La Universidad de Zaragoza estrena supercomputador: «Dará servicio a investigaciones de toda España»
El supercomputador está operativo en el Centro de Supercomputación de Aragón (CESAR)
El supercomputador de Zaragoza se llama Agustina, en honor a la heroína de los Sitios de Zaragoza
La instalación ha llevado 2 años y una inversión de 1 millón de euros
La Universidad de Zaragoza estrena un nuevo supercomputador. Se trata de una infraestructura científica que ha empezado a estar operativa en el Centro de Supercomputación de Aragón (CESAR), ubicada en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI). «Permitirá mejoras importantes y dará servicio a investigaciones de toda España», asegura el director del ICTS CESAR, Alfonso Tarancón (Biota, 1956), catedrático de Física Teórica de esta Universidad, quien explica a OKDIARIO en qué consiste Agustina, como así se ha llamado a este nuevo equipamiento.
Según Tarancón, el nombre hace un doble guiño. Primero, a Agustina de Aragón, una de las heroínas de los sitios de Zaragoza contra la invasión francesa. Y, además, porque este centro de computación, donde está Agustina, se conoce como CESAR, «nombre que dio lugar al jugar con la combinación sus iniciales, y muchas veces nos referimos a éste como Cesaraugusta».
Agustina: 2 años de instalación y 1 millón de euros de inversión
La instalación de este supercomputador en Zaragoza ha llevado 2 años. «Se enmarca en un plan del Gobierno español de dotar a todas las comunidades autónomas de infraestructuras de este tipo», explica. Así mismo hay un compromiso, «como está en China, en Japón, de renovación periódica de equipos, para que no se queden obsoletos, porque si no, no se podría competir a nivel internacional», explica. De esta forma, Agustina sustituirá al actual CaesarAgusta III, multiplicando hasta 6 veces su capacidad y realizando en un día lo que ahora le cuesta una semana.
Tarancón niega que la llegada de Amazon Web Service (AWS) o de Microsoft, haya tenido que ver en la instalación de este supercomputador en Zaragoza, «otra cosa es que tengamos relaciones».
El proyecto ha supuesto una inversión superior al millón de euros. Actualmente esta máquina estará posicionada entre la 4.ª y la 5.ª más potentes de España que dan servicio de investigación. Por delante, está Mare Nostrum (en el Centro Nacional de Supercomputación, en Barcelona), Nesga (en el Centro de Supercomputación de Galicia) y Caléndula (en la Fundación del Centro de Supercomputación de Castilla y León).
El supercomputador está basado en procesadores CPU de última generación con gran potencia de cálculo y almacenamiento de datos de alto rendimiento. La dimensión de Agustina es de 4 RAC. «Para que nos hagamos una idea, cada RAC pesa 1000 kg…», detalla.
Modo de acceder a este tipo de supercomputadores
Para que los investigadores puedan acceder a este supercomputador de Zaragoza, el CESAR abre una convocatoria previa cada 4 meses aproximadamente, donde se evalúa si son científicamente relevantes las distintas solicitudes de proyectos enviadas. De esta forma, los elegidos podrán acceder temporalmente a utilizar la máquina para que ejecuten sus programas científicos, a través de una cuenta.
Además, dará servicio a empresas para su digitalización, a través del Aragón European Digital Innovation Hub, que cuenta con más de 100 socios.
«Hoy en día, todas las instalaciones científicas son interoperables y se pueden controlar a través de internet, de modo remoto. Un ejemplo de ellos son los telescopios del Centro Astrofísico de Canarias, que se pueden manejar desde cualquier parte del mundo, como Estados Unidos, Alemania», explica.
Objetivos científicos del supercomputador
«Este tipo de ordenadores dan servicio a todo tipo de investigaciones en España, incluso de fuera, que puedan necesitar gran potencia de cálculo para resolver sus problemas», sostiene.
