El rapero Shotta asegura que «seguramente voy a dejar la música»

Dieciséis años después de su primera grabación y catorce de su primer LP, la poesía incendiaria de Shotta se vuelve más sincera que nunca en su último trabajo, que tras el título de "Salvaje" reúne una larga entrevista confesional y el "mejor álbum" de su carrera, probablemente el último.

Shotta
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«Me encuentro en el punto más álgido, pero seguramente lo voy a dejar; sacaré canciones, pero no sé si más discos, porque quiero estudiar y trabajar en algo más equilibrado y estable», anuncia este rapero llamado realmente Ignacio González (Sevilla, 1984) en una charla con Efe.

Entre sus razones, prima la salud mental. «La carretera quema muchísimo y yo he vivido como un animal durante años. Con la euforia de después de los conciertos, me he dejado llevar mucho. Ahora quiero llevar una vida sana y no arrastrar el trabajo a la cama», reconoce este perfeccionista que se explaya sobre este tema en su libro-disco.

Él no lo llama así. «Le tengo mucho respeto a la palabra libro. No soy como otros raperos que se meten en ese negocio porque tienen una legión de fans y saben que van a vender muchos ejemplares», precisa Shotta, que en el formato de entrevista da salida a textos y pensamientos suyos en un «lenguaje llano» con la ayuda de Ricardo Hurtado, amigo y profesor de Filosofía.

A lo largo de más de 50 páginas se suceden pensamientos en torno a la muerte de su padre, de su hermano Toteking, de su proceso de composición, de anécdotas, buenos momentos y también polémicas como la que vivió con Zatu («Hoy día solo siento cariño por él y le agradezco muchas cosas, pero no somos amigos como antes», señala).

Para empezar, dice no reconocerse como músico. «Me dedico a la música, pero ese término no encaja bien conmigo, porque lo relaciono más con tocar un instrumento, con algo más técnico. Yo soy más bien un artista que escribe letras y graba canciones. Ni siquiera sé cantar. Soy un rapero. Lo que sé es escupir mis inquietudes», reflexiona con la honestidad que lo caracteriza.

Esa «autenticidad» de hacer sin pensar en los demás será el probable legado que dejará a las próximas generaciones de cumplirse su profecía de despedida, dice, y de ahí se deriva también el título de este trabajo, «Salvaje» (Boa Música).

«Engloba toda mi situación ahora mismo, porque aunque soy un tío bastante normal, todo el mundo tiene ese lado; lo he sido sobre todo con el alcohol y las drogas, en el amor y en la vida, y es mi estilo de rapear y el de mis letras», apunta.

Esa visceralidad vuelve a estar presente en sus últimas composiciones, lo que en su opinión las conecta enormemente con su primer LP, «La selva» (2004), «como si todo volviera a su sitio».

«Todo lo que era hace 10 años ha vuelto tras probar muchas cosas y experimentar», concluye.

En ese sentido, sigue opinando que «la libertad de expresión no tiene límites, que se puede decir lo que te dé la gana, porque son solo palabras».

A la entrevista él llega con la escopeta cargada, «muy enfadado» con el discurso de Santiago Abascal, líder de Vox, y que califica de «partidos fascistas que quieren derogar la ley de violencia de género» pese a hechos recientes como el asesinato de la joven Laura Luelmo.

«Acaban de matarla y todavía hay quien dice que los hombres también sufrimos mucho. No sabes ni dónde meterte con partidos que se inventan cifras de falsas denuncias. Y lo peor es que la gente se está comiendo esa mierda a través de la idea de la bandera, que lo camufla todo para chavales que quieren sentirse orgullosos de su país, pero ni siquiera han leído lo que prometen», denuncia.

Shotta tiene por delante un buen calendario de presentaciones en vivo, como la del 29 de marzo en Madrid y una fecha previa muy especial el 23 de febrero en la sala Custom de Sevilla, en el que estarán muchos de los artistas que han colaborado en «Salvaje», como Toteking, Foyone y Morodo.

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