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Un americano dice esto del jamón ibérico y los platos españoles y se lía: «Comida de perro»

El jamón ibérico
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La gastronomía española es, sin lugar a dudas, uno de los patrimonios culturales más valorados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Con siglos de historia, una gran diversidad de ingredientes en casa región, y una manera de entender la comida como acto social y de disfrute, no es de extrañar que muchos viajeros visiten España con la ilusión de probar sus platos típicos. Desde la paella hasta el gazpacho, pasando por el jamón ibérico, nuestra cocina representa una experiencia sensorial que conquista corazones (y estómagos).

Sin embargo, no todos los visitantes aprecian del mismo modo estos sabores tan nuestros. Es el caso de un creador de contenido estadounidense que, tras publicar un vídeo probando varios de los platos más representativos de la cocina española, ha provocado una oleada de reacciones. No fue por un plato en particular, sino por el comentario que dedicó a uno de los mayores tesoros culinarios de nuestro país.

El comentario más polémico sobre el jamón ibérico

Este tiktoker, conocido en redes como The Food Guy, quiso compartir con sus seguidores una experiencia gastronómica basada en algunos de los platos más icónicos de la gastronomía española. En el vídeo, realiza una especie de cata informal desde lo que parece ser una habitación de hotel, con platos servidos en envases típicos del reparto a domicilio. Esta presentación inicial ya generó cierta controversia entre los usuarios, quienes señalaron que degustar comida de restaurante en formato delivery no hace justicia a la calidad de los platos.

La grabación comenzaba con la valoración de una paella de marisco. El influencer, tras probar una cucharada con un langostino incluido, comentó que el plato le parecía ligeramente picante y que «sabía a mar». A pesar de que la presentación no era la más fiel a una auténtica paella valenciana, le otorgó una nota de 8,3 sobre 10. A continuación, probó la tortilla de patatas, que describió como «muy buena» y valoró con un 8,7. Aunque no comentó si le gustaba más con o sin cebolla, su reacción fue positiva.

Luego llegó el turno de las patatas bravas. Servidas en un recipiente de plástico con la salsa en un envase aparte, este plato no parecía muy prometedor. Sin embargo, resultó ser uno de los que más le gustaron, recibiendo una puntuación de 8,4. Las croquetas de jamón, aunque con una textura algo densa en su interior, también le gustaron. Describió su textura como «crujiente por fuera y cremosa por dentro», y les dio un 7,9.

Todo parecía transcurrir sin mayores sobresaltos hasta llegar al momento más esperado (y temido por algunos): la cata del jamón ibérico. Considerado por muchos como el emblema de la gastronomía española, este producto gourmet cuenta con una elaboración artesanal y una historia centenaria. Sin embargo, la reacción del joven estadounidense causó una gran polémica en redes sociales. ¿El motivo? Tras oler el jamón, exclamó que «huele a comida de perro».

A esa frase le siguió una nota de 6 sobre 10, la más baja de todas las asignadas en el vídeo. En redes sociales, las respuestas no se hicieron esperar. Algunos internautas lo tomaron con humor, publicando frases como «me meten preso si opino eso en mi pueblo» o «eso en España es querer movida».

Otros señalaron que el jamón ibérico se debe comer en un entorno adecuado, con una buena presentación y, sobre todo, con un producto de calidad. No todos los jamones que se venden como «ibéricos» lo son realmente, y el sabor puede variar mucho dependiendo del origen, el tipo de curación y la alimentación del cerdo.

También hubo quienes comentaron que las primeras impresiones no siempre reflejan la riqueza de una cultura culinaria tan compleja como la española. Algunos usuarios recordaron sus propias experiencias cuando probaron por primera vez platos como el queso azul, las ostras o incluso el sushi, y cómo su opinión cambió tras probarlos en el contexto adecuado. El caso del jamón ibérico podría ser similar para muchos paladares que no están acostumbrados a este tipo de sabor.

Algunos restauradores y expertos en gastronomía salieron también al paso de la polémica, señalando que, si bien las opiniones personales son válidas, debería existir una cierta responsabilidad al compartirlas en plataformas con millones de seguidores. Lo que para unos puede ser una simple impresión, para otros puede ser una desinformación que perpetúe estereotipos o, peor aún, que desanime a otros a descubrir la auténtica cocina de un país.

Como epílogo de esta historia viral, cabe destacar que la gastronomía española ha superado críticas mucho más graves y ha seguido conquistando a millones de personas en todo el mundo. Aunque no todos los paladares sean iguales ni compartan los mismos gustos, el valor cultural, histórico y social de nuestros platos sigue intacto. Y, quizás, este episodio sirva también para recordar que a veces, para disfrutar de verdad un plato, hace falta contexto, curiosidad y un poco de respeto por lo que representa.

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