Higiene

Ni lejía ni detergente: la forma correcta de lavar cualquier verdura para deshacerte de los pesticidas

Lavar cualquier verdura
Manos lavando unos espárragos. Foto: Freepik.

Las frutas y verduras frescas pueden contener trazas de pesticidas, bacterias y microorganismos que llegan a su superficie desde el cultivo o la manipulación posterior. Su consumo sin una adecuada limpieza puede suponer una exposición innecesaria a estos residuos. Lavar cualquier verdura correctamente implica más que enjuagarla bajo el grifo.

Existen varios factores que determinan si los residuos desaparecen o si, por el contrario, se mantienen o incluso se introducen más profundamente en el alimento.

Lavar cualquier verdura no es tan simple como parece: ¿Cuál es la forma correcta?

Cuando se trata de higiene en la cocina, pocas personas dimensionan la importancia de lavar las verduras. En este marco, el enjuague superficial con agua del grifo no garantiza la eliminación completa de pesticidas ni de otros contaminantes.

Sin embargo, diferentes investigaciones, referenciadas en esta guía de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), han señalado que el lavado bajo agua corriente reduce significativamente la presencia de estos residuos. Dicho esto, los pasos más eficaces para lavar verduras de forma correcta incluyen:

  • Uso de agua corriente: el frotado suave con las manos elimina tierra, polvo y una parte de los microorganismos.
  • Temperatura adecuada: el agua no debe estar más de 10 grados por debajo de la temperatura del alimento, para evitar que los poros de frutas o vegetales absorban contaminantes.
  • Uso de cepillos: en productos con piel gruesa como patatas, calabacines o pepinos, el uso de un cepillo específico ayuda a retirar partículas adheridas.
  • No usar jabón ni lejía: estas sustancias pueden penetrar en los poros del alimento, con riesgo de que queden residuos no aptos para el consumo.
  • Evitar el uso de lavavajillas o detergentes para vajilla: aunque se utilizan en utensilios de cocina, no están diseñados para alimentos frescos.

Métodos caseros: qué sí y qué no funciona para lavar cualquier verdura

Muchas personas utilizan soluciones como vinagre, bicarbonato o sal para potenciar la limpieza. Pero su efectividad es limitada y puede variar según el tipo de vegetal.

  • Vinagre blanco: tiene cierto efecto antimicrobiano, pero su eficacia frente a pesticidas es baja. Además, altera textura y sabor de algunas hojas.
  • Agua con sal o bicarbonato: estudios han demostrado que una inmersión de 15 a 20 minutos puede reducir algunos insecticidas, aunque no garantiza la eliminación total.
  • Bols para lavar en vez del fregadero: sumergir las verduras en un recipiente limpio es más seguro que en el fregadero, donde suelen acumularse gérmenes.

En un estudio de la Estación de Experimentación Agrícola de Connecticut, se evidenció que el simple lavado bajo el grifo seguido de un secado con paño puede reducir la presencia de hasta nueve pesticidas distintos.

Secar el alimento con un paño limpio o con centrifugadora mejora aún más la eliminación de residuos.

Consideraciones especiales para hojas y frutas cerosas

Los vegetales de hoja, como la lechuga o la espinaca, requieren una limpieza más detallada:

  • Separar hoja por hoja y descartar las más dañadas.
  • Sumergirlas en agua fría durante unos minutos.
  • Enjuagar de nuevo bajo el grifo.
  • Secar con papel absorbente o spinner.

Frutas con ceras o pieles cerosas (como manzanas, uvas o peras) pueden retener pesticidas bajo esa capa. Pelarlas es una opción, aunque esto también elimina nutrientes contenidos en la piel.

¿Los productos ecológicos están exentos de pesticidas?

Los alimentos orgánicos o ecológicos no están exentos de residuos, pero tienen una carga mucho menor. En Estados Unidos, por ejemplo, se permiten hasta 900 pesticidas sintéticos en agricultura convencional, mientras que en agricultura ecológica sólo se autorizan 25, bajo estricta regulación.

La llamada lista de los ‘doce sucios’ incluye frutas y verduras que tienden a contener mayor cantidad de residuos, como:

  • Fresas.
  • Espinacas.
  • Manzanas.
  • Uvas.
  • Pimientos.

Elegir productos ecológicos en estos casos puede ser una forma de reducir la exposición, aunque no la elimina por completo.

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