El parricida de Sueca se ensañó con su propio hijo: le asestó 27 puñaladas hasta terminar con su vida
El pequeño intentó defenderse de las acometidas de su padre y sufrió 41 erosiones
Un total de 18 de las 27 puñaladas que el padre propinó fueron en el cuello
El niño de 11 años fallecido a manos de su propio padre el 3 de abril de 2022 en la localidad valenciana de Sueca recibió un total de 27 puñaladas de su progenitor y sufrió 41 erosiones, según han ratificado este jueves los forenses ante el jurado popular. Durante el juicio al parricida de Sueca, los peritos han ratificado el informe de la autopsia y que el pequeño intentó defenderse del ataque de su propio progenitor y que existió ensañamiento.
Los hechos que se juzgan en la Audiencia Provincial de Valencia se produjeron el 3 de abril de 2022. Ese día, según propia confesión, el acusado mató a su hijo, el citado menor de 11 años: «Le agarré del cuello y le clavé el cuchillo varias veces».
El niño tenía 11 años. Los había cumplido sólo 48 horas antes de aquel fatídico domingo. El juicio que ahora tiene lugar, debía haberse celebrado en diciembre en la Audiencia de Valencia, pero se aplazó hasta este martes.
El crimen se produjo en la vivienda familiar en la citada localidad de Sueca, ubicada en la provincia de Valencia. Sueca es la capital de la comarca de la Ribera Baja y cuenta con algo más de 27.000 habitantes.
Le asestó 18 puñaladas en el cuello
El cadáver del menor, según el análisis de los expertos, presentaba 27 puñaladas. De ellas, un total de 18 fueron dirigidas al cuello del menor. Pero la puñalada mortal, la que acabó con la vida del niño, fue la que le atravesó una arteria carótida. Esa arteria es la principal en el transporte de la sangre desde el corazón a la cabeza. Hay una a cada lado del cuello.
Los forenses han explicado también que la mayoría de las heridas del pequeño son compatibles con un ataque por la espalda, pero que existen otras de esas mismas puñaladas de las que es posible deducir que el agresor se encontraba sobre la víctima, según EP.
Los forenses también han reconocido que en la sala de autopsias no suelen encontrarse cuadros «con esa intensidad de traumatismos». Según han explicado es algo «atípico», tanto por la cantidad de las heridas como porque la víctima presentase aún el arma clavada en el cuello.
El testimonio de la Guardia Civil
Durante el juicio al parricida de Sueca han testificado los dos guardias civiles que efectuaron la inspección ocular a la escena del crimen. Y han revelado que minutos antes de que se produjera el fatal desenlace, el pequeño envió un mensaje a su madre preguntándole si podía ir a recogerle.
Según publicó OKDIARIO aquel trágico 3 de abril, el agresor fue detenido por efectivos de la Guardia Civil. Estaba separado de su mujer y sobre él pesaba una orden de alejamiento..
Los hechos ocurrieron sobre las 14 horas, que es cuando la Guardia Civil recibió el aviso por parte del 112. Y hasta el lugar acudieron varias dotaciones de la Benemérita y la Policía Local de Sueca. A su llegada, el cuerpo del menor yacía sin vida.
Un mensaje a su madre antes de morir
Al parecer, el aviso lo dio la madre del menor, que se había desplazado al domicilio del hombre para recoger a su hijo, que había pasado el fin de semana con su padre, pero al tratar de acceder al interior, nadie le abría la puerta. El agresor estaba separado de su mujer. Pesaba sobre él una orden de alejamiento.
Este jueves, uno de los agentes de la Guardia Civil ha manifestado en el transcurso de la sesión del juicio que en el domicilio vieron botellas grandes y garrafas de agua, pero no bebidas alcohólicas. Y que vieron también el teléfono móvil del pequeño, que se encontraba desbloqueado.
En ese teléfono, el menor había escrito el mensaje a su madre para que fuera a recogerlo. Lo escribió a las 14,04 horas. Sólo 16 minutos más tarde, a las 14,20, el padre había permitido al niño descolgar el teléfono mientras acababa con su vida.
El acusado se enfrenta ahora a una pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato con el agravante de parentesco, que es la pena que solicita para él el Ministerio Fiscal. Además, se reclama también siete años de cárcel por un presunto delito de amenazas, otro de maltrato y un tercero de quebrantamiento de condena y maltrato físico y psíquico habituales.
En su declaración de este martes, el acusado mantuvo que la relación con su hijo era «muy buena». Y que hasta aquel domingo día 3 de abril no había tenido ningún choque con el menor. Pero, antes de la comida discutió con su hijo, porque el niño «no quería estar ahí y quería irse con su madre». «Me dijo que yo no era su padre y ahí pasó todo lo que pasó. Nos enganchamos, le agarré del cuello y le clavé el cuchillo varias veces. El niño estaba quieto». No sabía la cantidad de cuchilladas que dio a su propio hijo. Ahora ya sí se conocen: fueron 27, de las que 18 fueron, a su vez, en el cuello.
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