Tamara Kreisler: «Las galerías de arte online no son rivales para las de toda la vida, se complementan»

Tamara Kreisler es la tercera generación de una familia dedicada en cuerpo y alma al arte. Con el apellido Kreisler como aval de buen gusto y una educación artística impecable, Tamara decidió hace poco más de un año estrenarse en el mundo de los mecenas con una galería de arte online, Kreisler Art.

La familia Kreisler, los abuelos de Tamara, inauguró la primera galería de arte en Madrid hace ya más de 50 años. Desde entonces, su compromiso con el mundo de las musas y los artistas se ha enraizado en lo más profundo de la educación de los Kreisler. Por mucho que este amor por el arte le viniera inculcado desde pequeña, Tamara quiso probar cosas nuevas. Decidió explorar otros campos para adquirir una experiencia que le aportaría un valor añadido si en algún momento quisiera dedicarse al negocio familiar.

Tamara estudió económicas en Madrid y en la Columbia University de Nueva York. Durante una década se ha dedicado al mundo de la comunicación, como publicista y como responsable de Latinoamérica y Caribe para el célebre periódico estadounidense The Wall Street Journal.

También quiso estudiar un master en dirección de Fundaciones y puso en marcha lo aprendido ayudando a crear la Fundación Theodora en España, en la que continúa involucrada. Ha vivido en 9 países diferentes y habla con fluidez cinco idiomas. Una preparación que años después le ha servido como base sólida para llevar a cabo un proyecto personal que tiene la firma Kreisler: su galería online Kreisler Art.

A pesar de lo que muchos puedan pensar, y de la opinión de varios galeristas, una galería de arte online no supone un rival directo a las galerías de toda la vida. Al revés, tal y como explica la propia Tamara «las galerías digitales y las analógicas no son competencia unas con otras, son cosas complementarias».

Y precisamente para evidenciar esta complementariedad, Tamara ha elegido el título ‘Digital vs. Analogical’ para su primera exposición física. «Con el título he querido provocar la reflexión de que esto no tiene que ser un versus, si no un complementario, un apoyo. Vamos a tomar lo mejor del mundo digital y lo mejor del analógico para hacer que más personas puedan llegar al mundo del arte» dice Tamara.

El lugar elegido para la exposición no podía ser otro que la galería familiar, en la madrileña calle Hermosilla 8, y para el contenido ha escogido a 8 artistas que trabajan con ella en Kreisler Art y las últimas creaciones de éstos. Una colección de fotografías, pinturas y diversas creaciones al alcance de muchos, lejos de los astronómicos precios que puede llegar a alcanzar el arte.

«Los galeristas estamos deseando acercar el arte a la gente, no solo queremos que compren»

Uno de los temas que más preocupa a los galeristas es la falta de afluencia de público. Los altos precios de las buenas obras de arte y el halo de exclusividad que se ha formado en torno a las galerías en el sentir popular, unidos a los problemas económicos de la sociedad, han ocasionado un enorme descenso en las visitas a las galerías como la de los Kreisler.

La propia Tamara desmiente esa concepción de la galería de arte como algo «para ricos». Ella anima a todos el mundo, puedan o no puedan comprar, a que entren en las galerías: «Cuanto más arte puedes ver, más te gustará. Los que trabajamos en galerías estamos deseando que venga gente, que nos pregunten, nos gusta contar la vida del autor y explicar sus obras».

«Los políticos utilizan la historia de algunas personas para temas propios»

Además de la larga trayectoria en el mundo del arte, la familia Kreisler cuenta en su árbol genealógico con un personaje muy importante para la historia mundial. Juan Puyol, el primer marido de su abuela Araceli antes de casarse con Edward Kreisler y abuelo de Tamara, fue el conocido espía ‘Garbo’, el agente doble español más famoso. Araceli y Juan desempeñaron un papel clave en el desarrollo de la II Guerra Mundial, y sobre todo en su desenlace. Cuando Araceli y el espía ‘Garbo’ se separaron, Araceli terminó casándose con el norteamericano Edward Kreisler, que les dio su apellido a los tres hijos de ésta con Puyol.

Juan Pujol García, ‘Garbo’, trabajó para los aliados durante la II Guerra Mundial y fue pieza decisiva en el éxito del desembarco de Normandía. Condecorado por los alemanes, que siempre le creyeron uno de los suyos, y también por los ingleses, pasó a la historia y a la leyenda.

Durante el año pasado, la ley de memoria histórica generó un intenso debate y diversas polémicas en torno a las calles y plazas españolas dedicadas a figuras ligadas a la dictadura de Franco. El Ayuntamiento de Madrid, inmerso en este afán por borrar de la faz de la tierra cualquier rastro, por mínimo que fuera, del franquismo en el callejero madrileño, quiso cambiarle el nombre a la plaza Juan Puyol, en el barrio de Malasaña, confundiendo al Juan Puyol de la II Guerra Mundial, el abuelo de Tamara y al que está dedicada la plaza, con un escritor ligado al franquismo y con el que comparte nombre. Un gran error que finalmente se subsanó, pero que la familia Kreisler tuvo que sufrir al ver que se intentaba retirar un homenaje, más que merecido, a la labor de sus abuelos.

Tamara se muestra muy conciliadora al ser preguntada por este tema. Centrada en lo importante traslada que «toda la familia nos sentimos muy orgullosos de los abuelos y de la labor que realizaron en la II Guerra Mundial salvando miles de vidas». Para ella «eso es lo importante y con lo que hay que quedarse». Respecto a la acción de los políticos recuerda que «desgraciadamente, algunos políticos utilizan la historia de las personas para este tipo de temas propios», temas en los que la familia Kreisler evita entrar puesto que prefieren «quedarse con el recuerdo» de su abuelo ‘Garbo’, su abuela Araceli y el trabajo que desempeñaron en la guerra contra el nazismo.