Cómo se forma la lluvia: proceso y características
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Todos hemos visto llover en más de una ocasión ya que se trata de uno de los fenómenos medioambientales más comunes en todo el mundo. Aunque en un principio la lluvia parezca algo muy simple, lo cierto es que resulta de especial interés cómo se forma.
Dicho de un modo sencillo, se trata de la precipitación de agua en estado líquido desde las nubes en dirección al suelo, hacia la superficie terrestre. Pero, ¿a qué se debe?, ¿cómo se produce? Son muchas las cuestiones en torno a este fenómeno, así que lo explicamos todo en este artículo.
¿Cómo se produce la lluvia?
La lluvia se debe básicamente al conocido como ciclo de agua. Se trata de un proceso a través del cual el agua se evapora, asciende hasta las nubes, y luego vuelve a caer en otro sitio. La caída del agua se produce mediante la condensación del vapor de agua que se encuentra en el interior de las nubes. Por lo tanto, al volverse más pesado, cae hacia el suelo por efecto de la gravedad.
Ahora bien, hay una serie de factores que intervienen en la formación de la lluvia. Uno de los más relevantes es la temperatura a la que se encuentra la atmósfera. También hay otros, como la disponibilidad de agua o los cambios de presión.
La lluvia tiene una importancia vital para el desarrollo de la vida y de todos los seres vivos. Gracias a ella el agua se distribuye de forma eficiente por todo el planeta Tierra, al tiempo que favorece el proceso natural de purificación del agua.
También existen fenómenos que son muy perjudiciales para el medio ambiente, como la lluvia ácida. En este caso, las gotas de agua que caen están contaminadas, y esto se debe a una contaminación que tuvo lugar en el aire.
¿Cómo es el agua de la lluvia?
Hay algo muy curioso sobre la lluvia, y es que las gotas que se forman en el proceso de condensación no son tan grandes como nosotros las vemos. Lo que hacen las gotas microscópicas es mezclarse entre ellas para dar lugar a gotas de mayor tamaño, aumentando su masa en más de un millón de veces, que luego caen en forma de lluvia.
El tamaño de las gotas oscila entre los 0,5 y los 5 milímetros de diámetro, y caen a una velocidad de entre cuatro y ocho metros por segundo.