La jefa de Jésica dice al juez que le ordenaron «dejarla en paz» pese a que no fichaba
La ex responsable del proyecto en Tragsatec reitera presiones para proteger a la ex pareja de Ábalos

Virginia Barbancho, quien ejerció como responsable técnica del proyecto de Tragsatec que contrató a Jésica Rodríguez, ex pareja del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos, ha comparecido este jueves ante el juez instructor del caso Koldo en la Audiencia Nacional para ratificar las presuntas irregularidades laborales que detectó y las presiones que recibió para silenciarlas.
Según fuentes jurídicas consultadas, Barbancho ha declarado ante el magistrado Ismael Moreno que durante el desarrollo del proyecto descubrió que Rodríguez no cumplía con sus obligaciones laborales básicas: no fichaba su entrada y salida del trabajo ni completaba los partes horarios correspondientes, documentos fundamentales para el control de la actividad laboral en cualquier empresa.
La ex responsable técnica asegura que, siguiendo los protocolos establecidos, comunicó estas irregularidades a sus superiores jerárquicos. Sin embargo, la respuesta que recibió fue completamente inesperada y contraria a los procedimientos habituales de gestión empresarial.
El primer contacto para silenciar sus denuncias provino de Ignacio Zaldívar, director de Gestión Administrativa en Adif para los trabajos encargados a Tragsatec. Según el testimonio de Barbancho, Zaldívar le transmitió una orden directa: debía dejar «en paz» a Jésica Rodríguez, ya que la instrucción procedía directamente de la presidencia de Adif.
Esta intervención resultó especialmente significativa porque Adif actuaba como cliente del proyecto, lo que convertía sus indicaciones en instrucciones prácticamente ineludibles para los responsables de Tragsatec.
Tras recibir la advertencia inicial, Barbancho asegura decidió trasladar la situación a sus superiores directos en Tragsatec: el gerente y el subdirector de la empresa. Durante una semana, estos directivos supuestamente analizaron la compleja situación que se había creado.
Finalmente, según declara la testigo, estos responsables le reiteraron el mismo mensaje, pero utilizando una terminología aún más contundente: le dijeron que dejara de «acosar» a la entonces pareja de Ábalos. Sin embargo, fuentes consultadas por OKDIARIO aseguran que en este punto Barbancho miente y que no se realizó ese aviso interno. Sostienen que está desviando el foco para evitar responsabilidades en la posible contratación irregular de Jésica Rodríguez para, por el contrario, centrar el tiro en la supervisión teniendo en cuenta que tras sólo un mes sin conseguir que Jésica fichara optó por cambiar de departamento.
«La sobrina del ministro»
Uno de los aspectos más reveladores del testimonio de Barbancho es cómo se presentó inicialmente a Jésica Rodríguez dentro del proyecto. Según ha declarado, alguien le comentó que la joven «venía de parte del entonces ministro de Transportes» y que le hablaron de ella como «sobrina» y no como «escort».
Esta caracterización resulta especialmente significativa porque sugiere que se creó una narrativa específica para justificar la presencia de Rodríguez en el proyecto y, presumiblemente, para explicar el trato preferencial que debía recibir.
El testimonio de Barbancho adquiere mayor relevancia cuando se contrasta con los hallazgos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Aunque la testigo niega conocer al ex asesor ministerial Koldo García y aseguró no haber visto nunca a su hermano Joseba García trabajando en Tragsatec, la UCO concluye en uno de sus informes que precisamente Joseba García «se encargó de cumplimentar los partes de trabajo mensuales» de Rodríguez.
Esta contradicción entre el testimonio y los hallazgos policiales sugiere la existencia de una red de apoyo más compleja de la que Barbancho habría tenido conocimiento, o bien que ciertos aspectos del funcionamiento irregular permanecieron ocultos incluso para los responsables del proyecto.
Mensajes clave
Durante su declaración, Barbancho reveló que conserva en su teléfono mensajes intercambiados directamente con Jésica Rodríguez. Esta información ha despertado el interés de la acusación popular, que ha solicitado que estos mensajes se incorporen a la causa judicial como evidencia adicional.
El testimonio de este jueves ratifica y amplía las declaraciones que Barbancho realizó el pasado 23 de mayo ante la comisión de investigación del Senado. En aquella comparecencia, la testigo ya había denunciado haber recibido indicaciones desde Adif para «hacer la vista gorda» ante las irregularidades detectadas.
«Me mandaron callar», declaró entonces, añadiendo que aunque no tenía «certeza» de que Rodríguez no estuviera trabajando, sí tenía la seguridad de que no cumplía con los protocolos básicos de fichaje. «Tenía elementos que no me gustaban nada», remachó en su momento.
Barbancho explica que había implementado un sistema específico de fichaje que la ex pareja de Ábalos logró eludir durante varias semanas. Esta situación creó un problema de gestión significativo, ya que imposibilitaba el control efectivo sobre la actividad laboral de una empleada del proyecto.
«Empiezo a tener un problema con una trabajadora, empiezo a ver que la trabajadora no ficha, empiezo a ver que se me escaquea y que no tengo control sobre ella y se lo digo a mi gerente y no hace nada. Para colmo, el cliente lo que hace es decirme que la deje en paz y se me sigue diciendo que mire para otro lado y que haga la vista gorda», se quejó en su declaración senatorial.