Ni vinagre ni bicarbonato el truco infalible para abrillantar los azulejos del baño y reflejarte en ellos


Cuando pensamos en limpiar y desinfectar el baño, casi siempre nos vienen a la cabeza los mismos ingredientes de siempre: el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio. Si bien es cierto que son efectivos para muchas tareas, existe un truco mucho mejor para abrillantar los azulejos del baño y dejarlos impecables. El secreto está en un ingrediente que seguro ya tienes en casa, el cual elimina la película de cal y grasa que apaga el brillo. Además, al evaporarse, no deja residuos.
Puede sonar exagerado, pero un baño limpio y reluciente cambia por completo la percepción del hogar. Ver los azulejos brillantes genera una sensación de orden, frescura y motivación. Desde el punto de vista psicológico, las superficies brillantes se asocian con higiene y pureza, y esto influye en gran medida en cómo percibimos el espacio. De hecho, estudios de psicología ambiental afirman que los entornos limpios y luminosos reducen los niveles de estrés.
El truco más viral para abrillantar los azulejos del baño
Lo primero y más importante es entender por qué los azulejos pierden brillo a medida que pasa el tiempo. En primer lugar, aunque no nos demos cuenta, cada vez que nos duchamos, se quedan gotas microscópicas que, al secarse, terminan formando manchas opacas.
En la misma línea, los restos de geles, champús y otros productos de higiene personal crean una capa blanquecina y pegajosa que no es fácil eliminar. Finalmente, la humedad del baño favorece la aparición de moho en las juntas de los azulejos.
Para poner en práctica este truco y abrillantar los azulejos del baño, necesitas alcohol de limpieza (también conocido como alcohol etílico al 70% o alcohol de farmacia). Tiene un gran poder desinfectante, pero lo que lo diferencia de otros productos como el vinagre es su capacidad para eliminar residuos y evaporarse rápidamente, dejando la superficie impecable y sin marcas. La «fórmula secreta»” consiste en mezclar el alcohol con unas gotas de detergente neutro y un chorrito de suavizante para la ropa.
- El detergente ayuda a deshacer la grasa y restos de jabón.
- El suavizante crea una fina película que da brillo y además perfuma el baño
- El alcohol arrastra todo y acelera el secado, evitando marcas de agua.
Los pasos a seguir son muy simples:
- Mezcla un pulverizador una taza de alcohol de limpieza, media taza de agua, una cucharadita de detergente neutro, una tapa de suavizante para la ropa.
- Para aplicar la mezcla, abre la ventana del baño. Aunque el alcohol se evapora rápido, es mejor trabajar con aire fresco.
- Rocía la mezcla directamente sobre los azulejos. No hace falta empaparlos, basta con una capa fina.
- Deja actuar cinco minutos para que los ingredientes disuelvan la suciedad.
- Frota suavemente con una bayeta de microfibra, que no raya y además potencia el brillo.
- Enjuaga con agua limpia (puede ser con un paño húmedo).
- Seca con otro trapo de microfibra seco o con papel de cocina absorbente.
Este truco se ha hecho viral en redes sociales por lo fácil que es ponerlo en práctica y los buenos resultados que ofrece. A diferencia del vinagre, este método no deja un olor fuerte. Y, comparado con el bicarbonato, no deja restos polvorientos que luego tengas que limpiar de nuevo.
Cómo eliminar el moho en las juntas
Las juntas de los azulejos del baño suelen ser las primeras en ennegrecerse con el paso del tiempo. Afortunadamente existe una solución casera para devolverles su color original: la pasta de bicarbonato con agua oxigenada.
- Mezcla en un recipiente pequeño varias cucharadas de bicarbonato de sodio con suficiente agua oxigenada (peróxido de hidrógeno al 3%) hasta formar una pasta espesa y homogénea. La textura debe ser similar a la de un dentífrico, ni muy líquida ni demasiado seca.
- Con ayuda de una espátula pequeña o incluso los dedos con guantes, aplica la pasta directamente sobre las juntas ennegrecidas por el moho.
- Deja actuar la mezcla un par de minutos y luego frota con un cepillo de dientes viejo para eliminar la suciedad acumulada.
- Vuelve a cubrir la zona con la pasta y deja que repose entre 10 y 15 minutos.
- Pasado el tiempo, enjuaga con abundante agua y seca con un paño limpio.
El bicarbonato de sodio es un abrasivo suave que limpia sin dañar la superficie, además de tener propiedades desinfectantes. Por su parte, el agua oxigenada tiene un fuerte poder blanqueador y antibacteriano: penetra en los poros del material, elimina el moho y aclara las manchas oscuras. Juntos, forman un remedio muy potente que limpia y desinfecta al mismo tiempo.
Como puedes comprobar, no es necesario gastarse mucho dinero en productos de limpieza para que el baño luzca impecable, ni resignarse al olor fuerte del vinagre o a los restos del bicarbonato. Con estos remedios caseros, los azulejos del baño pueden recuperar su brillo original y hasta transformarse en un espejo improvisado.