Éste es el motivo por el que un Rolex de segunda mano o robado es hoy más caro que uno nuevo
Rolex produce 1.100.000 relojes al año en las cuatro fábricas que tiene
No se pueden vender tantos relojes como se piden en los selectos concesionarios oficiales autorizados por Rolex
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Rolex es una marca de súper lujo conocida en todo el mundo, cuyos relojes son objeto de deseo de miles de personas en el planeta. Pero quien quiera hoy uno lo tiene complicado porque, para la mayoría de los compradores, es más difícil conseguir un reloj Rolex en una tienda que hacer un viaje espacial. Esto ocurre por un hecho insólito: uno de segunda mano o robado es más caro que uno nuevo. ¿Por qué? La respuesta está en la ley de la oferta y la demanda.
Porque hay tanta demanda y tan poca oferta que eso explicaría el alto índice de los robos de relojes de esta marca. La razón es sencilla: no se pueden producir tantos como se piden en los selectos concesionarios oficiales autorizados por la marca suiza, dada una altísima demanda que se enfrenta a una producción que no ha aumentado en años. Por eso, en todas las joyerías autorizadas del mundo hay listas de espera de dos, tres, cuatro y hasta cinco años para conseguir uno, dado que los que salen de fábrica los reservan para coleccionistas y clientes de confianza.
Este año, «Rolex ha superado por primera vez la facturación de 10.000 millones de francos suizos», revela Argimiro Aguilar, de Joyería Argimiro, de Valencia. «Hay que tener en cuenta que la poderosa marca se publicita en todos los grand slams de tenis, en los grandes torneos de equitación, de golf, en la Fórmula 1», añade. «Con esa visibilidad, ha conseguido convertirse en un exclusivo objeto de deseo para personajes adinerados y no tan adinerados, que engrosan las demandas de relojes en las joyerías de lujo para poseerlos», dice el joyero valenciano.
«Hoy por hoy, Rolex vende 1.100.000 unidades al año y va a construir una quinta fábrica para conseguir elaborar 1.200.000 unidades», desvela Argimiro Aguilar, quien añade que «en Italia ya han bajado un 20% los precios para tratar de acabar con esa burbuja que ha provocado que un reloj de segunda mano sea más caro que uno nuevo».
Historia del reloj Rolex
Rolex es hoy un conglomerado de empresas encabezadas por Rolex, SA, que a su vez es propiedad de la Fundación Hans Wilsdorf. O sea, que podríamos decir que la exclusiva Rolex es una fundación sin ánimo de lucro. De hecho, la propietaria de la empresa está reconocida por el gobierno suizo como un fideicomiso benéfico y, por lo tanto, no paga impuesto de sociedades ni está obligado a revelar sus finanzas (o las de Rolex).
Rolex fue fundada en 1905 por el alemán Hans Wilsdorf y su cuñado, el británico Alfred Davis, bajo el nombre Wilsdorf & Davis. Wilsdorf registró tres años más tarde la marca Rolex: jugó con todas las letras de abecedario hasta encontrar un nombre fácil de pronunciar en cualquier idioma y lo suficientemente corto para caber en la esfera de un reloj. En 1910, Rolex recibió el primer certificado de precisión cronométrica atribuido a un reloj de pulsera, y en 1919, Wilsdorf trasladó la sede de la empresa de Londres a Ginebra.
Al parecer, el fundador de Rolex dejó Inglaterra debido a los impuestos de guerra aplicados a las importaciones de lujo, así como a los aranceles de exportación sobre la plata y el oro que utilizaba para las cajas de los relojes, que hicieron que los costes se dispararan. La Rolex Watch Company cambió de nombre a Montres Rolex, SA y finalmente a Rolex, SA. En 1905, empezaron distribuyendo ejemplares y colocándolos en cajas de reloj. Estos primeros relojes de pulsera se vendían a muchos joyeros, que ponían sus propios nombres en las esferas. Un par de años más tarde, en 1919, Wilsdorf y Davis cambiaron el nombre de la empresa por el de Rolex y se trasladaron a La Chaux-de-Fonds, en Suiza.
Rolex, fundación sin ánimo de lucro
Cuando la esposa de Wildorf murió en 1944, Wilsdorf creó la Fundación Hans Wilsdorf, un fideicomiso privado al que dejó todas sus acciones de Rolex, asegurándose de que parte de los ingresos de la empresa se destinaran a obras benéficas en lugar de utilizarse para diferentes actividades. Wilsdorf murió en 1960, y ése fue el momento en que el fideicomiso fue propietario de Rolex SA en Suiza. Dado que los impuestos son más bajos para una fundación, en 2011 hubo un poco de revuelo: ante la falta de transparencia, había quienes afirmaban que la fundación no daba tanto por los demás, mientras que la Fundación Hans Wilsdorf aseguraba que había donado dos edificios de viviendas a instituciones sociales de Ginebra.
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