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Enfado monumental en España por cómo ha recreado la IA al hombre español: «En mi vida…»

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En una era en la que la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta habitual para generar imágenes, vídeos y textos con un realismo sorprendente, los límites entre la creatividad tecnológica y la percepción cultural son cada vez más difusos. A diario, las redes sociales se inundan con contenido creado por estas plataformas automatizadas, capaces de recrear desde paisajes exóticos hasta rostros que no existen. Sin embargo, cuando estas representaciones tocan temas tan sensibles como la identidad cultural, no tardan en provocar reacciones encontradas.

Recientemente, una cuenta de Instagram llamada @reimagineuk decidió poner a prueba uno de estos modelos de IA pidiéndole que generara representaciones visuales del «hombre típico» de diferentes países, entre ellos España. El experimento, que aparentemente buscaba ofrecer una visión entretenida y algo caricaturesca de los estereotipos nacionales, terminó generando una gran controversia, especialmente con la imagen elegida para representar al ciudadano español promedio.

La IA y su forma de interpretar al hombre español

El auge de la inteligencia artificial en la creación de contenidos visuales ha abierto la puerta a nuevas formas de representación cultural. Desde hace tiempo, distintas plataformas y perfiles en redes sociales utilizar esta herramienta para crear todo tipo de imágenes y vídeos, a menudo con fines virales. En este caso, la cuenta @reimagineuk recurrió a una IA generativa para generar un retrato visual de cómo serían los «hombres promedio» de distintas naciones.

Sin embargo, mientras que en otros casos el tono jocoso fue bien recibido, en el caso español la imagen provocó una reacción notable. La IA presentó al hombre español con una estética que muchos calificaron de anacrónica, exagerada y alejada de cualquier realidad social actual. El «modelo» lucía una camisa y pantalones negros, una chaqueta recargada con adornos dorados y una rosa roja prendida en el ojal. Para muchos, parecía más un personaje salido de una zarzuela o una representación teatral de un torero que una persona que realmente puedas encontrar por la calle.

La respuesta en redes sociales no se hizo esperar. En los comentarios del vídeo publicado por la cuenta de Instagram, muchos usuarios españoles expresaron su asombro y molestia. «Jamás he visto a nadie vestido así en España», escribía una usuaria, visiblemente indignada. Otro comentario, también bastante compartido, decía: «He vivido toda mi vida en España y puedo asegurar que nadie va por la calle así vestido».

La principal crítica no fue tanto la imagen física del personaje (que, según algunos, incluso reflejaba ciertos rasgos comunes en el rostro), sino el estilismo que se utilizó para construir la representación. Los usuarios coincidieron en que la vestimenta recordaba más a un estereotipo folclórico que a una imagen moderna y realista del hombre español de hoy en día.

Esta desconexión entre la imagen propuesta y la realidad percibida por los propios ciudadanos refleja un problema habitual en el uso de IA para representar culturas: la tendencia a recurrir a clichés simplistas o imágenes heredadas del pasado que ya no representan a las sociedades actuales.

El poder de los estereotipos en la era digital

Uno de los grandes riesgos cuando se recurre a la inteligencia artificial para representar culturas o nacionalidades es que se tiende a caer en la simplificación excesiva. La IA aprende a partir de bases de datos y materiales que muchas veces están impregnados de imágenes estereotípicas que han circulado durante años.

Esto hace que, incluso con los avances tecnológicos más recientes, la IA reproduzca versiones deformadas de la realidad social. No es que esas imágenes no hayan existido o no existan en ciertos contextos culturales o festivos, pero presentarlas como la norma o como representativas del ciudadano medio puede llevar a malentendidos y a la perpetuación de ideas anticuadas.

Los usuarios españoles no se sintieron identificados con la imagen que la IA construyó. No solo no corresponde con la moda actual ni con los estilos de vida comunes, sino que transmite una visión casi caricaturesca, como si España entera fuera una postal turística de los años cincuenta.

Cabe destacar que España no fue el único país que recibió una representación discutible. El retrato del «hombre británico», por ejemplo, lo mostraba con sobrepeso, vestido con una camiseta de fútbol y ubicado en una calle residencial típicamente inglesa. Aunque muchos lo tomaron con humor, también surgieron comentarios señalando que no todos los británicos se ajustan a ese patrón.

En el caso de Estados Unidos, la IA apostó por un hombre musculoso con sombrero vaquero, camisa de cuadros sin mangas y una hamburguesa en las manos. De nuevo, se apelaba a una imagen muy estandarizada del estadounidense medio, asociada al sur del país y al estilo de vida cowboy.

Mientras, el modelo alemán apareció como un joven moderno, de brazos tatuados, con pantalones cargo y camiseta holgada negra. Si bien algunos vieron en esta imagen una representación más cercana a ciertas tendencias urbanas reales, otros señalaron que, aun así, era una versión limitada de la diversidad existente en el país.

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