60 años sin James Dean
Murió con sólo 24 años pero su nombre perdurará para siempre en la historia del cine. Hoy se cumplen 60 años de la muerte del rebelde por excelencia de Hollywood. James Dean se fue muy pronto pero su leyenda vivirá para siempre. Entre los iconos más reconocibles del séptimo arte, Chaplin, Hitchcock, Bogart, John Wayne o Marilyn, también tiene un lugar de privilegio el hombre al que le bastaron tres películas para convertirse en mito.
Rebelde sin Causa le lanzó a la fama. A las órdenes de Nicholas Ray, Dean bordó el papel de un joven rebelde, inadaptado. Estamos a mitad de la década de los 50 y Hollywood tenía una nueva estrella a la estela de Marlon Brando o Montgomery Clift. Era su primer paso para convertirse en la referencia ineludible de varias generaciones de adolescentes.
Luego vino Al Este del Edén, del gran Elia Kazan. Un drama familiar en el que Dean encarna a un joven atormentado y problemático, con una familia desestructurada, con un padre volcado en su hijo mayor y una madre, a la que creía muerta, regentando un burdel. La película tiene un epílogo trágico y reafirmó a Dean como prototipo de rebelde.
Sólo le dio tiempo a hacer una película más. Pero una que figura por derecho propio entre las más emblemáticas de todos los tiempos. Dean fue la tercera pata de un trípode inolvidable junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Su papel del empleado conflictivo en un enorme rancho de la profunda Texas, propiedad de Hudson, le catapultó definitivamente al olimpo de Hollywood.
Su rol en Gigante tiene otros matices más allá del adolescente rebelde. Dean, en la película, acaba haciéndose rico al encontrar petróleo en la minúscula parcela que posee en la inmensa hacienda, pero es infeliz por el amor que le profesa al personaje encarnado por Taylor. Esta es la única película en la que aparece caracterizado para aparentar muchos más años de los que realmente tenía.
Pero un 30 de septiembre de 1955 su vida se truncó. Un choque frontal en una carretera del norte de California acabó con su vida. Allí moría el actor y nacía la leyenda.