Qué es la heliosfera
La inmensidad del Sistema Solar lo hace mucho más grande y complejo de lo que la mayor parte de la gente piensa. Más allá de Neptuno y Plutón se ubica todo un complejo sistema de capas que es mucho más extenso que los que creía hace unos años. De hecho, es bastante amplio y con diversas zonas, como la heliosfera, que hoy es lo que nos ocupará aquí.
La heliosfera es una región donde todavía alcanza la influencia del viento solar y el campo magnético que este genera, por lo que se compone de iones que proceden de la atmósfera solar y que como hemos comentado, se ubica bastante más lejos de lo que se pensaba, mucho más allá de la situación de Plutón.
El efecto del viento solar provoca una especie de burbuja magnética dentro de la cual podemos incluir a los planetas, entre ellos la Tierra. Así pues, el límite lo encontramos en la zona que se llama Heliopausa, que estaría separada de la heliosfera por el borde llamado frente de choque de terminación y un espacio conocido como heliofunda.
Muchas misiones han analizado la heliosfera. Tanto la misión IBEX como el instrumento MIMI de la sonda Cassini y las sondas interestelares Voyager 1 y Voyager 2 han descubierto que esta zona se parece bastante a una especie de burubuja, y no como una lágrima o cometa, como antaño se pensaba.
Estructura de la heliosfera
La heliosfera tiene una estructura compleja y bastante completa. Comenzaría con la corriente heliosférica difusa, que sería una especie de onda que se crea a partir del campo magnético provocado por el Sol.
También dispone de una estructura exterior que se determina por la interacción de los vientos solares en su choque con los vientos que proceden del espacio interestelar.
Los gases del medio interestelar frenan en su choque a los vientos solares en diversas etapas. Una estaría en el frente de choque de terminación, que marca una especie de línea donde acaba el efecto de uno y comienza el otro. También se ubican aquí la heliopausa y heliofunda, donde se forman turbulencias.
Sin embargo, esta zona es más compleja, aunque aquí hemos simplificado para que sea más sencilla su comprensión. Sin embargo, el viento solar reduce su velocidad por debajo de la velocidad del sonido por culpa de las interacciones del medio interestelar, y luego tendríamos el arco de choque, aunque en 2012 se determinó que es posible que nuestro Sol no lo posea. Y eso, por hablar de la cola o heliocauda, de reciente descubrimiento y de la que todavía sabemos muy poco.
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