Un informe del Júcar revela su escasa atención al Poyo: ni una sola llamada de Polo en toda la tarde
El informe del Júcar fue solicitado por la Presidencia de las Cortes Valencianas en mayo para la comisión de investigación


La Confederación Hidrográfica del Júcar revela en un informe remitido a la Comisión de Investigación de las Cortes Valencianas sobre las causas de las inundaciones de la DANA de 2024 que sólo una de las 21 llamadas telefónicas que la propia Confederación califica como más relevantes de su presidente, Miguel Polo, estuvo dedicada al barranco del Poyo.
Y que el presidente de la Confederación del Júcar, Miguel Polo, no efectuó ni una sola llamada relacionada con ese mismo barranco del Poyo en toda la tarde. La Confederación elude cualquier responsabilidad, sosteniendo que no le corresponde la vigilancia de ramblas y barrancos y que actúa previa petición del Centro de Control de Emergencias (CCE). Otro dato del que se desprende que la atención del Júcar no estaba centrada en el Poyo en aquella trágica jornada.
El informe está firmado por el «Consejero Técnico de Presidencia». Por tanto, por una persona de la máxima confianza de Miguel Polo y su elaboración no corresponde al momento actual, sino a inicios de verano. En concreto, ya estaba concluido el 1 de julio de este 2025, exactamente ocho meses después de la riada del 29 de octubre de 2024.
Lo que hace la Confederación Hidrográfica del Júcar en ese documento es responder a las solicitudes de información que le realizó en su día la citada comisión de investigación, de fecha 7 de mayo, a través de la Presidencia de las Cortes Valencianas. El informe responde a las 30 cuestiones solicitadas. Pero, en lo referente al barranco del Poyo, que estuvo en el origen de la parte más importante de la tragedia, destacan sobre todo dos cuestiones.
De un lado, la respuesta al punto 11, que es el que hace mención al listado de llamadas «más relevantes» realizadas por Miguel Polo aquel 29 de octubre de 2024. Y de ese listado se desprende que sólo en una ocasión se destinó específica y directamente a resolver la preocupación sobre el Poyo. Fue una llamada de las 13:42 horas de aquel 29 de octubre. En ella, Miguel Polo habló con el agente medioambiental responsable de zona del Bajo Turia para conocer la «situación actualizada» de ese mismo río «y del barranco del Poyo». La Confederación agrega en su informe que: «No había nada significativo en esos momentos».
El resto de las llamadas que aparecen en ese primer listado, hasta un total de 21, la Confederación especifica que se interesó por otros barrancos y ríos. Pero no se vuelve a mencionar más el Poyo.
Más adelante, a la Confederación les solicitada la remisión de todos los protocolos que regulan la actuación de la CHJ en caso de las alertas por fenómenos meteorológicos que recibe el citado organismo o los que detecta la propia entidad y, en concreto, los que definen qué incrementos de caudal en los cauces deben ser comunicados a las autoridades de Protección Civil, especificando a qué autoridades deben comunicarse los incrementos de caudal y los volúmenes a partir de los cuales deben producirse las citadas comunicaciones.
Y, en referencia al seguimiento «en ramblas, barrancos y zonas inundables por lluvias in situ», la Confederación sostiene que «siendo que se trata de cauces normalmente secos, que experimentan gran torrencialidad, debido a las fuertes pendientes y corto recorrido, generan avenidas en muy corto espacio de tiempo lo que, unido a la escasa infraestructura de puntos de control, condiciona la sistemática del seguimiento pluvihidrológico y la alerta hidrológica». Explica, además, que la CHJ «no es quien realiza el seguimiento, sino quien «previa petición» del Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) «contrasta la información que llega a este».