Así sigue el barranco del Poyo 3 meses después de la DANA: «El Gobierno no ha limpiado nada»
Los agricultores de la zona están preocupados por la suciedad que todavía afecta a sus campos
Bombonas de butano, colchones, plásticos, calderas, balones de fútbol, macetas, animales muertos y más de cuatro metros de ramas, troncos y basura se acumulan aún en la desembocadura del barranco del Poyo, por el que llegó una avalancha de agua y lodo en forma de destrucción y muerte con la DANA de Valencia. Son más de tres kilómetros que todavía no han sido limpiados por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), tres meses después de la DANA que dejó 232 fallecidos, 224 de ellos en la Comunidad Valenciana, según el balance oficial. OKDIARIO ha accedido a esa zona y ha sido testigo directo del desastre que hay todavía allí mientras Pedro : «El Gobierno no está ni se le espera», dice Juanvi Palleter, un agricultor valenciano de la zona.
Al llegar a la zona, en Massanassa, hay una clara delimitación de hasta dónde han llegado y limpiado los militares. El problema, además de la suciedad, el lodo y los metros de cañas que quedan por limpiar, es que gran parte de los agricultores de la zona están viendo como peligra la plantación y cosecha de sus campos (arrozales). «Yo le pregunto al Gobierno qué piensa hacer o si van a llegar las ayudas porque para limpiar todo esta suciedad hace falta millones de euros», afirma enfadado el agricultor de la Comunidad.
«La competencia de la limpieza de este barranco depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar y por aquí no ha pasado nadie. No me quiero ni imaginar la imagen del desbordamiento hace tres meses», continúa explicando con indignación. Juanvi Palleter es el agricultor que días previos a la DANA –concretamente el 25 de octubre del año pasado– avisó de un «gravísimo» problema si se producían lluvias torrenciales.
Ahora, tres meses después, continúa avisando: «Si esto no se limpia, volverá a pasar lo mismo con menos caudal». Y añade: «La gente tiene que hacer caso a los que lo estamos viendo y avisando. No hay que ser un mago», dice insistentemente a este periódico.
Presidente del Júcar
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) Miguel Polo reapareció tres meses después de la DANA, el pasado miércoles, en Torrent, una de las localidades asoladas por la riada. Allí, defendió que en este organismo «no somos responsables» de la catástrofe. Polo condicionó su futura presencia ante la comisión de investigación de la tragedia en las Cortes Valencianas a la opinión del Gobierno: «Lo que diga la Abogacía del Estado», cuerpo oficial de letrados que depende orgánicamente del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Miguel Polo había sido convocado, con anterioridad, a la comisión de reconstrucción del Ayuntamiento de Valencia celebrada el pasado 20 de enero. Sin embargo, el presidente de la Confederación del Júcar no compareció, al igual que el 7 de este mismo mes había hecho la jefa de la Dirección Técnica del mismo organismo. Esta última justificó su ausencia alegando problemas de agenda.
El pasado miércoles, en Torrent, la segunda localidad con mayor número de habitantes en la provincia de Valencia tras la capital y un municipio ubicado en el entorno de la zona cero de la DANA, Miguel Polo estuvo acompañado de la delegada del Gobierno Pilar Bernabé. Ambos acudieron con la alcaldesa de la localidad, la popular Amparo Folgado, para conocer las actuaciones que Torrent necesita tras la riada de la citada Confederación Hidrográfica del Júcar.
En ese escenario, Miguel Polo rechazó que él o el organismo que preside tuvieran responsabilidades en la DANA de este 29 de octubre: «Nosotros tenemos claro que no somos responsables», afirmó. «Creo que todo el mundo sabe lo que no se hizo», añadió, según ha recogido EP.
Miguel Polo, a pesar de que han transcurrido exactamente tres meses desde la catástrofe y de que cientos de miles de valencianos esperan respuestas, sobre todo de alguien que ostenta un cargo clave en aquella trágica jornada, zanjó con un «no hay nada más que decir». Además, Polo remarcó que ahora «estamos en la recuperación», en un intento de esquivar quienes apelan a su responsabilidad en la tragedia.