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Jamás congeles estos alimentos: la lista confirmada por los expertos

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Alimentos en el congelador.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El congelador se ha convertido en un electrodomésticos indispensable en las cocinas modernas, permitiendo conservar los alimentos durante largos periodos de tiempo y reduciendo el desperdicio. Sin embargo, aunque parece una práctica sencilla, no todos los alimentos son aptos para el congelador. El desconocimiento sobre qué se puede o no congelar puede afectar la calidad de los alimentos, su sabor, textura e incluso nuestra salud. Por esta razón, es crucial conocer las recomendaciones de los expertos.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha proporcionado una serie de pautas esenciales para la adecuada congelación de alimentos. Según esta institución, es fundamental mantener la temperatura del congelador en -18 grados o menos. Esta temperatura asegura que los microorganismos presentes en los alimentos, como bacterias y hongos, se mantengan inactivos, lo que ayuda a prevenir intoxicaciones alimentarias. Otra recomendación importante es evitar recongelar alimentos que ya han sido descongelados. Este proceso compromete tanto la calidad como la seguridad de los alimentos.

Estos son los alimentos que no se pueden congelar

Uno de los alimentos que nunca se deben congelar son las hojas verdes crudas, como la lechuga, el cilantro, la espinaca o la rúcula. Aunque estas verduras se pueden guardar en la nevera por un tiempo, el proceso de congelación y descongelación afecta gravemente su textura. Al congelarlas, el agua que contienen se expande, lo que hace que las células de las hojas se rompan. Como resultado, cuando se descongelan, estas verduras se vuelven blandas y acuosas, perdiendo su textura crujiente y su sabor fresco.

Otro alimento que los expertos recomiendan no congelar son los tomates frescos. Al igual que las hojas verdes, los tomates contienen una gran cantidad de agua. Cuando se congelan, el agua en su interior se expande y daña la estructura celular, lo que hace que, al descongelarlos, pierdan su consistencia firme y se vuelvan blandos y acuosos. Si bien los tomates congelados aún se pueden ser utilizados para salsas o sopas después de ser descongelados, no son adecuados para ensaladas o cualquier preparación en la que se desee mantener su textura original.

Las patatas también se encuentran en la lista de alimentos que no deberían congelarse. Aunque algunas personas optan por congelar patatas peladas o cortadas para ahorrar tiempo en la cocina, el proceso de congelación afecta la estructura del almidón en las patatas, haciendo que, cuando se descongelan, se vuelvan blandas y harinosas. Además, si se congelan crudas, pueden desarrollar manchas oscuras y su sabor se vuelve menos apetecible. Para congelar patatas, lo mejor es cocinarlas parcialmente antes de congelarlas, ya sea hirviéndolas o friéndolas, para preservar mejor su sabor y textura.

Tampoco es una buena idea meter en el congelador los alimentos con alto contenido de grasa, como la mayonesa o las salsas cremosas. Las salsas a base de crema, queso o mayonesa tienden a separarse cuando se congelan, lo que resulta en una textura grumosa y poco atractiva una vez descongeladas. El proceso de congelación rompe la emulsión que mantiene estos ingredientes unidos, lo que hace que se separen y pierdan su consistencia suave y cremosa.

Los fritos son otro ejemplo de alimentos que no se deben congelar. Aunque es tentador congelar las sobras de algún plato frito, como pollo o empanadas, el proceso de congelación afecta negativamente la textura crujiente que caracteriza a estos alimentos. Una vez descongelados, pierden su textura crujiente y se vuelven blandos o incluso grasosos. Si se desea congelar alimentos fritos, es mejor hacerlo mientras están aún calientes, pero se debe tener en cuenta que la calidad no será la misma después de descongelarlos y recalentarlos.

Los huevos con cáscara tampoco son aptos para el congelador, ya que la cáscara puede romperse debido a la expansión del líquido cuando se congela el interior del huevo. Además, la clara y la yema del huevo cambian de textura durante el proceso de congelación, lo que puede resultar en un huevo que no se comporta como se espera cuando se cocina. Si deseas congelar huevos, lo más recomendable es batirlos y almacenarlos en un recipiente hermético, sin la cáscara.

Finalmente, otro de los alimentos que no es recomendable congelar son los productos lácteos no pasteurizados, como la leche cruda o ciertos tipos de queso frescos. La congelación puede alterar la textura de estos productos, haciendo que la leche se vuelva grumosa o que el queso pierda su sabor y consistencia. Algunos quesos, como el queso crema o el queso ricotta, pueden separarse y volverse acuosos después de ser congelados y descongelados, lo que afecta tanto su apariencia como su sabor.

En resumen, aunque el congelador es muy útil para la conservación de alimentos, no todos los alimentos se benefician del proceso de congelación. Es crucial conocer cuáles alimentos no se deben congelar para evitar la alteración de su textura, sabor y, en algunos casos, su seguridad.

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