El futuro de la alimentación: ¿cómo nos alimentaremos en 2050?
La alimentación es un aspecto fundamental de nuestras vidas, su evolución está ligada a cambios en la sociedad, tecnología y medio ambiente.
Ciencia y alimentación del futuro
¿Cómo será la comida del futuro?
La dieta del futuro
El universo no se formó como todos creíamos: la prueba que lo cambia todo
La biotecnología como motor de cambio en el sector agroalimentario español
Ante los efectos inminentes del cambio climático, la comunidad científica ya se encuentra trabajando para adaptar la dieta actual a una posible crisis alimentaria en el futuro. La invasión rusa en Ucrania puso en evidencia la problemática de depender de unos pocos cultivos comercializados en todo el mundo. Es por esto que para poder garantizar el futuro de la alimentación es necesario hacer un cambio radical en la manera de producir.
Se estima que la demanda de alimentos se incremente en un 50 por ciento para 2050 y que el mayor desafío ante este escenario sea conseguir un cambio profundo en el estilo de vida y en los sistemas de producción.
La alimentación en el 2050: ¿cómo serán los nuevos hábitos alimenticios?
En el 2050 la Tierra estará poblada por casi 10.000 millones de habitantes, lo que se traduce en un grande desafío para la industria alimentaria. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), existe evidencia preocupante de que la biodiversidad que sustenta el sistema alimenticio actual está desapareciendo, lo que pone en peligro el futuro de los alimentos.
Ante la amenaza de inseguridad alimentaria en los próximos años es importante implementar cambios en los hábitos alimenticios que permitan reducir los desperdicios alimentarios al mínimo. Una buena opción es comprar los productos a granel o bien optar por alimentos ecológicos para sólo consumir lo necesario.
Otra tendencia que puede marcar la diferencia según los expertos es la dieta veggie, es decir, más vegetales y menos carne y pescados. Pero, para que esto sea posible los sistemas de producción deben migrar a una agricultura más ecológica e incorporar las foodtech. De esta manera, la alimentación, la sostenibilidad e innovación irían de la mano.
La agricultura ecológica, que consiste en evitar el uso de productos químicos y aplicar prácticas amigables con el ecosistema para obtener alimentos nutritivos y saludables, es una de las soluciones planteadas por los expertos. En el 2019, las tierras agrícolas dedicadas a la producción ecológica aumentaron 1,1 millones de hectáreas en todo el mundo, lo que indica que es una tendencia que va en crecimiento.
Las empresas foodtech, por otro lado, aprovechan las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica o la biotecnología para modernizar y cambiar por completo la industria alimentaria, de tal modo que sea más eficiente y sostenible. Uno de los hitos más famosos es el filete de carne de laboratorio que fue creado a partir de células madre de vaca en 2018.
¿Cuáles serán los alimentos del futuro?
Según Sam Pirinon, investigador de Kew Gardens, la clave para mermar la pérdida de biodiversidad, garantizar el abastecimiento de los alimentos y adaptar la industria alimentaria a los efectos del cambio climático, es diversificar los alimentos que se consumen.
En la actualidad, se tiene certeza de la existencia de miles de especies de plantas comestibles que son consumidas por distintas poblaciones y es precisamente en esta variedad que se pueden hallar algunas de las soluciones a los problemas que hay hacer frente en el futuro.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicó recientemente un informe en que se agrupaban en 11 categorías los alimentos que, según sus proyecciones, serán los alimentos del futuro.
- Algas: laver y wakame.
- Legumbres: haba, lenteja, adzuki (o soja roja), mung (o soja verde), vigna subterránea, vigna unguiculata, frijol marama, frijol negro y frijol de soja.
- Cactus: nopal.
- Cereales y granos: quinoa, arroz integral, trigo sarraceno, trigo khorasan, trigo espelta, mijo africano, mijo fonio, amaranto y teff.
- Frutas y verduras: flor de calabaza, okra y tomate naranja.
- Hortalizas: remolacha, grelo, kale, moringa, pak-choi, calabaza, col morada, espinaca y berro.
- Setas: enoki, maitake y níscalo.
- Semillas: linaza, cáñamo, ajonjolí y junglans.
- Raíces: raíz de perejil, salsifí negro y rábano blanco.
- Brotes: alfalfa, habas germinadas y garbanzos germinados.
- Tubérculos: raíz de loto, ube, jícama y camote.
A la lista anterior, la FAO también añade un grupo insectos que aportan proteína de alta calidad, fibra y ácidos grasos y que ya consumidos en muchos países de Latinoamérica y Asia.
Proteínas alternativas
A medida que la preocupación por el cambio climático y el bienestar animal crece, las proteínas alternativas ganarán protagonismo. Las fuentes de proteínas a base de plantas, insectos y carne cultivada en laboratorio se convertirán en opciones comunes en nuestras mesas. Esto no solo reducirá nuestra huella de carbono, sino que también ofrecerá una variedad de sabores y texturas que enriquecerán nuestra dieta.
Tecnología culinaria
La tecnología también transformará la forma en que cocinamos y consumimos alimentos. La impresión 3D de alimentos permitirá crear platos personalizados, adaptados a las necesidades nutricionales de cada individuo. Además, las aplicaciones de inteligencia artificial ayudarán a planificar dietas equilibradas y a evitar el desperdicio de alimentos, sugiriendo recetas basadas en los ingredientes que tengamos en casa.
Alimentos funcionales y personalizados
La nutrición personalizada se convertirá en la norma. A través del análisis genético y biométrico, podremos identificar las necesidades nutricionales específicas de cada persona. Los alimentos funcionales, enriquecidos con probióticos, vitaminas y minerales, se diseñarán para mejorar la salud y prevenir enfermedades.
La idea de que «somos lo que comemos» tomará un nuevo significado.
Lecturas recomendadas
Temas:
- Alimentación