Bolas de granizo del tamaño de una moneda de euro siembran el miedo en la madrugada de Alicante
Bolas de granizo del tamaño de una moneda de euro siembran el miedo en la madrugada de Alicante. La acumulación de ese granizo ha llegado a ser de hasta 30 centímetros de altura en algunos lugares.
La ciudad de Alicante ha quedado cubierta esta madrugada de una inmensa capa blanca de granizo. La lluvia que ha seguido a esa granizada ha deslizado las enormes bolas blancas. Pero durante un buen rato, la ciudad ha vivido con miedo una inmensa gota fría. Un descomunal trueno ha despertado a los alicantinos de madrugada. Ha sido el inicio de la tremenda tormenta. La ciudad ha sentido como las enormes bolas de granizo golpeaban terrazas, rompían cristaleras y chocaban con vehículos a una velocidad enorme. La provincia tampoco ha sido ajena a este fenómeno meteorológico que en Elche ha estado acompañado de un tornado que ha despegado las tejas de una iglesia.
Los bomberos del Ayuntamiento de Alicante han realizado más de 16 salidas entre en diferentes puntos de la ciudad entre las 3,30 y las 6,45 horas. Cuatro de ellas a causa del desprendimiento de los techos por el peso del agua y el granizo acumulados. También locales y garajes han sufrido los efectos de la tormenta con desprendimientos de techo. La Policía Local ha intervenido en el rescate de un vehículo que había quedado inmovilizado en la antigua carretera de Ocaña, la vía de salida utilizada antes para ir hacia Madrid.
Por su parte, los bomberos del Consorcio Provincial de la Diputación de Alicante han tenido que intervenir ante las intensísimas precipitaciones en Cox, Catral y Redován. En Elche, el viento ha arrancado persianas y un rayo ha llegado a romper una cristalera, mientras en Alfaz del Pí el agua ha anegado los bajos de una vivienda alcanzando los 20 centímetros de altura.
El alcalde de Alicante Luis Barcala ha valorado la gravedad de la tormenta y el hecho de que las obras anti riada con que cuenta la ciudad de Alicante han funcionado a la perfección y ha subrayado que hay que seguir reforzando todos los sistemas que nos protejan de los fenómenos que cada vez están siendo más habituales por su intesidad.