El Palais des Beaux-Arts de Bruselas reivindica desde hoy al Picasso escultor con la exposición ‘Picasso. Scupltures’
El Palais des Beaux-Arts de Bruselas ofrece desde este miércoles hasta principios de marzo una exposición con ochenta esculturas del artista español Pablo Picasso, acompañadas de lienzos, cerámicas y objetos artísticos de su colección personal, que reivindican una faceta menos conocida que sus célebres pinturas.
Esta exposición sigue la línea de las del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 2015 y del Museo Nacional Picasso-París, de este mismo año, pero cada una de ellas cuentan con «singularidades» y pueden ser vistas como exhibiciones «complementarias», en palabras de la comisaria de la muestra bruselense, Cécile Godefroy.
Así, mientras que en la exposición de Nueva York se mostraban las esculturas de una forma aislada del resto de la obra del artista malagueño y la de París ponía el acento en «la dimensión múltiple» de la escultura, en la de Bruselas se aborda desde un carácter más íntimo, en la que las 80 esculturas dialogan con sus propios lienzos, cerámicas y otras obras que había adquirido con el paso del tiempo
«El público podrá establecer la relación entre esta cultura del pasado de la que Picasso siempre se ha alimentado, la pintura y los objetos en tres dimensiones», explica Godefroy.
La exposición apuesta entonces por un recorrido cronológico y temático, en el que las esculturas del pintor y escultor son presentados en su contexto original a través de cuadros y objetos de arte ibérico, esculturas africanas y colecciones etnográficas que Picasso había ido recolectando y que formaban parte de su colección personal.
A pesar de que Picasso nunca recibió una formación específica en el campo de la escultura, Godefroy subraya que esta faceta está presente a lo largo de toda la vida del artista, en una dinámica imposible de separar de sus pinturas, dibujos o grabados. «La escultura era vital para Picasso, formaba parte de su vida, de su día a día», afirma.
Las primeras esculturas del genio del cubismo, por tanto, sigue la tradición plástica marcada principalmente por el arte de Auguste Rodin. En concreto, la primera pieza data de 1902, cuando Picasso modela en Barcelona ‘Mujer sentada’, una pequeña figura de arcilla, a la que siguen otras obras como ‘El loco’, y ‘Cabeza de mujer’.
En la primavera de 1906 Picasso se traslada a Gósol, un pequeño pueblo de montaña en los Pirineos orientales, donde es perceptible la influencia catalana en sus pinturas y en sus primeras tallas de madera. En verano de 1907, ya en París, el artista sigue trabajando la madera y esculpe nuevas figuras que pinta de forma parcial, como ‘Figura’ y ‘Cabeza’.
La exposición también incluye piezas correspondientes a sus primeros experimentos con el cubismo, donde el vídeo gana un papel principal en las pinturas, los ‘collages’ y las construcciones que Picasso elabora entre 1912 y 1914. También se pueden ver algunas de las maquetas que preparó cuando recibió el encargo de esculpir un monumento a la memoria de su amigo desaparecido, el poeta Guillaume Apollinaire.
Tras esto, el público puede encontrar esculturas en metal, muchas creadas en colaboración con el escultor y pintor catalán Julio González, así como figuras modeladas en yeso en la década de los 30 en su taller del Château de Boisgeloup, donde el artista creó numerosas cabezas y bustos femeninos, inspirados en su amante y nueva musa Marie Thérèse Walter.
Antes de finalizar la visita, el público se encontrará con la escultura ‘Hombre con oveja’, una de las más imponentes de Picasso, esculpida durante la guerra y perteneciente a una etapa en la que el malagueño representó de forma directa los conflictos armados de la década de los 40.
La exposición ‘Picasso. Scupltures ‘ estará presente en el Palais de Beaux-Arts desde este miércoles, 26 de octubre, hasta el próximo 5 de marzo.
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