíaco festivo.