Eres de clase media-baja si haces esto en tu cocina: no lo verás en las casas de los ricos


¿Sabías que hay determinados gestos y hábitos que denotan si eres de clase media-baja? La cocina siempre se ha considerado un espacio meramente funcional donde se preparan alimentos, pero este concepto ha cambiado de manera significativa en los últimos años. Hoy en día, es una de las estancias más importantes del hogar, la cual refleja nuestras costumbres, hábitos y, en cierta medida, nuestra situación económica. Todo lo que guardamos en ella y la manera en que organizamos los utensilios pueden revelar aspectos muy interesantes sobre nuestro estilo de vida.
Una de las prácticas más comunes en los hogares de clase media o media-baja es apilar las sartenes unas encima de otras en un cajón, o incluso guardarlas dentro del horno para ahorrar espacio. Puede parecer un gesto trivial, pero si lo analizamos con detenimiento, podemos darnos cuenta de que detrás de esta costumbre hay distintas formas de entender la cocina entre personas que pertenecen a diferentes clases sociales.
¿Perteneces a la clase media-baja?
A lo largo de la historia, la cocina ha tenido un papel muy importante. En las familias humildes, era el corazón del hogar, donde se cocinaba, se comía y se pasaba el día alrededor del fuego. Sin embargo, en las casas de familias acomodadas, era un lugar reservado única y exclusivamente al servicio doméstico.
Hoy en día, aunque todos tenemos acceso a electrodomésticos modernos, siguen existiendo algunas diferencias, sobre todo en lo que se refiere al espacio. No tiene nada que ver diseñar una cocina de apenas 10 metros cuadrados que una cocina de 35 metros cuadrados con isla central y muebles a medida.
Aquí es donde entra en juego el hábito de guardar las sartenes apiladas. Además de ahorrar espacio en cocinas pequeñas en las que no hay armarios suficientes para organizar todos los utensilios, parece la mejor solución cuando se tiene prisa. Por supuesto, esto no es algo nuevo, sino que muchas familias lo han hecho así siempre.
Pero, ¿por qué en las casas de ricos no existe esta costumbre? La respuesta es simple: estas cocinas tienen un espacio exclusivo para guardar las sartenes, con ganchos o separadores que las mantienen en perfecto orden y evitan que se rayen. Más allá de la diferencia económica, en los hogares de clase media-alta, la cocina no se concibe como un espacio para «salir de paso», sino para disfrutar.
Por lo tanto, los arquitectos e interioristas cuidan hasta el más mínimo detalle, prestando especial atención al almacenamiento para que sea práctico y estético. Las cocinas tienen espacio de sobra, así que se pueden instalar armarios amplios, módulos extraíbles, cajones con divisores y sistemas de almacenaje diseñados a medida. No queda nada al azar, sino que todo tiene su lugar: las sartenes, los cuchillos, los envases herméticos… En resumen, mientras en una cocina humilde el espacio obliga a improvisar, en una de lujo el espacio se adapta a las necesidades.
Otro hábito muy extendido en familias de clase media-baja es usar el horno para guardar bandejas, moldes, cazuelas y, por supuesto, sartenes. A simple vista es una solución práctica, pero también cada vez que se quiere usar el horno hay que sacar todo lo que contiene. Además, si se olvida algo dentro, puede quemarse o estropearse.
Consejos prácticos
Aunque no tengas mucho espacio en la cocina para guardar las sartenes, estos son algunos consejos para organizarlas de la mejor forma posible:
- El error más habitual es colocar una sartén encima de otra. Puede parecer una solución práctica, pero lo cierto es que esta forma de almacenamiento raya la superficie antiadherente. Si no tienes más remedio que apilarlas, coloca entre cada sartén un protector de tela, fieltro o incluso un trapo de cocina doblado.
- Los organizadores metálicos o de madera diseñados para tapas y bandejas funcionan muy bien también con sartenes. Colocarlas de manera vertical permite que cada una tenga su espacio, sin roces ni golpes. Además, facilita mucho el acceso: ya no tendrás que sacar todas para llegar a la que está abajo del todo.
- Si tienes poco espacio en los armarios, colgar las sartenes es una solución estética y funcional. Basta con instalar una barra resistente y algunos ganchos en la pared para tenerlas siempre a mano.
- Guardar las tapas junto con las sartenes suele generar caos. Lo mejor es organizarlas aparte en un soporte vertical o en un colgador detrás de la puerta del armario.
Es fácil caer en la trampa de pensar que guardar las sartenes apiladas es «poco elegante». Sin embargo, en realidad refleja la capacidad de adaptarse a las circunstancias. Quien guarda sus sartenes en el horno lo hace porque su cocina es pequeña y no tiene otra opción. Así que, la próxima vez que abras tu cajón y veas tus sartenes apiladas unas sobre otras, tómalo como lo que realmente es: una muestra de ingenio y supervivencia en un espacio reducido.
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