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Hacia el internet cuántico: señales cuánticas por fibra comercial

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Internet cuántico.
Francisco María
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Imagina un internet imposible de hackear, un sistema donde los mensajes viajan con seguridad absoluta y donde las computadoras del futuro, mucho más potentes que las actuales, se conectan entre sí para resolver problemas que hoy parecen ciencia ficción. Ese es el sueño del internet cuántico, una red que no funcionará con los bits tradicionales de ceros y unos, sino con las extrañas reglas de la mecánica cuántica. Aunque todavía queda mucho por recorrer, los primeros pasos ya están en marcha y, lo más curioso, es que muchas de las pruebas utilizan algo tan cotidiano como la fibra óptica comercial que ya tenemos en nuestras ciudades.

¿Qué es exactamente un “internet cuántico”?

El internet de hoy transmite bits: pulsos eléctricos o de luz que representan ceros y unos. En cambio, el internet cuántico trabaja con qubits, que pueden ser cero y uno a la vez gracias a la superposición. Además, los qubits pueden estar entrelazados, lo que crea correlaciones instantáneas incluso a grandes distancias.Física cuántica

Esto abre posibilidades muy potentes. Por un lado, la distribución cuántica de claves promete comunicaciones imposibles de espiar sin ser detectadas. Por otro, conectar varias computadoras cuánticas en red permitiría multiplicar su capacidad de cálculo, logrando resolver en conjunto problemas que hoy superan cualquier supercomputadora.

El gran desafío: transportar lo cuántico

El problema es que los qubits suelen estar codificados en fotones, y los fotones son frágiles. Basta con que interactúen con el entorno para que pierdan su estado cuántico. Durante años se pensó que habría que desplegar fibras especiales, carísimas, para transmitir señales cuánticas. Pero en los últimos experimentos se ha demostrado que los fotones entrelazados pueden viajar por la fibra óptica comercial que usamos todos los días para el internet convencional.

Esto cambia el panorama. No hablamos de una infraestructura futurista que habrá que inventar desde cero, sino de aprovechar la que ya existe y que conecta hogares, empresas y centros de datos.

Experimentos en el mundo real

Los resultados más emocionantes vienen de pruebas realizadas en condiciones reales. En los Países Bajos, por ejemplo, un equipo logró conectar tres nodos cuánticos mediante fibra urbana, creando una especie de mini internet cuántico funcional. En China, otro grupo desplegó una red de distribución cuántica de claves de más de 2.000 kilómetros, combinando fibra óptica y satélites.

Que estas pruebas funcionen en un entorno caótico, con cables enterrados, vibraciones y cambios de temperatura, es una señal clara: el internet cuántico no se quedará solo en los laboratorios.

Seguridad cuántica: un cambio de paradigma

Hoy la seguridad digital se basa en problemas matemáticos muy difíciles, como la factorización de números enormes. El riesgo es que, cuando existan computadoras cuánticas potentes, esos problemas se resolverán rápidamente y las claves actuales quedarán obsoletas.

Con la distribución cuántica de claves, la seguridad ya no depende de cálculos complicados, sino de las propias leyes de la física. Si alguien intenta espiar un canal cuántico, los qubits cambian de estado y el receptor detecta el ataque. No hay escapatoria: cualquier intento de intrusión queda al descubierto.

Más allá de la seguridad

Aunque la seguridad sea la aplicación estrella, el internet cuántico podría hacer mucho más. Conectar computadoras cuánticas en red permitiría simular moléculas para desarrollar fármacos, optimizar redes eléctricas globales o resolver problemas logísticos gigantescos. También mejoraría la sincronización de relojes atómicos en distintas partes del mundo, con aplicaciones en geolocalización y exploración científica.

Obstáculos en el camino

El entusiasmo no debe hacernos olvidar las dificultades. La más evidente es la pérdida de señal. A medida que un fotón avanza por la fibra, parte de su energía se pierde y aumenta la probabilidad de que se rompa la coherencia cuántica. Para resolverlo, los investigadores trabajan en repetidores cuánticos, dispositivos que pueden “guardar” y retransmitir qubits sin destruir su estado.

Otro obstáculo es la compatibilidad. No todas las computadoras cuánticas usan el mismo tipo de qubits, así que hará falta desarrollar protocolos universales, algo así como un “idioma común” para que puedan comunicarse entre sí.física cuántica

Una carrera internacional

El desarrollo del internet cuántico es ya una carrera global. Estados Unidos, la Unión Europea y China invierten miles de millones de dólares en proyectos de investigación. Grandes empresas como IBM, Google o Huawei también participan activamente. No es solo una cuestión de ciencia: el país o grupo que lidere esta infraestructura tendrá una ventaja estratégica enorme en seguridad, defensa y economía.

Lo que viene en el corto plazo

En los próximos años veremos redes cuánticas locales en universidades, empresas y centros de investigación. Estas redes usarán la fibra óptica ya instalada y servirán como laboratorios a escala real para probar repetidores y protocolos. Poco a poco, esas islas cuánticas se interconectarán.

No reemplazarán de inmediato al internet actual, sino que funcionarán como una capa complementaria, especializada en aplicaciones que exigen máxima seguridad o cálculo colaborativo entre computadoras cuánticas.

Conclusión

Quizá dentro de treinta años miremos atrás y recordemos estas primeras señales cuánticas transmitidas por cables urbanos como el inicio de una nueva revolución tecnológica. Mientras tanto, queda el reto de seguir investigando, resolver los problemas técnicos y, sobre todo, mantener la visión: un internet más seguro, más potente y, tal vez, más justo.

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