¿Cómo saber si eres adicto a los videojuegos?

adicción a los videojuegos
La Organización Mundial de la Salud considerará la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental a partir de este año

El año 2018 ha empezado con polémica en el mundo de los videojuegos después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hiciera pública su intención de incluir la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental en la próxima actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11). Esta guía, que lleva sin modificarse desde el año 1992, incluye los códigos, signos y síntomas de los diferentes trastornos y es utilizada por médicos e investigadores para diagnosticar enfermedades.

Aunque de momento es un borrador, en la nueva versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS se puede encontrar la adicción a los videojuegos dentro del apartado ‘Trastornos mentales, de conducta o del neurodesarrollo’, donde se explica que esta patología se caracteriza por “un patrón de comportamiento persistente o recurrente en los videojuegos que puede ser offline o a través de internet. Este patrón es de suficiente gravedad como para provocar un deterioro significativo en esferas de la vida personal, familiar, social, educativa o la ocupacional”.

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Algunos países han puesto límites a los videojuegos, pero ahora ha sido la OMS la que ha entrado a catalogar este comportamiento como enfermedad mental

La OMS considera que este patrón de comportamiento, que puede ser continúo o episódico y recurrente, debe ser evidente durante un periodo de al menos doce meses para que sea diagnosticado como enfermedad mental, aunque el plazo de tiempo puedo ser menor “si el paciente presenta todos los síntomas y estos son graves”.

Los tres síntomas que confirman la adicción a los videojuegos

En el borrador de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS se establecen tres criterios para determinar si una persona puede ser diagnosticada de acuerdo a este trastorno:

  1. Falta de control sobre los videojuegos: Si las personas no son capaces de controlar cuándo empezar a jugar, con cuánta frecuencia, con qué intensidad, durante cuánto tiempo, cuándo poner fin a la partida…
  2. Crecimiento de la prioridad otorgada a los videojuegos: Cuando las personas sitúan en lo más alto de su lista de prioridades a los videojuegos por encima de otros intereses y actividades de la vida diaria
  3. Continuación o escalada de los videojuegos: A pesar de las consecuencias negativas que los videojuegos puedan tener para su salud o para su vida, las personas son incapaces de dejar de jugar. Todo lo contrario, lo hacen cada vez más

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