Agnès Varda, premio Donistia: «El cine tiene que tener sentido, no sólo dinero»

Agnès Varda
La cineasta belga Agnès Varda.

«El cine tiene que tener sentido y no simplemente dinero», ha manifestado este domingo 25 de septiembre la cineasta belga Agnès Varda en rueda de prensa horas antes de recoger el Premio Donostia de la 65ª edición del Festival de San Sebastián, un reconocimiento que también recibirán los actores Ricardo Darín y Monica Bellucci.

La cineasta, de 89 años, a quien la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood le entregará el próximo mes de noviembre un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera, ha reivindicado durante este encuentro con la prensa «libertad», «calidad» e independencia económica para el cine.

«Yo podría ganar más dinero, el cine se paga caro, pero no quiero vender productos o jamón. Por eso tampoco hago películas publicitarias y no gano mucho dinero pero hago un cine que es libre», ha defendido la directora, quien al comienzo de la rueda ha quitado de la mesa una botella de agua y la ha posado en el suelo. «Nada de publicidad», ha dicho.

Precisamente, ha señalado que la libertad era el elemento que compartieron los cineastas de la Nouvelle Vague, a la que perteneció, aunque los objetivos de los integrantes fueran diferentes, y ha precisado que este término no solo implica «salir y gritar», sino «saber si uno puede salir de los cajones».

Varda (Ixelles, Bruselas, 1928) ha afirmado sentirse «impresionada» por recibir el Premio Donostia y se ha preguntado si ésta es la primera vez que el galardón recae sobre una persona «marginal» como ella que trabaja «con honestidad» y «no gana dinero». Según ha recordado, siempre ha tenido «dificultades» para financiar sus proyectos porque, tal y como ha subrayado, los cineastas de su «categoría» siempre han tenido problemas económicos.

«Gente normal sin poder»

Con motivo del Premio Donostia que ha recibido este domingo a las 16.00 horas en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, el festival proyecta el documental ‘Caras y lugares’, una pieza de 89 minutos que la cineasta ha realizado junto al fotógrafo y artista urbano JR en la que ambos sirven de «intermediarios» entre gente normal y el público.

En la cinta, Varda y JR recorren en una furgoneta las calles y paisajes de diferentes lugares de la Francia rural con el objetivo de conocer gente con la que intercambiar ideas, fotografiar a estas personas y mostrar luego las imágenes a gran escala en plena calle, para ver qué reacciones provocan. En palabras de la directora, ha sido una «escuela de modestia» porque han estado «al servicio» de las personas a las que grabaron.

En esta cinta, que ha sido posible en parte gracias al «crowdfunding», ambos artistas han trabajado con lo «efímero» para mantenerlo en el «recuerdo» y, tal y como ha señalado Varda, la película pone al espectador «en estado de sonrisa» al salir del cine.

Además, ha subrayado que han elegido personas «sin poder alguno, ni en su vida personal ni laboral». «Hemos ido al encuentro de la gente normal, esos son quienes nos gustan», ha agregado la casi nonagenaria cineasta, que presume de estar en buena forma física.

Como anécdota, ha contado que todas las personas a quienes acudieron fueron amables, excepto Jean-Luc Godard, una puerta que nunca pensó que fuera a estar «cerrada». No obstante, Varda tiene palabras de elogio para el cineasta, a quien envió una copia del DVD y que no ha respondido aún. «Hace del cine un arma de cultura, y un cine experimental que necesitamos», ha dicho.

Preguntada por las mujeres cineastas a las que representa, Varda ha indicado que cuando empezó sólo había en Francia tres o cuatro directoras y desde el principio les sugirió que abandonaran «la cocina, la casa y la universidad» y estudiasen cine. «Éste es un oficio en el que no hace falta fortaleza física, aunque sí ser un poco inteligente, pero cualquiera puede hacer cine», ha recalcado.

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