El 25 aniversario del museo Thyssen pone cara a cara a los pintores Picasso y Lautrec
Los artistas Pablo Picasso y Tolouse-Lautrec se miran cara a cara por primera vez en la exposición monográfica que ha organizado el Museo Thyssen de Madrid con la que pone fin a las celebraciones del 25 aniversario de la pinacoteca, según ha indicado este lunes 16 de octubre el director del centro, Guillermo Solana, durante la presentación.
‘Picasso/Lautrec’, título de esta exposición, se podrá visitar desde este martes 17 de octubre hasta el 21 de enero de 2018 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y en ella se podrán ver más de un centenar de obras procedentes de 60 colecciones públicas y privadas de todo el mundo, entre las que se encuentran el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York o el Museo D’Orsay de París.
Solana ha indicado que esta muestra explora una «intersección» y un «área de penumbra», puesto que las vidas de Lautrec (Albi, 1864 – Château Malromé, Saint-André-du-Bois, 1901) y Picasso (Málaga, 1881-Mougins, 1973) se solaparon solo «durante cuatro o cinco años» y coincidieron en París durante un periodo muy corto, en el que no llegaron a conocerse.
«Picasso nace cuando Lautrec muere», ha resaltado Solana, quien subraya que más allá de la influencia, su «sintonía» se manifiesta como una «reencarnación» de la «penumbra» entre «lo que termina y lo que empieza».
Además, Solana ha destacado una «intersección entre el dibujo y la pintura» y un «estilo gráfico» en ambos artistas, que usan el pincel «como un lápiz, un carboncillo o una pluma» sin cubrir la superficie por completo, apropiándose de las «libertades» y «privilegios» del dibujo, lo que, según ha explicado, pone de manifiesto el nacimiento de la «modernidad artística».
Erotismo, circo y bajos fondos
La jefe de Conservación de Pintura Moderna del Thyssen, Paloma Alarcó, comisaria de la exposición junto a Francisco Calvo Serraller, ha explicado que esta muestra se divide en cinco apartados temáticos que enlazan los mundos de ambos artistas y que suponen los puntos de encuentro entre los temas que interesaban a ambos: ‘Bohemios’, ‘Bajos fondos’, ‘Vagabundos’, ‘Ellas’ y ‘Eros recóndito’.
Alarcó ha explicado que Picasso y Lautrec compartieron su «sentido caricaturesco» y una «mirada humorística, sarcástica y mordaz», así como la atracción por el mundo circense, el «erotismo prohibido» y el mundo de la prostitución, aunque la mirada de Lautrec está alejada de la mirada casi «pornográfica» del pintor madrileño.
Del mismo modo, mientras que las pinturas eróticas de Lautre, inspiradas en Degas, eran más «simbólicas y delicadas», Picasso abordó los temas sexuales desde una perspectiva más carnal, tal y como se observa en algunas de las obras de esta exposición, tales como ‘Jeanne’, ‘Pipo’ (ambas de 1901) o ‘Mujer desnuda recostada’ (1965) o ‘Pareja’ (1969).
En palabras de la comisaria, esta muestra, en la que han estado trabajando durante tres años, revela aquellos aspectos que Picasso observó en Lautrec para reivindicar a partir de esa mirada «el papel de Lautrec en el siglo XX», algo que cree que abrirá hipótesis para futuras investigaciones.
En este sentido, Calvo Serralles ha señalado que cuando se enfrenta la obra de ambos artistas se observa la «huella de Lautrec», que no solo se restringe a finales del siglo XIX o principios del XX, sino a toda la carrera de Picasso.