El error que está haciendo que tu aire acondicionado funcione peor y gaste más: nos pasa a casi todos


Con la llegada del verano, muchas personas recurren al aire acondicionado para mantener sus hogares frescos. Sin embargo, lo que pocos saben es que un pequeño descuido en la instalación o el uso del equipo puede provocar que funcione de manera ineficiente, consuma mucha más energía de la necesaria y, como consecuencia, aumente la factura de la luz sin darnos cuenta. Este error en el uso del aire acondicionado afecta a millones de personas cada año, y lo peor de todo es que suele ser algo que se puede evitar fácilmente.
Cuando pensamos en instalar un sistema de aire acondicionado, lo primero que suele preocuparnos es el modelo, la potencia o el precio. Sin embargo, muchas veces dejamos de lado un detalle igual de importante: el lugar donde se instala, especialmente la unidad exterior. Esta parte del sistema es responsable de expulsar el calor que extrae del interior de la vivienda. Si está expuesta al sol durante todo el día, especialmente en las horas de mayor radiación, su capacidad para disipar el calor se reduce considerablemente.
El error más habitual en el uso del aire acondicionado
Uno de los fallos más extendidos es ubicar la unidad exterior del aire acondicionado sobre una pared que recibe sol directo la mayor parte del día, en una azotea sin sombra o junto a una ventana sin cortinas ni estores. Aunque parecer una buena idea, en realidad se trata de una trampa energética.
Dejar que el sol incida directamente sobre el aparato exterior puede hacer que su temperatura interna suba significativamente. Algunos estudios han demostrado que una unidad situada en una zona de sombra puede trabajar hasta un 10% o 15% más eficientemente que otra que recibe sol todo el día.
¿Qué ocurre dentro del equipo cuando está mal ubicado?
Cuando el aire acondicionado trabaja, lo hace moviendo calor de un lugar a otro. El compresor toma el calor del interior y lo lleva al exterior, donde el ventilador de la unidad exterior lo expulsa al ambiente. Si el lugar donde está instalada esta unidad ya está caliente por el sol, el calor no se disipa bien.
El sistema necesita más tiempo y más energía para lograr los mismos resultados. Esto no sólo encarece el uso del aire acondicionado, sino que también genera un ciclo de esfuerzo continuo que acorta la vida útil del compresor. Es como obligar a un corredor a hacer una maratón con 40 grados a la sombra. Puede que lo logre, pero acabará agotado mucho antes de lo normal.
¿Cuál es el mejor sitio para la unidad exterior?
Lo más recomendable es instalar la unidad exterior en un lugar que esté protegido de la radiación solar directa, al menos durante las horas de mayor radiación, que suelen ir de las 12:00 a las 17:00 horas. Si se puede ubicar en una zona con sombra natural, como debajo de un alero, un balcón o cerca de un árbol, mucho mejor. También se pueden utilizar elementos artificiales como techos ligeros, paneles o estructuras que generen sombra sin impedir la circulación de aire.
Otro aspecto a tener en cuenta es la ventilación. Aunque la sombra es importante, no sirve de nada si la unidad está en un rincón cerrado donde el aire caliente queda atrapado. El flujo de aire debe ser constante para que el sistema pueda expulsar el calor con eficacia. Una buena circulación permite que el compresor trabaje menos tiempo y mantenga una temperatura interna adecuada.
Consejos para mejorar la eficiencia
Si ya tienes instalado el aire acondicionado en una zona soleada, no todo está perdido. Hay varias formas de mejorar la situación sin tener que desinstalar todo el equipo. La primera es crear sombra con elementos simples: un toldo, una sombrilla grande, una estructura de madera con plantas o incluso una lona bien colocada. Lo importante es que la unidad quede protegida del sol sin bloquear el flujo de aire.
También es fundamental asegurarse de que la zona esté bien ventilada y que no haya obstáculos que dificulten la salida del aire caliente. Si la unidad está en una terraza o balcón, evita rodearla de objetos, paredes altas o muros que retengan el calor. Cuanto más despejada esté la zona, mejor funcionará el equipo. En algunos casos, vale la pena consultar con un técnico para valorar si un cambio de ubicación es viable o si se pueden hacer ajustes técnicos que mejoren el rendimiento.
Muchas veces creemos que los problemas de rendimiento tienen que ver con fallos técnicos o con el desgaste natural del equipo. Pero lo cierto es que un simple error de ubicación puede tener consecuencias muy importantes en el uso y la vida útil del aire acondicionado. Colocar la unidad exterior a pleno sol, sin sombra y sin ventilación, es como ponerle pesas a un corredor y pedirle que rinda igual.
La próxima vez que pienses en instalar un equipo nuevo, o si ya tienes uno en casa, recuerda que es la clave para disfrutar de un verano fresco, sin sorpresas en la factura y con un sistema que funcione como debe.