Comunidad Valenciana

Anotaciones en los discursos de la candidata títere de Sánchez al PSPV: «Sonríe mucho, mirada al frente»

Diana Morant siguió una escaleta que indicaba lo que haría el público y lo que tenía que hacer ella misma en cada momento

Diana Morant PSPV
Diana Morant y los consejos que le escriben en sus discursos.
  • JOAN GUIRADO / IGNACIO MARTÍNEZ
  • VALENCIA

Diana Morant, sucesora de Ximo Puig para dirigir el camino de los socialistas valencianos hasta las elecciones autonómicas de 2027, presentó su precandidatura en Gandía el pasado lunes, sólo 24 horas antes de que la dirección federal de los socialistas en Ferraz forzara a los otros dos precandidatos, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa, a dejar el camino expedito para que ella se convierta en secretaria general. En Gandía, Diana Morant se dirigió a un auditorio de casi 500 personas con un discurso precocinado al que ha tenido acceso OKDIARIO en el que no sólo se le indicaba cuando tenía que sonreír o incluso respirar: también estaba previsto en qué momentos el público asistente debía irrumpir en aplausos.

La tarde del lunes en Gandía, Diana Morant afrontaba su examen de grado para trasladar cuál es su programa, su capacidad de liderazgo y su iniciativa. Pero su discurso aparentemente espontáneo estaba acompañado de una escaleta con lo que debía decir y con los gestos y estados de ánimo que tenía que mostrar. Así se desprende del documento que le sirvió de guión. La chuleta consta de 10 folios. Y  a ellos ha tenido acceso OKDIARIO.

«Aplausos» y «risas»

Más que a un encuentro emotivo que debía ser el de Morant con sus paisanos, la chuleta de la alocución de Diana Morant para presentar su candidatura en Gandía tenía un formato más próximo a los shows televisivos en que alguien de producción aparece con un gran cartel que muestra al público del estudio y en el que dice «aplausos» o «risas», que ese público ejecuta, obediente.

El documento en que venía escrito ese guión de discurso respondía al poco imaginativo título que lo encabezaba: Ya es lunes. Lo que, teniendo en cuenta que era el día en que comenzaba la semana, poco o nada aportaba a la ilusión del oyente.

Para ella sí, porque poco antes, en vísperas de ese día, había emplazado a los medios: «Nos vemos el lunes», en referencia a que ese día iba a desvelar si se presentaba o no a las Primarias socialistas para suceder a Ximo Puig. Un esfuerzo que, visto lo sucedido este martes, con Ferraz forzando un acuerdo para que ella fuera secretaria general en detrimento de los otros dos precandidatos, poco merecía la pena. Hubiera sido igual que fuera sábado.

«Sonríe y respira»

Lejos de comenzar su alocución ante esas 500 personas con una introducción, una idea-fuerza o lo que se llama en márketing electoral un punto de dolor (este es el problema y yo tengo la solución), la chuleta de Diana Morant comenzaba con una apreciación, aparentemente, acerca de cómo tenía que ser su estado de ánimo: «Alegría». A la que sucedía una indicación «Sonríe y respira», seguida de un: «Estás en tu casa. Va a salir bien».

Después, estaba el mensaje que inicialmente debía lanzar. Otras cuatro palabras, que tampoco parecen encerrar significado alguno y que poca o ninguna trascedencia tenían para quien se hubiera acercado hasta allí al objeto de escuchar las bases de su proyecto: «Gracias. Ya es lunes».

Después de esa obvia afirmación, en su chuleta se le aconsejaba que una vez cumplimentado ese agradecimiento proyectara: «Una gran sonrisa y mirada al frente».

La chuleta con el discurso está llena de sugerencias que sobre todo se refieren al estado de ánimo que debía mostrar. Y aparecen en el instante justo en que tenía que hacerlo. En otro apartado, que sigue a «Alegría» y responde a otra palabra: «Permiso», ella debía decir: «Y para poner ese viaje en marcha, a ese destino común, quiero que sepáis…», y antes de continuar esbozar una «sonrisa».

Luego, tenía que pedir a los asistentes permiso para salir a «ganar a la derecha». Y estaba previsto que en ese momento el auditorio debía irrumpir en «aplausos». Se supone que en señal de aprobación a ese permiso.

La chuleta también le apuntaba que debía mostrar otra sonrisa justo después de dedicar unos instantes a relatar que Gandía es la ciudad donde «me siento la nieta de todas las abuelas y la alumna de todos los maestros».

Poco antes de terminar debía pedir de nuevo permiso «para lideraros en la batalla que vamos a volver a ganar». Y estaba previsto, también, que en ese momento el público irrumpiera de nuevo en aplausos. Así lo sugería el guión. Otra muestra de aprobación sonora a las intenciones de Diana Morant. Curiosamente, no hay apreciaciones justo al final del discurso. Debían suponer que habría más aplausos. Estos sí, espontáneos.

El día después, secretaria general

Sólo 24 horas después, este martes, el nombre de Diana Morant no aparecía en la agenda del día de los ministros que mostraba Moncloa. Ese día fue cuando Ferraz reunió a los tres precandidatos con el responsable de Organización del PSOE de Pedro Sánchez, Santos Cerdán.

Y si bien éste se había comprometido a respetar la decisión de los militantes socialistas de la Comunidad Valenciana de aquella reunión, dos candidatos salieron comprometidos a dar un paso al lado. Y Diana Morant lo hizo como virtual secretaria general de los socialistas valencianos, que siguen sin saber cuál es el contenido de su proyecto más allá del manido «ganar a la derecha». El mensaje se perdió entre tanta sonrisa y aplauso precocinado la tarde anterior.

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