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Arcángel: «No me alegro de que personas con poco talento ganen dinero»

Arcángel
Arcángel. @Cortesía
María Villardón

Cantaor. Arcángel (Huelva, 1977) presenta Hereje (Universal), un disco con canciones escritas por Andrés Calamaro, Leiva, Rozalén o Guille Galván y David El Indio (miembros de Vetusta Morla que han escrito la belleza de La Aurora). Es la primera vez que el músico elige a sus autores y está contento con el resultado, aunque reconoce que en el camino se ha enfadado, más o menos, cada cinco minutos.

Es rotundo cuando habla, sabe escuchar y la lengua la tiene calva. No tiene problema en practicar la herejía e ir en contra de las normas establecidas por la mayoría. Charlamos sobre el talento no recompensado, la música de éxito comercial, las líneas rojas que no está dispuesto a pasar e, incluso, sobre Giorgina, la de CR7. 

Arcángel, el otro día busqué Hereje en Spotify y al principio me salía el señor reguetonero. Me enfadó no encontrar lo que buscaba porque no era reguetón. ¿A ti no te enfada que se llame igual que tú?

Pues depende del día.

¿Cómo va a ser eso?

Un día me llama mi hijo diciendo que una de mis canciones había tenido en Spotify no sé cuántas reproducciones y pensé: «No soy yo, voy a ver qué ha pasado porque esto se ha debido de volver loco». Total, que era Arcángel con un tal Alejandro no sé qué, ¡vamos, que no era yo! (Ríe) Y ahora, fuera de broma, no me enfado, que es lo que hay y ya está. No voy a meterme en litigios ni cosas de esas.

Este disco es inesperado, ¿no crees? Más bien, lo has hecho con gente inesperada.

Entiendo lo que quieres decir. A ver, es un disco que también es para la afición flamenca, pero he sido yo personalmente quien ha elegido a los autores de las canciones, algo que no había en los discos anteriores. Estoy muy contento, la disposición de los autores ha sido muy buena, casi nadie me dijo que no.

¿No tenías miedo de que te mandaran una canción que no te gustara nada de nada?

Cuando llamas a alguien, de alguna forma, ya sabes cómo trabaja y qué hace. Si no te gusta algo, así de primeras es de muy mal gusto decírselo sin más. Las cosas se hablan y se matizan, se trabajan. Tiene que ser una tragedia de tema para que uno tenga que levantar de nuevo el teléfono y pedir que mande otra cosa.

Entiendo que no ha pasado.

Afortunadamente, no. Ha sido un disco, además, en el que se ha sumado gente de repente de una forma espontánea. Rozalén hace coros, Josemi Carmona se sumó a tocar, Carlos Raya mezcla un tema, Álex Costa, de Fuel Fandango, ha hecho arreglos, Vetusta Morla, que sólo componía, ha tocado, etc. Es un disco que ha dado muchas alegrías y el resultado está acorde con lo que yo esperaba.

El otro día, mientras iba en el coche, escuchaba el tema Hereje, que cantas con Calamaro, y a mí me sonaba a grandeza. No sé, sé que no es muy tangible lo que te digo, pero así es.

Si así lo sientes tú, estupendo. La producción es bastante minimalista, la verdad; pero el resultado a mí me parece grande, me gusta. También me preocupa, sobre todo, que a la gente le guste y lo disfrute. Eso para mí es importante.

¿Cómo fue la relación con Calamaro? A mí este señor siempre me suscita curiosidad, tiene pinta de hablar mucho.

Calamaro habla muy bien. Es un tío inteligente, culto e instruido y, además, una persona muy agradable para mantener una conversación. Pero sí, habla mucho. (Ríe)

En un viaje de creación como éste, ¿cuántas veces te enfadas?

Cada cinco minutos más o menos.

Anda, ¡calla! ¿De verdad?

Hombre, es inevitable. No han sido enfados monumentales, pero sí.

¿A qué te niegas hoy que no te hubieras negado hace 20 años?

Creo que sigo haciendo las mismas cosas. Eso sí, con la edad uno se va poniendo más quisquilloso.

En lo profesional, ¿a qué te niegas en redondo?

Me niego a hacer algo que nada tenga que ver conmigo o con mi corriente estética o con aquello que yo entiendo que no tiene una calidad musical.

¿Aunque te avisen de que lo vas petar?

Pues si me avisan de eso, menos aún. A veces, en el consejo va la penitencia. Si de lo que hablamos es de éxito comercial, yo no dejaré de hacer trabajos que me gustan sólo para eso.

¿Quieres estar del lado de lo que consideras de verdad?

Lo que sí tengo claro es que el conocimiento de la materia, de la que sea, te lleva al menos a plantearte hacer las cosas con calidad y con rigor. ¿Eso te asegura el éxito? No, pero seguro que estás más cercano a la verdad o de lo correcto. Yo creo en el orden, el conocimiento y el razonamiento, no creo en lo fortuito. Las cosas no llegan por cuestiones divinas ni tampoco puedes conseguirlo todo, a pesar de que te esfuerces.

En el arte siempre se habla de espontaneidad. Así, sin más.

Claaaro, claro, claro. El problema está en que hay mucha gente que se dedica a algo de lo que no tiene ni idea. Y esto pasa en todos los campos: en la música, en la política, en el periodismo, la literatura, etc. Con los médicos pasa un poco menos, pero con el tema de la cultura como no muere nadie… parece que todo vale. Y yo es que no estoy a favor de eso; es más, ¡estoy en contra! Creo que la gente con talento debe tener su sitio y no me parece bien que gente que no lo tiene, por más que tenga éxito por cuestiones comerciales, quite sitio y provoque frustración en personas con talento. A mí eso me parece mal y, la verdad, no me alegro de que personas con poco talento ganen dinero y tengan una carrera fantástica. No lo digo por envidia o por una inquina personal, para nada, sólo que estoy en contra porque creo que es un error del sistema.

