Ni Larios ni Pedregalejo: ésta es la mejor calle de Málaga para irse de tapas

Málaga, una ciudad vibrante y con una gran historia, ofrece una rica variedad de experiencias culturales y gastronómicas. Entre sus monumentos destacados se encuentran la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro, que nos transportan a un pasado árabe esplendoroso. El Teatro Romano, redescubierto en 1954, y la Catedral de Málaga, con su singular «manquita», también reflejan su rica historia. El Museo Picasso, ubicado en un elegante palacio nazarí, presenta una exhaustiva colección del genio malagueño, mientras que el Museo Thyssen destaca por su impresionante colección de pintura del siglo XIX. La oferta cultural de Málaga se complementa con el Tivoli World en Benalmádena, un parque de atracciones que ofrece diversión para todas las edades.

El Teatro Cervantes, famoso por el Festival Español de Cine de Málaga, y el Museo Pompidou, con su enfoque en el arte contemporáneo, subrayan el compromiso de la ciudad con la cultura. No se puede dejar de mencionar el vibrante mercado de Atarazanas, que refleja la tradición culinaria de la región. Las tapas de Málaga, como el pescaíto frito y el ajoblanco, son una delicia imprescindible. El espeto de sardinas y el lomo de orza, junto con la frescura del barrio del Soho y la Playa de la Malagueta, ofrecen una inmersión completa en la esencia malagueña. Málaga, con su fusión de historia, arte y gastronomía, promete una experiencia única y enriquecedora para cada visitante en cualquier época del año.

La mejor calle de Málaga para irse de tapas

En Málaga, la calle Beatas destaca como la mejor opción para tapear y tomar unas cañas. Situada a sólo cinco minutos a pie de calle Larios, esta arteria histórica conecta la plaza del Teatro con calle Granada y ofrece una amplia variedad de bares y restaurantes. La calle, cuyo nombre remonta al siglo XIX por los beaterios y conventos que la rodeaban, es hoy el epicentro de la vida nocturna malagueña.

Entre los bares clásicos de la zona se encuentra la tapería El Beato (Calle Beatas 3), conocida por su popularidad entre los locales, así como El Carpintero (Beatas 32) y La Esquinita de la Gamba (Beatas 19), donde las albóndigas en salsa de almendras y las tapas con bebida son imprescindibles. Para aquellos interesados en sabores internacionales, la calle ofrece opciones como las arepas de Anchoíta El Pana (Beatas 2), los ceviches de La Pachamama (Beatas 6), y los platos japoneses de Shokudo (Beatas 29).

En cuanto a vinos y cervezas, Los Patios de Beatas (Beatas 43) es ideal para explorar una amplia selección de bodegas, mientras que La Gloria (Beatas 51), cerca del Museo Picasso, es famosa por sus embutidos y quesos. Para una caña refrescante, La Pava (Beatas 45) es perfecta. La calle también cuenta con bares nocturnos como La Gringa Colorá (Beatas 12) y La Destilería (Beatas 1), que ofrecen cócteles y música en vivo, haciendo de Beatas el lugar ideal para una noche completa de tapeo y diversión con amigos o familia en la ciudad andaluza.

Qué no te puedes perder

No cabe duda de que tapear es un arte que en Málaga se manifiesta con una rica variedad de tapas tradicionales y deliciosas. Entre las más representativas de la provincia se encuentra el ajoblanco, una sopa fría conocida también como gazpacho blanco. Elaborado con pan, ajo y almendras, se sirve tradicionalmente con uvas o melón. Este plato se puede encontrar en muchos bares y restaurantes.

Otro plato destacado es el lomo de orza, que consiste en lomo marinado en manteca, frecuentemente acompañado de huevos fritos, patatas y pimientos. En el ámbito del mar, el pescaíto frito es un clásico malagueño que incluye una variedad de pescados fritos como puntillitas, chanquetitos y calamaritos. En cuanto a sopas frías, la porra antequerana es similar al salmorejo y se prepara con tomates, pan, pimiento verde y ajo, sirviéndose con taquitos de jamón, atún y huevo duro.

Por otro lado, la ensalada malagueña, una ensalada refrescante con base de patata, huevo cocido, cebolla, gajos de naranja y bacalao, es un plato típico de Cuaresma. La pipirrana malagueña, también conocida como salpicón, combina tomate, pimientos, pepino, cebolla y mariscos, siendo perfecta para los meses de calor. Además, el montadito de lomo, un sencillo bocadillo de lomo a la plancha.

Finalmente, las croquetas de puchero, con su relleno tradicional, evocan recuerdos de la infancia. Los boquerones victorianos, rebozados y fritos, son otro manjar típico. Finalmente, aunque no son una tapa per se, los espeto de sardinas, asadas en espeto, son una especialidad malagueña muy popular.

En resumen, Málaga ofrece una rica y variada oferta de tapas que van desde el ajoblanco y el lomo de orza hasta el pescaíto frito y el espeto de sardinas. Cada plato, con su distintiva preparación y sabor, refleja la profunda tradición culinaria local, proporcionando una experiencia gastronómica única que es ideal para disfrutar en la vibrante y acogedora escena de tapeo de la ciudad.