Los programas científicos que solicitan la utilización de la máquina pueden ser de todo tipo: desde estudiar cuáles son las mejores ubicaciones para desarrollar un generador eólico, a la simulación de recogida óptima de residuos, el desarrollo de nuevos fármacos, el diseño y tratamiento de materiales o el comportamiento de los usuarios en redes sociales y en la difusión de las noticias.
«Antes la experimentación se hacía in vitro en el laboratorio. Sin embargo, ahora se puede hacer en el ordenador, a través de una simulación muy compleja, porque conocemos la proteína que queremos atacar, y tenemos un banco virtual con, imagínate, 100.000 moléculas posibles para atacar a la proteína. Tras la simulación, las moléculas que mayor posibilidad hay de que sean efectivas, se llevan al vitro, habiéndonos quitado el 99% que no valían, para no perder el tiempo», explica.
«La propagación de información en las redes sociales también se puede estudiar como un virus, ej. el coronavirus (que se llevó a cabo también en supercomputadores de Zaragoza), porque el comportamiento es muy similar en los likes o reposts: una persona que está infectada, tiene relación con otra persona y le transmite el virus. Cuando alguien genera una noticia en una red social se puede predecir cómo se propaga, analizar si va a ser viral. También controlar las fake news, y qué probabilidad tiene frente a una verdadera. Todo esto se simula y se estudia en una máquina de estas características, porque los modelos son muy complejos», revela.
Distinción entre estos supercomputadores CPU, de la cuántica y los GPU
Tarrancón nos aclara que este superordenador no tiene nada que ver con la informática cuántica, ni con la inteligencia artificial. Al tiempo que nos explica que el objetivo de esta máquina será «resolver problemas científicos». «Hay mucha confusión con la cuántica y la inteligencia artificial», insiste.
«Todos los ordenadores del mundo que resuelven problemas cotidianos (que los aviones vuelen, que RENFE funcione, las autopistas, que la declaración de la Renta la pueda hacer la gente, que se desarrollen fármacos, que los molinos de viento generen electricidad y se diseñen, etc.) son ordenadores no cuánticos, como este supercomputador de Zaragoza que acabamos de inaugurar», explica.
«Actualmente no hay ningún ordenador cuántico que sea capaz de hacer lo que hacen este tipo de ordenadores. Los ordenadores cuánticos están en una fase de investigación y todavía no resuelven ningún problema relativamente complejo científico ni de la vida diaria. Si bien, es una tecnología de futuro, en la que se está invirtiendo mucho dinero, porque prometen muchísimo y muy pronto tendremos alguna realización práctica», aclara.
Aragón tendrá un equipo de Inteligencia Artificial
«Nosotros, al año que viene, en 2024, sí que compraremos una máquina grande, equivalente a Agustina, basada en GPU, para que los investigadores que necesiten hacer cálculos específicos en inteligencia artificial, lo puedan desarrollar», anuncia. Consistirá en una segunda fase del proyecto, en el que se invertirán 2,2 millones de euros en total, financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación y por la Unión Europea.
«Los programas de estos supercomputadores, basados en CPU (Unidad Central de Procesamiento) no utilizan la inteligencia artificial, porque no son eficientes», explica. «La inteligencia artificial requiere de otro tipo de procesadores, los GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico), lo mismo que emplean los videojuegos (ej. cuando mueven los aviones, las caras de los jugadores, etc.) y el sistema de minería de las Bitcoins», detalla.
La importancia de los videojuegos en la inteligencia artificial
Además, Tarancón apunta un aspecto fundamental en el desarrollo actual de la inteligencia artificial, que nos puede dar pistas de la intensa y fuerte apuesta comercial de los videojuegos durante décadas: «La inteligencia artificial se desarrollo a partir de los videojuegos, ya que su inmenso uso hizo que las tarjetas gráficas se desarrollaran muchísimo. Sin el mercado de los videojuegos, la inteligencia artificial estaría mucho más atrasada, no hubiera alcanzado este desarrollo. Lo que ha hecho que las multinacionales hayan desarrollado GPU muy potentes».