Adiós a la funda del móvil: su sustituto es mucho más práctico, cómodo y elegante

En la era digital, el teléfono se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo, y protegerlo es una prioridad. Hasta hace relativamente poco, la funda del móvil se ha considerado un accesorio imprescindible, pero esta tendencia parece estar cambiando. La clave de este cambio reside en la propia evolución de los smartphones.
Si bien las fundas siguen teniendo un papel en ciertos contextos, la tendencia apunta hacia dispositivos cada vez más resistentes que no necesitan accesorios adicionales. Además, el mercado de accesorios también se encuentra en proceso de transformación. En lugar de la funda del móvil tradicional, los fabricantes están lanzando protectores ultrafinos, cubiertas modulares o carcasas con funciones añadidas (batería extra, soporte integrado), que no comprometen la estética ni la comodidad del teléfono.
Llevar el móvil con funda es cosa del pasado
Materiales como el Gorilla Glass o el Ceramic Shield en los teléfonos actuales permiten que las pantallas soporten caídas desde dos metros de altura sin romperse, aunque puedan sufrir pequeños arañazos.
El Gorilla Glass es un cristal químicamente reforzado que combina ligereza con alta dureza y resistencia a impactos. Su éxito se debe a un proceso de intercambio iónico, mediante el cual se reemplazan iones más pequeños del vidrio por otros más grandes en la superficie, generando una capa de compresión que evita la propagación de pequeñas grietas.
Por su parte, el Ceramic Shield, que incorpora los últimos modelos de iPhone, incorpora nanocristales de cerámica dentro del vidrio. Este material combina la dureza de la cerámica con la transparencia del vidrio, lo que permite aumentar hasta cuatro veces la resistencia a caídas en comparación con generaciones anteriores de smartphones.
La incorporación de estos materiales ha eliminado la necesidad de fundas protectoras. Mientras que antes la funda era un accesorio casi obligatorio para prevenir daños, hoy muchos usuarios optan por prescindir de ella, confiando en la robustez de la pantalla.
Un ejemplo práctico de esta tendencia es el experimento realizado por Thomas Germain, periodista especializado en tecnología de la BBC. Germain y un grupo de amigos probaron a usar sus teléfonos sin funda durante un mes y comprobaron que los dispositivos modernos son mucho más resistentes a golpes y caídas que los modelos de hace apenas unos años.
Motivos prácticos
Además de la mayor resistencia de los teléfonos, existen diversas razones prácticas por las que muchos usuarios están dejando de usar la funda del móvil:
- En modelos antiguos, que tienden a calentarse con facilidad, el uso de fundas podía empeorar el sobrecalentamiento. Al quitar la funda, mejora la ventilación y se evita que el teléfono alcance temperaturas excesivas.
- Para quienes adquieren teléfonos de gama alta, no usar funda puede ser una manera de demostrar confianza en la robustez del dispositivo.
- Los teléfonos modernos destacan por sus diseños cuidados, materiales premium y acabados llamativos. Una funda puede ocultar estos detalles y restar valor estético
- En una era marcada por el consumo rápido y la renovación constante, muchos usuarios cambian de móvil cada año, lo que reduce la preocupación por posibles daños.
El futuro de los smartphones
Las predicciones sobre el futuro de los teléfonos móviles son variadas y sorprendentes. Expertos de distintas áreas coinciden en que los dispositivos tal y como los conocemos hoy podrían transformarse radicalmente en la próxima década. Por ejemplo, Pekka Lundmark, CEO de Nokia, aseguró que la llegada del 6G dejaría obsoleto el concepto actual de smartphone, mientras que Yann LeCun, Chief AI Scientist de Meta, apuesta por la realidad aumentada y las gafas de realidad virtual como la evolución natural de la conectividad.
De estas predicciones surgen dos tendencias claras. La primera, más conservadora, apuesta por teléfonos plegables, que permitan un transporte más cómodo y sirvan para trabajar, jugar y conectarse de manera eficiente. Estos dispositivos mantendrán la esencia de los teléfonos actuales, pero con mejoras en materiales, procesadores y baterías, convirtiéndose en productos más resistentes y útiles.
La segunda tendencia está ligada a la realidad aumentada y las gafas de realidad virtual, adoptadas por empresas como Apple o Meta. Este enfoque plantea escenarios innovadores, como recibir indicaciones proyectadas en el campo de visión del usuario, traducir conversaciones en tiempo real o probar prendas virtualmente antes de comprarlas.
La inteligencia artificial (IA) y los neurochips también tendrán un papel decisivo. La IA permitirá sistemas personalizados que aprendan del usuario, automatizando tareas como responder correos, organizar agendas o realizar procesos rutinarios. Los neurochips, por su parte, conectarán directamente el cerebro con el dispositivo, permitiendo ejecutar funciones solo con el pensamiento, como encender la cámara o enviar mensajes, sin tocar la pantalla.
Por otro lado, se espera una revolución en las formas y materiales. Las pantallas plegables serán comunes, se empleará tecnología OLED más avanzada, materiales resistentes a golpes y caídas, cargas inalámbricas más eficientes y la reproducción de contenidos en 3D de manera holográfica, según recoge el BBVA.