La púrpura en niños. ¿Qué es?

La púrpura en niños. ¿Qué es?

Muchos son los padres que están al día de un sinfín de dolencias, trastornos y enfermedades que son habituales en los niños, como sería el caso del mano-pie-boca. Y es que, después de tener a sus hijos, han ido ampliando sus conocimientos en materia de salud infantil a partir de las dolencias que esos han sufrido. No obstante, no podemos pasar por alto tampoco que hay adultos que tienen un gran desconocimiento al respecto, porque su bebé aún está en camino.

Precisamente para que los primeros puedan seguir conociendo patologías que pueden afectar a sus pequeños y para que los segundos se vayan poniendo al día respecto a las mismas, antes de que sus hijos nazcan, a continuación vamos a indicar qué es la púrpura.

La púrpura

Una vasculitis. Así es como puede definirse a esta inflamación de lo que son los capilares, que también es conocida por el nombre de púrpura de Schönlein-Henoch y que afecta a niños que tienen edades comprendidas entre los 2 y los 8 años.

Si tiene el nombre común de púrpura es porque una de sus manifestaciones es a través de lo que es el color púrpura que adquieren ciertas erupciones que aparecen en la piel del pequeño, como consecuencia de la mencionada inflamación que provoca que la sangre salga de los vasos sanguíneos.

Causas

No podemos determinar que exista una única causa que dé lugar a esta patología que nos ocupa. En concreto, se considera que el origen de la misma puede estar en varias situaciones, entre las que sobresalen las siguientes:

  • La picadura de ciertos insectos.

  • Una notable afección de lo que es el tracto respiratorio superior, ya sea a consecuencia de un virus o de una bacteria, como podrían ser la varicela.

  • Una notable exposición al frío.

  • La ingesta de ciertos alimentos.

  • Un tratamiento que gire en torno a fármacos como la penicilina o la quinina, entre otros.

Síntomas

Sin lugar a dudas, la principal señal que viene a indicar que un niño sufre púrpura es el conjunto de manchas de ese color que le aparecen en el cuerpo, concretamente en la zona de la cara, el tronco, los brazos o las nalgas. No obstante, no son los únicos síntomas que genera la vasculitis que nos ocupa, siendo estos otros igualmente significativos:

  • Fuertes dolores abdominales, que incluso pueden degenerar en lo que son vómitos y náuseas.

  • Inflamación notable de lo que son articulaciones como los tobillos y las rodillas.

  • Sangrado en las heces o en la orina.

Diagnóstico y tratamiento

Si se tienen sospechas de que el menor puede sufrir púrpura, lo más recomendable, sin lugar a dudas, es que se proceda a llevarle al pediatra para que este le examine y pueda establecer un diagnóstico certero y su correspondiente tratamiento. En concreto, podemos exponer que lo habitual es que, además de examinar esas señales y síntomas que presenta, se someta al pequeño a un análisis de sangre. No obstante, también puede determinar la necesidad de realizar una analítica de la orina o incluso una radiografía, para poder ver realmente el alcance de la vasculitis.

En base a los resultados que obtenga, apostará por establecer un tratamiento u otro. Este puede sustentarse en controles periódicos de orina y sangre, para poder ir realizando un seguimiento exhaustivo que alerte de posibles consecuencias graves, o una alimentación específica sustentada en ciertos productos.

No obstante, hay que tener claro que, en los casos más leves, que son la mayoría, no requerirá ningún tratamiento especial, además de las pautas citadas o de administrarle al pequeño según el médico algún fármaco para aliviar los dolores de las articulaciones.

Otros datos de interés

Toda la información que hemos dado hasta el momento es la más importante para poder conocer qué es la púrpura. No obstante, eso no quita que haya otros datos que también puedan resultar de interés como son los siguientes:

  • Esta enfermedad ni se hereda ni tampoco es contagiosa.

  • Por regla general, es benigna.

  • Cuando un niño sufre esta patología hay que tener en cuenta que lo recomendable es que siga en todo momento las indicaciones que le establezca su médico. Al respecto lo habitual es que le venga a indicar que la primera semana esté totalmente en reposo y que no acuda a la guardería o colegio. Después, conforme se vaya viendo la evolución irá estableciendo los siguientes avances, que continuarán procediendo a que la siguiente semana también esté en casa para poder recuperarse aún más y luego ya pueda volver a su rutina.

  • Quienes la han padecido tienen más riesgos de volver a sufrirla a lo largo de su vida.

  • Como hemos mencionado anteriormente, es fundamental que durante al menos varios años el menor se realice exámenes de sangre periódicos para poder detectar, por ejemplo, posibles daños que estén afectando a órganos vitales como los riñones.

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