Embarazo

Qué se puede hacer en el spa durante el embarazo

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Descubre las mejores recomendaciones para disfrutar del spa en el embarazo
Blanca Espada

Balnearios y spas en el embarazo : ¿sí o no? Una pregunta que debe responderse con una invitación en primer lugar a la gestión de cada caso particular sin caer en el absolutismo. La relación con el calor, con los cambios bruscos de temperatura y con las aguas termales, de hecho, es muy personal y puede variar en función de cómo se esté llevando el embarazo. Así que la respuesta es sí al balneario, pero teniendo en cuenta indicaciones precisas y vinculantes. Aquí tienes algunas, entre ellas de sentido común, que te proponemos para que sepas qué se puede hacer en el spa durante el embarazo.

Spa en el embarazo

La primera «mala noticia» es que es recomendable renunciar a ir a los balnearios y spas en los primeros tres meses de gestación: consejo que se da porque el primer trimestre es uno de los momentos más delicados y por ello es mejor evitar riesgos innecesarios. Evidentemente, lo mismo ocurre en el caso de embarazos complicados o de riesgo.

La segunda indicación es no someterse a estrés térmico como el de la sauna y el baño turco, que provocan un aumento de la temperatura corporal con posibles desmayos y cambios bruscos de presión, absolutamente contraindicados en el embarazo.

Evita los pasajes demasiado bruscos y fuertes entre el calor y el frío y mantente alejado de ambientes sobrecalentados. Tampoco a piscinas o bañeras con agua por encima de los 38 grados y chorros directos de balsas termales que siempre están más calientes que el resto del entorno circundante.

Qué se puede hacer en el spa durante el embarazo

Ante tanta «prohibición» es posible que te preguntes ¿Qué puedo hacer exactamente si voy al spa durante el embarazo o al spa para relajarme y tal vez incluso tener algunos beneficios físicos? Aquí está la parte divertida dedicada a la relajación durante el embarazo. Comencemos con el agua caliente. Una vez que hayas comprobado la temperatura del agua en el que deseas sumergirte (que no supere los 38 grados centígrados), lo importante es permanecer allí un máximo de 15 minutos.

Otra posibilidad de refrescarse es la ligada a la estimulación de la circulación sanguínea en las piernas: los famosos baños de frío-calor, que sin embargo pueden aplicarse a la parte inferior del cuerpo y son bastante bien tolerados.

Otra panacea para las madres que quieran pasar un día de spa durante el embarazo es sin duda la terapia con aguas termales por vía oral: beber este tipo de agua puede ayudar tanto al manejo de la retención de líquidos como al estreñimiento , problemas muy comunes en las mujeres embarazadas.

Spas en el embarazo: la bañera de hidromasaje

¿Y el jacuzzi ? En la literatura no existen estudios específicos sobre este tema y, una vez más, el sentido común debe guiarnos. A partir del tercer mes se puede realizar el hidromasaje. Sin embargo, siempre que el agua no esté demasiado caliente, que no dure más de un cuarto de hora y que los chorros no estén dirigidos al vientre, sino solo a la zona de las piernas, los tobillos, la espalda y el cuello.

Recibir masajes en el spa durante el embarazo

Finalmente, debemos prestar atención a los masajes, que sin embargo pueden realizarse con algunas precauciones. No es recomendable excederse en el uso de aceites esenciales y es preferible optar por masajes que impliquen presiones ligeras o moderadas y centrados en las piernas. Si existen paquetes ad hoc para mujeres embarazadas, obviamente son preferibles.

En cualquier caso, antes de decidir si acudir al spa durante el embarazo, qué hacer y si optar por algún tratamiento en concreto, lo mejor es consultar con tu ginecólogo.

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