Síndrome del ovario poliquístico y embarazo
Quedarse en estado y llevar a cabo un embarazo lo más normal posible es algo con lo que sueñan muchas mujeres. Sin embargo, a algunas se les complica en exceso poder alcanzar ese objetivo debido a que sufren lo que se conoce como síndrome del ovario poliquístico (SOP).
Sigue leyendo y descubrirás qué es o qué relación entraña con el periodo de gestación.
¿Qué es?
Se trata de un trastorno de tipo endocrino que sufren las mujeres que tienen la particularidad de que poseen demasiadas hormonas masculinas y no todas las femeninas que deberían. El resultado de esta circunstancia es que sus ovulaciones sean poco frecuentes y muy irregulares, lo que se traduce en una serie de consecuencias y síntomas muy contundentes:
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Incrementa sus posibilidades de sufrir diabetes o patologías relacionadas con el corazón.
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Problemas de sobrepeso.
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Exceso de vello en el cuerpo, especialmente en la zona de la cara, el pecho o la espalda.
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Problemas de piel, como acné y manchas.
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Cabello demasiado debilitado.
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Reduce de manera contundente lo que es la posibilidad de la fémina de quedarse embarazada, tanto es así que se considera que es la principal causa de infertilidad de ese género.
Factores genéticos, un problema de obesidad o incluso un exceso de insulina son algunas de las causas que propician el citado trastorno en muchas féminas.
Tratamiento
Las mujeres que son víctimas del SOP son tratadas, fundamentalmente con pastillas anticonceptivas o con metformina. No obstante, cuando esas desean tener hijos, lo que tienen que hacer es ponerse en manos de su médico para que les establezca el tratamiento que les permita tratarse el síndrome y, al mismo tiempo, lograr su objetivo de quedarse en estado.
Por regla general, en esa situación, los profesionales sanitarios optan por plantear una de las tres medidas que se consideran más eficaces para facilitar el embarazo de esas pacientes:
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La primera es la de establecerles a las féminas que bajen su peso, ya que esta circunstancia les puede ser muy favorable a la hora de facilitar una mejor ovulación.
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La segunda consiste en recetarles ciertos medicamentos que contribuirán a que las mujeres puedan ovular de una manera frecuente. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a la gonadotropina o al clomifeno, entre otras.
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La tercera alternativa, siempre que las dos anteriores no hayan surtido efecto, consistiría en intervenir a la mujer quirúrgicamente para intentar disminuir el número de hormonas masculinas. Esta operación se da en llamar perforación ovárica y consiste en introducir una aguja muy fina a través del abdomen para destruir una pequeña parte de los ovarios y así reducir la cantidad ingente de andrógenos que producen. Se considera, además, que este proceso es muy efectivo, ya que las cifras así lo indican: tras el mismo un 60% de las mujeres lograron quedar embarazadas y el 80% vio cómo su ovulación mejoró.
Si a pesar de poner en práctica estas propuestas, la fémina sigue sin quedarse embarazada, lo que tendría que hacer es optar por un tratamiento específico de fertilidad.
El SOP y el avance del embarazo
Si este síndrome del ovario poliquístico que nos ocupa puede dificultar notablemente lo que es el quedarse embarazada, también hay que tener en cuenta que puede ocasionar serios problemas una vez que se ha conseguido concebir.
En concreto, estos días se ha expuesto esa afirmación a raíz de los resultados que ha obtenido un estudio que ha llevado a cabo la Universidad de Cardiff (Reino Unido). Se trata de una investigación que ha analizado a fondo el caso de 9.000 gestantes con el llamado SOP y que ha otorgado unos resultados que no dejan lugar a dudas de los graves problemas que ese puede ocasionar:
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Las féminas con este trastorno tienen un 70% más de posibilidades de sufrir un aborto espontáneo que las que no lo poseen.
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Las gestantes que lo padecen aumentan también de manera considerable sus probabilidades de tener que hacerle frente durante el embarazo a la hipertensión arterial, la diabetes gestacional o incluso un parto prematuro. En concreto, los porcentajes de riesgo de padecer esas situaciones aumentan en un 32%, 41% y 25% respectivamente.
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Esta misma investigación británica viene a dejar constancia, de igual modo, que los bebés de madres con este problema son más propensos a tener dificultades respiratorias e incluso a padecer lo que se conoce como ictericia. En concreto, tenían un 20% más de riesgos de sufrirlas.
Todo eso sin pasar por alto que ya se sabe por otros análisis realizados previamente a ese que también las gestantes con el síndrome del ovario poliquístico aumentan sus posibilidades de sufrir estos otros problemas:
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Preeclampsia, que pondría en serio peligro tanto su salud como la de los bebés que vienen en camino.
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Depresión prenatal.
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Que sus partos se realicen mediante una cesárea.
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Distintas enfermedades del corazón.
No obstante, hay que tener en cuenta que, a pesar de todas esas circunstancias y gracias a un perfecto seguimiento médico, quienes padecen este trastorno en la actualidad pueden lograr sin problemas quedarse en estado y además traer al mundo a un pequeño sano.