Concertista de piano atípico y autor del libro éxito de ventas 'Instrumental. Memorias de música, medicina y locura'

James Rhodes: «Después de sufrir los abusos yo era un niño raro, por suerte había música por todos lados»

James Rhodes
James Rhodes. (Foto: Enrique Falcón)
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

Escuchar a Bach o a Schubert no es algo, que se puede decir, moderno. Con el peso que esa palabra ha adquirido en la sociedad de hoy en día, sorprende la existencia de un concertista de piano londinense que, subido a un escenario con una sudadera y zapatillas de deporte, llena auditorios y teatros allá donde va. La música clásica resulta más cómoda desde que James Rhodes da conciertos.

Huyendo de la imagen enjoyada y lujosa que puede proyectar esta música asociada a las clases altas de la sociedad, Rhodes ha conseguido que un recital de centenarias partituras atraiga a un público de edades dispares, desde jóvenes estudiantes que no se acuerdan de lo que es una semicorchea hasta la madre de familia que no sabe diferenciar una clave de sol de una de fa. Un pianista, de manos prodigiosas y atípico, que irradia optimismo en la cercanía.

Rhodes llena auditorios, pero también vacía los estantes de las librerías. Su libro ‘Instrumental. Memorias de música, medicina y locura’ es, además de una declaración de amor a la música, un éxito de ventas. En él, Rhodes relata los brutales y repetidos abusos sexuales que sufrió cuando apenas tenía 5 años, y las consecuencias que esos abusos le han acarreado a lo largo de la vida. Enfermedades mentales, psiquiátricos, autolesiones, intentos de suicidio… Pero lejos de ser un libro oscuro y aterrador, ‘Instrumental’ se convierte en un canto a lo bueno que hay en la vida y una demostración de que hay luz al salir del túnel. Una luz que Rhodes tiene muy claro que, en su caso, emanaba de la música.

Aunque el foco mediático se centre en lo morboso de su historia, Rhodes no es solo eso. Es un apasionado de las partituras, del blanco y negro de un piano y de Bach. ¿Qué hubiera sido de James Rhodes de no haber descubierto a Bach? Después de hablar con él se puede entender que ni por asomo sería el que es hoy. Probablemente hubiera acabado con su vida de no tener tan presente al compositor clásico. El pianista ha estado con OKDIARIO para hablar de cómo se enfrenta cada día al trauma de los abusos sexuales, pero sobre todo para hablar del gran papel que juega la música en su vida. Podrás ver la entrevista al completo el próximo miércoles 25 de enero.

El londinense, amante declarado de España, visita el país con cierta regularidad. En 2017 tiene confirmadas pocas citas, aunque todas cuelgan ya el cartel de ‘agotado’. Tras el concierto del pasado 19 de enero en el Teatro Romea de Murcia, este domingo 22 de enero ofrecerá un concierto en el madrileño Teatro Circo Price. El próximo día 24 de enero actuará en el Palau de la Música de Barcelona. Solo los previsores podrán acudir a este mágico concierto porque las entradas están agotadas desde hace semanas. Por último, el 15 de marzo, actuará en el Teatro Arriaga de Bilbao, cita para la que todavía quedan algunas entradas. Rhodes, en una entrevista que podrán leer proximamente en OKDIARIO, confiesa que le encanta la ciudad de San Sebastián, donde actuará antes de verano aunque aun no se ha cerrado la fecha concreta.

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