El nobel de Literatura y de la polémica

El nobel de Literatura y de la polémica

No es la intención de este humilde aprendiz restar importancia al gran Bob Dylan. De hecho, es la única persona sobre la tierra que tiene en su haber diez Grammy, un Oscar, un Globo de Oro, un Pulitzer honorario y hasta un Príncipe de Asturias, y ahora el galardón más prestigioso y universal. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. ¡Ah! Se me olvidaba, en 1971 publicó ‘Tarántula’, su única novela. Para mí, el tema en cuestión es esa manía del hombre del siglo XXI de cambiar lo que se debe quedar como está, sin batiburrillos —será un efecto de la globalización—. “Mira, yo escribo libros, pero opto a mejor cocinero del año por defender la cocina tradicional”, por poner un ejemplo. No es de extrañar que diversas personalidades del mundo de la literatura, e incluso de otros campos como el científico, lo hayan rechazado, como tampoco es de extrañar que sea una estrategia socio-política; nadie da puntada sin hilo. La polémica está servida.

Con las cejas alzadas, el ceño fruncido y la boca abierta se han debido quedar todos aquellos que aman y viven de la literatura. Yo pensaba que era España y los españoles, pero no, es el mundo que se empeña en cambiarlo todo. ¿Qué importancia se le está dando a los libros, si los expertos que tienen que hacer el reconocimiento a los escritores se lo dan a un músico? Esto es como si el profesor de literatura te examina y te corrige el examen el de música. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Lo que ha hecho la Academia sueca es sentar precedente y una estrategia de marketing a lo grande. ¿Quién conocía que este galardón lo otorgaba esta Academia? ¿Quién prestaba atención a este premio? Pues ya lo han conseguido, ya están en boca de todos. Pasará a la Historia, si se puede decir, como una nueva comprensión de la literatura, eso ya está hecho. ¿Qué ocurrirá a partir de ahora?

Es evidente que al otorgar este galardón a un cantautor se han removido los cimientos de la literatura y sobre todo lo que representan estos premios en sí. «¡Un músico ha ganado el premio más prestigioso de la literatura mundial!». Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia sueca, así lo anunciaba «por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción». ¿Americana? ¿Y el resto del mundo? Por esta regla de tres, hay guionistas de cine y desarrolladores de videojuegos espectaculares, por ir dando una pista. ¿Terminaremos mojando las galletas en las lentejas? Estoy seguro de que sí.

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