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Frases que sorprenden de Truman Capote en el día de su nacimiento

Frases que sorprenden de Truman Capote en el día de su nacimiento
Frases que sorprenden de Truman Capote en el día de su nacimiento

Un 30 de septiembre de 1924 nace el escritor y periodista Truman Capote conocido por diversas novelas como Breakfast at Tiffany’s e Cold Blood. Le recordamos con las frases que sorprenden de Truman Capote en el día de su nacimiento.

Además entró a formar parte del mundo del cine al ser guionista de algunas películas como de ¡Suspense!, de Jack Clayton (1961).

Citas enigmáticas de Truman Capote

Es imposible que un hombre que goza de libertad imagine lo que representa estar privado de ella.

Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota.

Cuando hay en juego asesinatos, no se pueden tener muchas consideraciones con el dolor personal. Ni con la intimidad. Ni con los sentimientos personales. Hay que hacer preguntas. Y algunas hieren profundamente.

Se rió y me dijo que no creía ni en el cielo ni en el infierno, sólo en polvo sobre polvo. Son aquellas frases que sorprenden de Truman Capote 

Si te pasas mucho tiempo comiendo manzanas terminas por aborrecer las manzanas. Eso me pasa a mí con la imaginación para mis libros: tiro tanto de ella que me quedo vacío, así que tengo que esperar unos años hasta volver a ganar imaginación para volver a escribir y volver a agotarla.

¿Qué es la vida? Es el brillo de una luciérnaga en la noche. Es el hálito de un búfalo en invierno. Es la breve sombra que atraviesa la hierba y se pierde en el ocaso.

La amistad es una ocupación a tiempo completo si realmente ese alguien es tu amigo. Por eso, no se puede tener mucho amigos, no habría tiempo para todos

Solo diré que lo único que un escritor debe trabajar es la documentación que ha recogido como resultado de su propio esfuerzo y observación, y no puede negársele el derecho a emplearlo. Se puede condenar, pero no negar.

No me gusta dejar un libro sin acabar, pero supliqué a Dios que me perdonara con las lecturas que hice de Joyce. Nunca mis oraciones habían sido tan largas, pero sus escritos eran infumables.

Porque mientras estás en esta vida, siempre tienes algo esperándote y aunque lo sepas y sepas, además, que es algo malo, ¿Qué le vas a hacer? No puedes dejar de vivir.

No es cuestión de fidelidad a los propios conceptos, es cuestión de compromiso para poder seguir siendo un individuo sin la constante amenaza de las presiones convencionales.

 

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