Y por eso le he puesto a mi disco hereje, porque estamos en una polarización donde el que es un poquito aprovechado, valga la redundancia, se aprovecha de ella. Creo en la meritocracia y creo que quienes hacen méritos para algo deben tener una respuesta adecuada a lo que hacen.

¿Un hereje que va a contracorriente?

Pues sí, a veces uno se puede sentir un hereje sólo por decir lo que piensa. ¿Te gusta el mundo de los toros? ¡Éste es un asesino! ¿Que no te gustan los toros? ¡Éste es un animalista! Pues, qué sé yo, a mí me gustan los toros, pero no me siento ningún asesino. También creo que los que hablan del sufrimiento del animal tienen parte de razón. Pero, ¿no podemos llegar a puntos en común?

A ver, Arcángel, en esto no.

Vale, pues entonces seamos honestos y reconozcamos que no hay puntos en común. Nos respetamos y punto, tanto al que va a los toros como al que se manifiesta delante de la plaza de toros.

¿Vivimos en un mundo donde queremos conseguir todo demasiado rápido?

Es algo más. Muchas veces hay personas con méritos para llegar a lo más alto y, sin embargo, la sociedad no las tolera. El Yes, we can de los americanos nos ha calado hondo, pero lo cierto es que nos creemos capaces de todo y no es así. La mayoría de las veces no llegamos a ninguna parte, a pesar de que nos empeñemos.

Eso son los mensajes de los coaches y este tipo de perfiles que abundan en estos días. Eso produce muchas frustraciones.

El problema es que la gente crea que la norma es que consigamos todos nuestros sueños y objetivos. Y no es la norma, es la excepción. ¿Lo normal es que una persona que mide 1,50 cm sea jugador de baloncesto profesional? Pues no. Te pueden decir que, bueno, ha habido tres personas de 1,50 cm en la historia que sí que lo han conseguido… A ver, vamos a centraros, hermano, ¡lo normal es que no lo consigas!

En el flamenco, de hecho, hay miles de personas que se dedican a estar en tablaos, pero no son conocidos y no por ello son menos profesionales.

Ganándose la vida, así es. Es que en esta profesión, cuando dices que eres cantaor y no reconocen tu cara, lo primero que piensan es que eres un fracasado y te presuponen un tieso. Bueno, si te conocen ya es la hostia. Creen que tienes la cuenta que te pega una explosión.

En mi caso, no intento ser el Mesías o alguien inaccesible, sólo una persona que se preocupa por las cosas, que intenta ser razonable y consecuente con lo que piensa. Entonces, nunca me verás con ciertos artistas haciendo algunas cosas. Y cuando te digo nunca, es jamás. Me lo tengo prohibido.

¿Tienes líneas rojas?

¡Tengo un cuaderno lleno! Yo creo que la gente que tiene ética profesional tiene un cuaderno hasta arriba de líneas rojas.

Te van a poner la etiqueta de radical.

Te la pueden poner, pero yo no estoy practicando ningún radicalismo, sólo que no contribuyo a aquellas cosas en las que no creo. No voy a salir con una pancarta a la calle diciendo «qué mal canta fulanito, qué mal canta menganito». Ahora, si me piden mi colaboración con un tipo de gente en la que no creo, pues no contribuyo porque me parece un circo.

¿Tienen los flamencos aún ese estereotipo del bohemio que se pega la fiesta?

La fiesta se la pega el abogado, el médico, el otro y el otro. Es que si estás todo el día de fiesta, a ver cómo te subes al escenario. Para ofrecer algo tienes que tener la garganta en su sitio, estar descansado y estar concentrado, y con un trabajo previo. Tenemos que trabajar para que esto no se cuestione, que la gente sepa que detrás de esta profesión hay un esfuerzo y un trabajo. Pero, bueno, hoy las chavalas no se quieren parecer a Diane Krall, sino a Giorgina.

Hace poco escuché en el podcast de Alex Fidalgo a Ramiro Calle. Este señor decía que apenas ponía la televisión, pero que hace poco vio a una chica en El Hormiguero que decía que era novia de Cristiano Ronaldo y que le pareció impúdica, creo que dijo concretamente.

¿Impúdica? A mí me valdría más bien zoquete.

Supongo que fue elegante.

El problema es que nos hagan creer que eso es lo bueno y que tú eres el tonto que no se entera de nada. Eso me molesta enormemente. Evidentemente, no se puede ir en contra de lo que consume la gente. Pero, si tuvieran un poquito más de más educación quizás no lo consumirían tanto, pero es así. Pues, qué quieres que te diga, yo no quiero irme de este mundo siendo un tonto que no me he enterado de nada.

Ya que consideras que no lo eres…

(Reímos) A ver, no el más listo, pero creo que de algo me entero.

A quién sí escuchas, Arcángel. ¿Quién es tu sabio?

Enrique Morente, no tengo duda. Me encantaría tenerlo aquí para hablar con él ahora mismo. Llegaba e iluminaba.

¿Cómo será tu retiro?

Bueno, mujer, no inmediato; pero cuando me tenga que ir, me iré sin que me tiemble el pulso.

Cuando te vayas, por mucho hereje que seas ahora, te convertirás en un clásico. ¿Estás preparado para eso?

No creo que termine siendo un clásico, pero vamos, que si lo soy me parecerá un reconocimiento bonito que alguien te tenga en el cajón de lo clásico.

Irán como de romería a verte a tu casa. 

Pues nada, cuando lleguen yo les tengo una tapita y allí nos enredamos.

@MaríaVillardón

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