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¿Cómo se descubrió el conservar comida en latas?

Comida enlatada
Conservar comida en latas
Francisco María
  • Francisco María
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La conservación de alimentos es una práctica que ha sido fundamental a lo largo de la historia de la humanidad. Desde tiempos remotos, el ser humano ha buscado formas de preservar los alimentos para poder disfrutar de ellos durante períodos prolongados de tiempo. Una de las principales innovaciones en este ámbito fue el descubrimiento de la conservación de comida en latas. En este artículo, exploraremos cómo se llevó a cabo este descubrimiento y cómo ha impactado en nuestra forma de alimentarnos.

¿Cuál es el origen?

El origen del concepto de conservar alimentos en latas se remonta al siglo XVIII. En aquel entonces, la marina británica se enfrentaba a un problema logístico importante: la falta de alimentos frescos durante largas travesías. Esto provocaba enfermedades y desnutrición en los marineros, lo que afectaba su rendimiento y debilitaba la flota.

La búsqueda de una solución llevó al almirante británico Lord Nelson a ofrecer una recompensa de 20.000 libras esterlinas a quien encontrara una forma efectiva de conservar alimentos para las travesías marítimas. Fue entonces cuando el inventor francés Nicolas Appert presentó su idea revolucionaria: envasar alimentos en recipientes herméticos de vidrio y sellarlos al calor.

El método de Appert consistía en cocinar los alimentos a altas temperaturas para destruir los microorganismos que los deterioraban, y luego sellarlos al vacío en frascos de vidrio con tapas herméticas. Esta técnica permitía preservar los alimentos durante largos períodos de tiempo sin necesidad de refrigeración.Latas comida

El método se perfecciona

El descubrimiento de Appert fue un avance significativo en la conservación de alimentos, pero tenía sus limitaciones. Los frascos de vidrio eran pesados y frágiles, lo que dificultaba su uso en contextos militares y de exploración. Además, su costo de producción era elevado.

Fue entonces cuando, en la década de 1810, el inventor inglés Peter Durand propuso una alternativa más práctica: envasar alimentos en latas de hierro estañado. Durand patentó esta idea en 1810 y, poco después, las primeras latas de conservas comenzaron a producirse en masa.

Las latas de conservas eran mucho más ligeras y resistentes que los frascos de vidrio, lo que las hacía ideales para su uso en la marina y en expediciones. Además, su producción en masa permitió abaratar los costos y hacerlas accesibles para el público en general.

Sin embargo, el proceso de enlatado no era tan sencillo como parecía. En sus primeras etapas, no se comprendía la necesidad de cocinar los alimentos antes de enlatarlos, lo que llevaba a la proliferación de bacterias y a la aparición de enfermedades como el botulismo.

La importancia de la cocción previa

Fue Louis Pasteur, el famoso científico francés, quien descubrió en la década de 1860 la importancia de la cocción de los alimentos para eliminar cualquier microorganismo presente. Este descubrimiento permitió mejorar las técnicas de enlatado y garantizar la seguridad de los alimentos enlatados.

A lo largo de los años, la conservación de alimentos en latas se ha convertido en una práctica común en todo el mundo. Las latas permiten preservar una amplia variedad de alimentos, desde frutas y verduras hasta carnes y pescados. Además, su larga vida útil y su facilidad de transporte las hacen ideales para situaciones de emergencia y para personas que viven en zonas remotas.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que no todos los alimentos son adecuados para ser enlatados. Algunos alimentos, como los productos lácteos y las ensaladas frescas, pueden sufrir alteraciones en sabor y textura al ser enlatados. Por ello, es esencial leer las etiquetas y seguir las instrucciones de almacenamiento correctamente.

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