Astronomía

El Sol podría morir transformado en una bola de cristal

El futuro del Sol es incierto, pero viendo estrellas de otras clases, acabará como una esfera cristalina dentro de miles de años

bola de cristal
El Sol podría morir transformado en una bola de cristal en el futuro

Como si de una especie de broma fuera, y ahora que hemos sabido de la muerte de la mítica creadora de un programa infantil conocido a nivel nacional, el Sol podría realizar un curioso homenaje dentro de millones de años muriendo en forma de bola de cristal, según afirma un nuevo estudio.

El estudio, realizado por un equipo de astrónomos de la Universidad de Warwick que ha visto la luz en la revista especializada Nature, parece mostrar que el futuro destino de nuestro astro rey sería similar al que sufren las estrellas que son conocidas como enanas blancas.

Recordemos que, a lo largo de su larga vida, las estrellas van consumiendo combustible de su núcleo hasta que, una vez lo han acabado, terminan de diversas formas, con una gran explosión llamada supernova, por ejemplo, pasando a ser apagadas esferas oscuras.

La bola de cristal solar tendrá lugar dentro de miles de millones de años

En principio, si los datos con los que contamos está acertados, nuestro Sol está en la mitad de su ciclo de vida. Es decir, siendo una estrella mediana amarilla, vivirá unos 10.000 millones de año, estando ahora en una edad de unos 5000 a 5500 años de vida.

Así pues, nosotros estaremos muy lejos de aquí el día que nuestro astro rey termine por cristalizar en una oscura esfera. Pero al parecer, observando los resultados de los datos recopilados por la nave Gaia de la ESA, las enanas blancas terminan por convertirse en estas esferas una vez el gas caliente que contienen se va enfriando.

Es decir, que nuestro Sol pasará a una fase de enana blanca en la que todavía irradiará calor. Es así porque hoy en día, observando las que hemos localizado, las hemos podido estudiar con telescopios terrestres y ver cómo se van enfriando poco a poco hasta cristalizar definitivamente.

Así pues, los datos de Gaia permiten establecer brillo y color de miles de enanas blancas descubiertas. Y todas ellas son restos de medianas amarillas como nuestro Sol que, una vez han consumido su combustible nuclear, abandonan sus capas externas y dejan que el núcleo se vaya enfriando.

Nuestro Sol todavía conserva hidrógeno para 5000 o 6000 millones de años, pero acabará por consumirlo todo, por lo que se expandirá una vez acabado este hasta ser una gigante roja durante 500 o 1000 millones de años en que consumirá helio hasta que explote y entre en fase de enana blanca, uniéndose al 97% de estrellas de la Vía Láctea que seguirán el mismo destino.

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