La función secreta de las lavadoras que acaba con las peores manchas: casi igual que el truco de tu abuela


En el día a día, lavar la ropa puede parecer una tarea automática y sin secretos: se introduce la colada en la lavadora, se añade detergente y suavizante, se elige un programa y listo. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que este electrodoméstico, en apariencia simple, alberga funciones que pueden marcar una gran diferencia en la limpieza de las prendas, especialmente cuando tienen manchas difíciles. Uno de los recursos poco conocidos de las lavadoras es el prelavado, una función muy efectiva, aunque muchos no la usan o directamente no saben que existe.
El prelavado no es un invento reciente ni tampoco un truco mágico. Es más bien una adaptación tecnológica de un truco que ya utilizaban nuestras abuelas: remojar la ropa antes del lavado principal. Este paso adicional, muchas veces ignorado, puede ser el mejor aliado para combatir manchas rebeldes sin recurrir a productos agresivos que dañen los tejidos.
La función secreta del prelavado
Todas las lavadoras tienen un cajetín dividido en tres secciones: una para el detergente principal, otra para el suavizante y una tercera, a menudo ignorada, para el prelavado.
El prelavado consiste en un ciclo corto de lavado previo al principal. Su objetivo es actuar sobre la suciedad más visible y superficial, «aflojándola» para que el detergente principal lo tenga más fácil para dejar las prendas impecables. Es especialmente útil para ropa muy sucia, como uniformes deportivos, ropa de trabajo o prendas de niños que han estado jugando en el parque.
Remojar: el método de toda la vida
Antes de la llegada de las lavadoras, poner la ropa a remojo era una costumbre habitual. Esta técnica permitía «ablandar» la suciedad incrustada en las fibras del tejido, facilitando su eliminación posterior con un lavado más suave. Aunque hoy en día contamos con tecnología más avanzada, el principio sigue siendo el mismo: una prenda remojada responde mejor al lavado.
Cuando se utiliza correctamente, el prelavado en la lavadora imita este proceso. Se llena el tambor con agua, se agita suavemente la ropa con un poco de detergente específico y se realiza un primer aclarado que elimina parte de la suciedad. Este paso no sólo mejora los resultados, sino que también protege las prendas, ya que evita tener que usar detergentes muy agresivos o frotar manualmente.
Ventajas
Realizar un prelavado antes del ciclo principal ofrece múltiples beneficios. En primer lugar, eliminar la suciedad superficial permite que el lavado principal actúe directamente sobre las manchas más resistentes, sin interferencias. Esta función prepara las prendas y optimiza el rendimiento del detergente, logrando mejores resultados.
Además, el prelavado ayuda a evitar la redistribución de la suciedad. Cuando se introduce una prenda muy sucia directamente en la lavadora, existe el riesgo de que la mugre se desprenda y «contamine» otras prendas. Un enjuague previo reduce este riesgo, manteniendo las demás prendas más limpias y en mejor estado.
Otro aspecto clave es la posibilidad de usar menos detergente. Al remover la primera capa de suciedad con agua y una cantidad mínima de producto, el detergente del lavado principal puede trabajar de manera más eficiente, lo que también representa un ahorro económico y ambiental.
Finalmente, este paso adicional cuida los tejidos, ya que reduce la necesidad de frotar manualmente o emplear productos agresivos. En conjunto, el prelavado se convierte en una estrategia útil, especialmente para tratar manchas rebeldes y prolongar la vida útil de la ropa.
Errores comunes
Uno de los errores más comunes al utilizar la función de prelavado en la lavadora es añadir suavizante. Esto no sólo resulta inútil, sino que puede provocar la acumulación de residuos en el electrodoméstico y en la ropa, afectando la calidad del lavado. Muchas personas también creen erróneamente que usar prelavado alarga considerablemente el tiempo total del ciclo, cuando en realidad, generalmente sólo añade entre 15 y 20 minutos.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es no llenar la lavadora al máximo cuando se vaya a usar el prelavado. Debido a que este proceso implica dos ciclos consecutivos, es fundamental que la ropa tenga espacio suficiente para moverse libremente. De esta manera, el agua y el detergente pueden circular correctamente, asegurando una limpieza más eficiente.
Por último, es esencial tener cuidado con las prendas delicadas. Aunque esta función puede ser muy útil cuando la ropa está muy sucia, no todos los tejidos lo toleran igual. Algunos materiales delicados pueden dañarse o perder su textura si se someten a ciclos demasiado largos o intensos. Por ello, es recomendable leer siempre las etiquetas de las prendas y ajustar el programa según las indicaciones del fabricante.
En definitiva, el prelavado no es un truco secreto ni una función obsoleta. Es una herramienta útil que, bien utilizada, puede hacer maravillas en la lucha contra las manchas. Su desconocimiento no le resta valor: al contrario, lo convierte en una oportunidad para quienes quieren sacar el máximo partido a su lavadora.